Acto por el 1º de Mayo en Santiago: Martínez habla entre pifias y aplausos

Según la CUT, alrededor de 40 mil personas se congregaron en Santiago en la marcha y acto por el Día Internacional de los Trabajadores

Acto por el 1º de Mayo en Santiago: Martínez habla entre pifias y aplausos

Autor: Director


Según la CUT, alrededor de 40 mil personas se congregaron en Santiago en la marcha y acto por el Día Internacional de los Trabajadores. Hubo actos en una treintena de ciudades y comunas. También hubo fuertes críticas a los dirigentes de la CUT, a las débiles medidas del Gobierno y reivindicación de demandas de los trabajadores.

La multisindical indica que a nivel nacional se movilizaron unas 80 mil personas en torno a la conmemoración en Chile del Día Internacional de los Trabajadores, congregando a organizaciones sindicales, sociales, juveniles, poblacionales, regionales, culturales, indígenas, femeninas, de exonerados y allegados.

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) Chile, realizó una marcha y acto central en el centro de Santiago, y además convocó y realizó actividades en Arica, Iquique, Antofagasta, Calama, Chañaral, Copiapó, Huasco, Elqui, Ovalle, Quillota, Petorca, Los Andes, San Felipe, Valparaíso, Melipilla, Puente Alto, Cachapoal, San Fernando, Talca, Linares, Curicó, Ñuble, Concepción, Arauco, Los Ángeles, Malleco, Temuco, Valdivia, Ranco, Osorno, Llanquihue, Chiloé, Coyhaique, Aisén, Puerto Natales, Punta Arenas, La Floria, La Reina y Santiago Sur.

En Santiago, la marcha y acto por el Primero de Mayo contó -según los organizadores- con la participación de alrededor de 40 mil trabajadores, ciudadanos, jóvenes y pueblos originarios. Otras fuentes estimaron que  asistieron entre 15 mil y 8 mil personas.

En una mañana fresca pero dotada de sol, diversidad de contingentes comenzaron a congregarse en la Alameda, entre la sede de la Universidad de Santiago (Usach) y el Metro Estación Central, para iniciar cerca de las 11 de la mañana la marcha hacia la Alameda y calle Brasil, donde estaba instalado el escenario del acto por el día de los trabajadores.

En la actividad se pudo observar la presencia de decenas de organizaciones sindicales, sociales y comunales de base, como una demostración de participación de sectores del pueblo en la Región Metropolitana.

Entre otras organizaciones, estaban presentes contingentes de los Colegios de Profesores y de Periodistas, la Constramet, la Cofederación de Trabajadores Forestales, Sindicatos de Wall Mart y Líder, Sindicato Unitario de Trabajadoras de Casas Particulares, sindicatos de la Junji e Integra, Comité de Exonerados de ex Dirigentes de la CUT, la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), Agrupación de Ejecutados Políticos y representantes de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos, varios Comités de Allegados, Infocap/Universidad de Trabajadores, del Ical, trabajadores de la Salud, organizaciones de pobladores y allegados.

Las representaciones políticas estuvieron dadas en contingentes y grupos del Partido Comunista, Partido Humanista, MAS, Izquierda Cristiana, PC/AP, Juventudes Comunistas, Partido Socialista, Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores, entre varios otros.

Entre las consignas, carteles y llamados más recurrentes estaban el rechazo a las políticas privatizadoras, empresariales y neoliberales del gobierno de Sebastián Piñera y el rechazo a sus medidas laborales que son consideradas mínimas, insuficientes y que no terminan de dar cuenta de las demandas de los trabajadores. También se observaron gran cantidad de lienzos que señalaban «La CUT no nos representa» u otros críticos a la central.

En ese sentido, en la marcha y en el acto se reiteró que exista una ley para la negociación colectiva, sindicalización automática, respeto a un posnatal de seis meses y sin acotamiento de acceso, cumplimiento real del descuento del 7% por salud a las pensiones sin mayores limitaciones, nuevo Código Laboral discutido y aprobado democráticamente en el Congreso y con los trabajadores, fin de la causal de despido “por necesidades de la empresa”, respeto al derecho de indemnización por años de servicio, salud pública gratuita y de calidad, eliminación total del mecanismo de MultiRut, entre otras demandas.

En regiones se llamó a respetar los derechos sindicales a nivel de los sectores privado y público, dar respuesta pronta y concreta a los damnificados del terremoto del año pasado y garantizar condiciones laborales apropiadas de temporeras, mineros, pescadores artesanales, campesinos, etc.

En el acto de Santiago estuvieron presentes el senador Ricardo Lagos Weber (PPD), el presidente del PC, Guillermo Teillier, el timonel del PS, Osvaldo Andrade, la presidenta del PDD, Carolina Tohá, el presidente del Senado, Guido Girardi, los legisladores Enrique Accorsi, Tucapel Jiménez, Carlos Montes y Marco Antonio Núñez. Los personeros políticos se encontraban en las cercanías del escenario, mientras la ciudadanía fue separada por vallas papales.

El discurso por el Primero de Mayo fue leído por Arturo Martínez, presidente de la CUT, quien estuvo acompañado en el estrado por la mayoría de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional de la multisindical.

Agregando su compromismo con una Nueva Constitución Política para Chile, discutida y aprobada por todos los chilenos.

El dirigente llamó a la unidad sindical y social, a que se avance en proyectos de ley para contar con eficaces negociaciones colectivas y la sindicalización automática, terminar con el abuso en los cobros de las Isapres, aumentos considerables en los salarios de los trabajadores y reforzar la organización sindical.

No obstante las pifias contra Martínez también estubieron presentes,  pues en el último Congreso de la Cut, no se aprobó el voto Universal lo que mantiene a muchos sectores enojados. Se calcula que el descontento al interior de la multisindical bordea el 30 %.

El acto por el Primero de Mayo cerraba  con una alegre y movida actuación del grupo Santa Feria.

Posterior a ello la mayoría de las personas se retiraron en calma a sus hogares, quedando en Alameda un grupo de unos 100  jóvenes  que prendieron una pequeña barricada y reventaron un petardo, tratando de llamar la atención de la policía que movilizó un gran contingente para no encontrar mayoritariamente contra quien dirigir su fuerza represiva. Hubo 10 detenidos.

Por su parte se hizo un llamado a la ciudadanía a asistir el 21 de mayo a las calles de Valparaíso, momento en que Sebastián Piñera debe dar su cuenta pública y a preparar para el mes de octubre una gran protesta nacional con características de paralización.

Prensa CUT / El Ciudadano

Y pudo haber sido los primeros días de marzo del año pasado, cuando el recién electo andaba nombrando autoridades y reemplazando empleados públicos a diestra y siniestra. Como quien cambia cortinas, sacaban a las secretarias de las mechas en el revuelo de papeles, corcheteras y útiles de oficina ministerial. Como quien sacude el mantel, botaban a los jefes culturales a escobazos de sus escritorios, haciendo cierta la película del desalojo concertacional pronosticada meses antes. Fue en esos días, cuando Don Piñi nombraba intendentes en un acto muy protocolar en el Museo de Bellas Artes. Y allí estaba toda la prensa y los camarógrafos sudando la gota gorda para filmar a la derecha en traje de gala. La derecha, ufana y soberbia, por fin apotingada en el trono. Por fin, luciendo sus galas ordinarias y ternos de corbata tricolor; los ministros, los secretarios, subsecretarios, los intendentes, recién nombrados, estaban allí de camisa almidonada para la foto del primer espolonazo derechón en democracia.
Tanto esperar este momento, oye, decía una momia de pestañas crespas, tantos años de socialistas chascones saqueando el modelo económico inaugurado por Augusto, que debe estar mirándonos tan feliz entre las nubes, repetía la rucia secándose la fragante transpiración.
Allí, en el Museo de Bellas Artes, con un sol en la frente, con un dólar en el alma, la derecha triunfal lucía su recién estrenada y acrílica sonrisa. La mañana era optimista para ellos ahí en el parque Forestal con un sol nacarado de media estación. Pero esa mañana era indiferente para mí, despertando en la cama con un amante ecuatoriano después de habernos tomado hasta el agua del florero la noche anterior. Como con rabia le dimos al ensarte con mi enamorado quiteño. Como desquitándonos de la mala suerte de tener un gobierno de derecha, le dimos huasca la noche entera. Y así despertamos, húmedos y entumidos, abrazados como náufragos, pero mas vivos que nunca y con una sed de camello agrietándonos el primer beso mañanero.
¿Una cerveza, mi amo-or?, le pregunte al muchacho. Pero si no quedo nada, bostezo riendo. Y levántate, vamos a comprar, dije echando las sabanas para atrás. Y así, medio dormidos, medio mareados, caminamos por la vereda del parque rumbo a la botillería. La mañana era dorada y recién regaban el pasto los jardineros municipales, recién habían puesto barreras en la vereda del Museo para que no pasara la gente. Otra vez estarán filmando un comercial, le dije al chico, que me contradijo indicándome la aglomeración de gente que miraba el desfile de autoridades de civil y también milicos engalanados como árbol de pascua. Y como si nada, cruce frente a ellos como si me diera lo mismo. En realidad, iba refunfuñando que ocuparan la vereda para sus actos. Y fue entonces, fue en ese momento cuando el me vio y se precipitó a mi encuentro con la mano estirada, diciendo: Que gusto, Pedro, tenerte aquí. Era el ministro de la cultura Piñerarte, el actor de teleserie, el flamante pituquin de traje planchado viniendo hacia a mi con la sonrisa en bandeja. Y yo medio sonámbula, medio asqueada de tanta desfachatez, lo miro, lo mido, lo tazo, y sin decir agua va, escupo al suelo, exactamente a un centímetro de su lustroso calzado. ¡Esto es muy feo, Pedro!, exclamo el ministro, morado de ira. Y yo sin escuchar, sin decir nada, seguí caminando indiferente a los periodistas y camarógrafos que tragando saliva murmuraban: ¡Huy!, que atrevida.
¡Esto es muy feo, Pedro!, me gritaba el ministro alzando las manos como si fuera una representación teatral. ¡Esto es muy feo!, reiteraba su papel con un dramatismo exagerado que  enrojecía sus mejillas.
El chico ecuatoriano, a la media cuadra, me abrazo confesándome sentir orgullo de mi osadía. Pero va a tener sus costos, me previno sacándome la mano del hombro. Es la autoridad cultural, y este mal rato no se le va a olvidar, porque lo ofendiste y el solo te quería saludar.
Pero el debiera conocer mi prontuario anti derecha, le contesté con bravura. Me salió del alma, no lo pude evitar. Ahora pienso que lo olvidará, los pitucos light de la derecha borran la memoria, no les conviene, por eso no son resentidos, la amnesia es su política de poder.
Y no estaba tan equivocado, porque al día siguiente el ministro aparecía en el diario declarando que yo era un nostálgico resentido. Viste que tenía razón, soy “tellible de resentido”, le susurré a mi ecuatoriano caracoleando en sus morenos brazos.

Pedro Lemebel


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