Hoy se nos enciende el corazón al observar como se inicia el proceso de liberación nacional, a través de la expansión de la idea de una Asamblea Constituyente en nuestro querido país, para redactar una nueva Constitución Política que reemplace la que nos fue impuesta en 1980. La patria anhela ser libre y reclama su derecho irrevocable a la autodeterminación y a la independencia. El pueblo demanda consiente o inconscientemente una nueva Constitución que nos defienda y nos proteja en dignidad, que nos considere como soberanos absolutos de nuestros propios destinos y asegure nuestro bienestar, la Justicia e Igualdad social que nos corresponde.
Pero ¿qué es la Asamblea Constituyente?. Parece algo nuevo y nunca pensado por nadie en Chile; no lo pasan en el colegio, ni siquiera en la Universidad, es como que somos ignorantes al respecto. Pese a esto, la ignorancia de lo que es la Asamblea no impide el avance de esta hermosa idea y su segura realización.
Una Asamblea Constituyente es la más hermosa manifestación de Democracia que puede manifestar un país. Es el espacio donde la voluntad del Pueblo (entiéndase pueblo como todo habitante del país) es la única voluntad, y su libre determinación se manifiesta a cabalidad. Como definición tradicional y conservadora podríamos decir que se trata de: «una reunión de personas, representantes del pueblo, que se juntan a redactar la Constitución Política que regirá a su país». Sin embargo esa definición se queda corta, pues no refleja el carácter popular de la Asamblea, que, como su nombre lo dice, debe convocar la participación más directa posible del pueblo. Para esto debiéramos completar la definición diciendo que «la convocatoria debe ser lo más amplia posible y abarcar todos los sectores de la sociedad con representantes de cada lugar del país y de cada sector social (organizaciones sociales y políticas, movimientos estudiantiles, científicos y artísticos, trabajadores de todas las áreas, docentes, pueblos originarios, movimientos de género y por qué no: la opinión de los niños), debiendo resguardar por sobre todo la democracia y la participación popular en el proceso Constituyente. La participación popular incluirá la reflexión y aporte constante de la ciudadanía sobre las propuestas constitucionales, siendo el pueblo el único poseedor del poder soberano de construir, elegir o revocar la Constitución Política que ha de dirigir sus destinos en el tiempo».
Sea ésta más o menos la idea que se lleve a cabo, o no, hemos de saber (y defender en el caso que sea necesario) que la Asamblea Constituyente es un derecho inherente de los pueblos y naciones y no se limita a jurisdicciones ni reglamentos constitucionales, ni ningún tipo de ley, pues, por su condición ORIGINARIA es SUPERIOR a toda ley, acuerdo, norma o reglamento. TODO PAÍS QUE SE RIGE BAJO UN REGÍMEN DEMOCRATICO puede llamar a Asamblea Constituyente. En el caso de que los gobiernos o sectores políticos dominantes se opongan o intenten detener este proceso, el pueblo (mientras sea mayoría) tiene toda la facultad Democrática de realizar la Asamblea Constituyente y redactar una nueva Constitución. La Asamblea Constituyente está por sobre cualquier ley o reglamento y no depende, en ningún caso, de éstas para poder constituirse.
El proceso de Asamblea Constituyente en Chile hoy debe constituirse en base a la participación social de la población que debe ser la protagonista de su propia reconstrucción como República. Hemos de tener conciencia y defender la idea de que la Asamblea debe ser popular y los poderes estatales y/o fácticos no pueden poner condiciones ni limitaciones a ésta.
«La Libertad de nuestro Pueblo dependerá de la ejercitación de su propia soberanía»
Red de Estudiantes de Chile por la Asamblea Constituyente