Entrevista con Laura Ortiz, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, Aces.
El jueves 23 de junio marcharon alrededor de 30 mil estudiantes en Santiago y hubo más de 100 detenidos por la policía en todo el país, en un contexto de más de dos semanas de movilizaciones, paros y tomas en 500 establecimientos escolares. Uno de los convocantes principales fue la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, Aces. La vocera de esa organización, la joven de segundo año medio del liceo municipalizado Confederación Suiza, Laura Ortiz Carvajal, le dio a la marcha una “alta valoración. Hubo estudiantes secundarios, universitarios y trabajadores. Como hay un gran descontento social, nuestros padres se están percatando de que nuestra pelea no es un capricho. No es posible que los padres tengan que endeudarse tremendamente para educarnos, cuando la educación es un derecho. Confiamos en que la gente, cada día que pase, le crea menos a la televisión y más a los miles y miles de movilizados”.
La Aces funciona como una asamblea de los establecimientos educacionales más periféricos y empobrecidos, y que, por tanto, sufren especialmente uno de los sistemas de enseñanza más fragmentado y excluyente socialmente del planeta. Ya está abarcando gran parte del territorio nacional.
Y Laura Ortiz, apenas una muchacha, tiene ideas claras hacia dónde ir, qué hacer, cómo y con quién. Su voz segura y adolescente enseña cuando dice. Abre caminos y practica con el ejemplo. Una vez más el decoro parece mal distribuido. Pocos tienen mucho y muchos tienen poco. Laura está a la cabecera de las primeras.
-¿Cuáles son sus demandas centrales?
-Nos organizamos y luchamos sobre cuatro ejes centrales. La tarifa escolar gratuita del transporte colectivo los 365 días del año a lo largo de todo el país; por una educación estatal, laica, gratuita, de excelencia, que asegure salud y alimentación de calidad para todo el sistema escolar; mejora en los liceos técnicos en cuanto a infraestructura y alimentación, prácticas laborales pagadas y derecho a sindicalización; y no a la privatización encubierta de los colegios afectados por el terremoto de febrero del año pasado.
-¿Y de dónde saldrían los recursos?
-A través de la renacionalización del cobre que hoy, en más de dos tercios, está en manos de privados. Y estratégicamente estamos por una renacionalización bajo control de los trabajadores y de todo el pueblo. Queremos que los excedentes del cobre sean socializados y se termine el enriquecimiento legalizado de las cuatro familias más ricas que junto con el capital transnacional son dueñas de Chile. Y por supuesto que la riqueza del cobre no debe destinarse sólo a la enseñanza.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LAVÍN
-¿Qué opinión tienes de los partidos políticos?
-Que los tradicionales no representan nuestros intereses, velan sólo por los propios y que nos han traicionado históricamente. No validamos que nos intenten dirigir. Nosotros somos una asamblea autónoma y por cambios de raíz. No estamos dispuestos a negociar respecto de nuestras demandas, porque eternamente nos llevamos pidiendo migajas.
-Junto a los cambios estructurales que exigen están porque el ministro de Educación, Joaquín Lavín, renuncie a su cargo…
-Sí. Porque Lavín no es una autoridad que cubra las necesidades que tenemos como estudiantes. Él ha lucrado directamente con la enseñanza (por sus acciones en la Opus Dei Universidad del Desarrollo, por ejemplo). Es imposible que confiemos en él. Observamos claramente sus malas prácticas, la forma en que ha maltratado al movimiento estudiantil y que no sale de las amenazas y la represión. Demandamos su renuncia porque no es un interlocutor válido para los estudiantes.
EL MIEDO ES UN ENEMIGO PRINCIPAL
-¿Han tenido apoyo de sectores distintos a los estudiantiles?
-Nos apoyan cada vez más los padres y apoderados. Hemos marchado con los mineros subcontratados de El Teniente en Rancagua, nos ha acompañado la Confederación de Trabajadores Bancarios. La dinámica de nuestra lucha se está ampliando cada vez más hacia el conjunto de la sociedad. Ya es un tema de país.
-¿Qué piensas de la eventual movilización de los trabajadores portuarios hacia la segunda semana de julio?
-Nosotros estamos con cualquier tipo de movilización que defienda los intereses de los trabajadores. A fin de cuentas, el enemigo es el mismo: el capitalismo. La gente está perdiendo el miedo y recobrando la conciencia de que los abusos y atropellos pueden modificarse. Y una de nuestras luchas principales es contra el miedo. El Presidente Sebastián Piñera no puede representar a un pueblo empobrecido en todos los ámbitos, independientemente de las cifras macroeconómicas que sólo benefician a unos pocos.
-¿Cómo están las relaciones con sus profesores?
-En general, los profesores nos apoyan. Hay excepciones, claro. Eso sí, no nos apoyan completamente por el temor evidente a perder el trabajo. Hay sindicatos docentes que están abiertamente con nosotros.
“DEBERÍAMOS SER GOBIERNO”
-¿Qué efectos tendría un paro general en Chile contra el listado largo de injusticias que sufre la gente de a pie?
-El Gobierno no podría eludir más lo que está ocurriendo.
-¿Qué piensas de la formación de un nuevo bloque o instrumento político-social, amplio, abierto, inclusivo, democrático, donde todas las demandas sociales tengan su sitio y donde el conjunto de la sociedad se solidarice como una sola fuerza, sin instrumentalizaciones bajas y con capacidad de ofrecer conducción social y política a los distintos movimientos en curso?
-Eso es lo que queremos. Y lo estamos haciendo paulatinamente, con los universitarios, con los trabajadores. No sólo es favorable, sino que es necesario. Nosotros no tenemos problemas con los estudiantes universitarios, como nos han querido endilgar, sino con algunas dirigencias universitarias burócratas en particular.
-Y si ese bloque político-social se constituye y se vuelve fuerte, y tuviera un proyecto de desarrollo de país, un programa, ¿Qué opinas de participar en las elecciones presidenciales y parlamentarias de Chile?
-Si ese bloque emancipador fuera una realidad, deberíamos ser gobierno. Tendríamos que tener un candidato a Presidente. Eso no existe aún. Pero vamos por eso.
Por Andrés Figueroa
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