Un recurso de protección fue presentado en la Corte de Apelaciones de Valdivia por el Comité de Defensa del Mar, dirigentes de comunidades mapuche de Mariquina y de asociaciones de pescadores indígenas. El documento afirma que la aprobación del proyecto del ducto presentado por Celulosa Arauco atenta contra los derechos de los pueblos originarios, consagrados en el Convenio 169 de la OIT y en la llamada Ley Lafquenche.
Publicamos el comunicado recibido en nuestra casilla de correo electrónico:
Por el mar y su gente: Comunidades mapuche, pescadores y miembros del Comité de Defensa del Mar interponen Recurso de Protección
El Comité de Defensa del Mar, junto a dirigentes de comunidades Mapuche de Mariquina y dirigentes de asociaciones de pescadores indígenas fueron a la Corte de Apelaciones de Valdivia, a presentar un recurso de protección por la aprobación del proyecto del ducto presentado por Celulosa Arauco el día 23 de febrero, el que fue aprobado por la Corema de la región de los Ríos encabezada por el intendente Alejandro Larsen, por 11 votos a favor y 6 en contra.
Para presentar esta acción judicial fueron acompañados por el abogado del Observatorio Ciudadano, Cristóbal Carmona.
La aprobación del ducto, llamado eufemísticamente “sistema de conducción” significa un permiso ambiental para que Celulosa Arauco descargue sus desechos tóxicos directo al mar en la bahía de Maiquillahue. Con esto incurren en una grave violación a los Derechos de los Pueblos Originarios, derechos reconocidos por el Convenio 169 de la OIT y por la Ley 20.249 más conocida como la Ley Lafkenche. Leyes que protegen el derecho a respetar los usos y costumbres desarrolladas por los Pueblos Originarios, en este caso el Pueblo Mapuche Lafkenche.
Al descargar sus Riles en nuestro Mar, contaminarían nuestros alimentos, no sólo los que están dentro del mar, sino que todo aquellos que están en el del borde costero. Un ejemplo muy claro es que con las mareas altas contaminarían el pasto del cual se alimentan animales como vacunos, ovejas y cerdos; o los huertos que están cerca del río. Todo esto se traduce en una grave alteración a la de forma de vivir, de alimentarnos con productos sanos lo que finalmente termina en enfermedades cancerígenas, malformaciones o menos años de vida.
Los científicos y los marinos -esos que fallaron al no avisar la venida del tsunami- deberían saber y comunicar que el río Lingue ha estado todo este tiempo entrando con fuerza desde el mar. No pueden decir por lo tanto que los desechos se perderían o diluirían a kilómetros de la costa, con muestras tan patentes como ésta de que río y mar, forman en nuestro Lafkenmapu un solo sistema. La cosmovisión mapuche tiene explicaciones para este fenómeno y es justamente la falta de respeto humana, el desequilibrio lo que ha desencadenado eventos como los vividos hace un mes.
Tenemos derecho a seguir existiendo como ancestralmente lo hicieron nuestros abuelos, a que se respeten los sitios sagrados, los que se ven amenazados por el trazado del ducto como el Ngillatuwe y el cementerio que están ubicados en Puringue. Derecho a seguir intercambiando productos del mar por los productos que cosechan en la cordillera nuestro hermanos, derecho a comer lo que la naturaleza generosamente nos ha dado.
No podemos aceptar que nos contaminen, nos enfermen y nos maten con los tóxicos que utiliza Arauco, porque somos un pueblo vivo, un pueblo que quiere seguir viviendo, por eso exigimos dejar sin efecto aquella aprobación, y exigimos que se cumplan las leyes donde el Estado reconoce nuestro derechos.
¡No al ducto! ¡Por nuestra gente! ¡Por nuestro territorio!
26 de marzo de 2010