Un gran muro rodeado por maleza es lo único que queda de AZETA. La empresa del rubro de la electricidad, contratista de Chilectra, se declaró en quiebra, y con ello intentó también borrar la fatídica historia que ocurrió en su interior, pero a un costado, una iluminada animita alerta: “Juan Pablo Jiménez, Verdad y Castigo”, se puede leer.
Y es que, a tres años de la muerte del dirigente sindical por un disparo en la cabeza, aún no se encuentra a los verdaderos culpables. La tesis de la PDI, de que el obrero falleció producto de una “bala perdida” disparada desde el sector de La Legua Emergencia, se contrapone a la de la familia, la cual, tras el cese de las investigaciones, encargó peritajes privados que concluyeron que es materialmente imposible que un proyectil recorra esa distancia (más de 1 Km) y conserve la fuerza necesaria para matar.
“Hasta hoy, reina la impunidad ante el crimen de nuestro compañero, y es por eso que exigimos que se sepa la verdad, que los reales culpables reciban su castigo. Nosotros no queremos que este crimen sea tragado por el olvido”, sentenció la abogada Margarita Peña, en representación de la Coordinadora Verdad y Castigo.
Cabe mencionar que el obrero electricista fue un activo dirigente que luchó contra el régimen del subcontrato, buscando unificar por la base a todos los trabajadores de AZETA, independiente del nombre de la empresa para la que trabajaran. Así también, se opuso a la precarización del trabajo, batallando por mejorar las condiciones de seguridad y acabar con los agotadores sistemas de turnos, que a veces incluían 2 o 3 turnos seguidos.
Fue precisamente ese espíritu de lucha el que la familia y sus cercanos quisieron rescatar, y es por eso, que apoyados por organizaciones de estudiantes y de trabajadores del sector público y privado, llamaron a marchar en rechazo a la Reforma Laboral, ad portas de ser aprobada por el Parlamento.
“La Reforma Laboral ataca gravemente a los trabajadores, manteniendo el régimen del subcontrato y llegando a autorizar jornadas de trabajo de hasta 12 horas diarias, 7 días seguidos, y hasta 20 días si se trabaja lejos de la ciudad. Es por eso que llamamos a manifestar nuestro total rechazo a la Reforma y convocamos a luchar contra este nuevo ataque a la clase trabajadora, como lo hizo Juan Pablo, Nelson Quichillao y Rodrigo Cisternas, obreros asesinados en ‘Democracia’”, expresó la vocería de la coordinación el domingo pasado, en un acto de conmemoración a las afueras de la ex Azeta.
La marcha está convocada para el jueves 25 de febrero a partir de las 19:00 horas y el punto de encuentro será en Plaza de Armas.