Ayuda Directa: experiencias de la sociedad civil organizada

Iniciativas de reconstrucción participativa tras el terremoto y tsunami

Ayuda Directa: experiencias de la sociedad civil organizada

Autor: Wari

Iniciativas de reconstrucción participativa tras el terremoto y tsunami.
Según constatación en terreno, aún existen muchos afectados que no reciben asistencia por parte de las instancias de Gobierno y acusan abandono. En la campaña Ayuda Directa, se aprestan a apoyar la reconstrucción de las fuentes de producción de los afectados, en una lucha contra el asistencialismo.

Tras el terremoto, diversas iniciativas autogestionadas han surgido desde organizaciones sociales, políticas, indígenas, grupos de profesionales, funcionarios públicos y juntas de vecinos.  Muchos anónimos que, desde la primera semana, comenzaron a viajar a las zonas más afectadas y a coordinar acciones de ayuda urgente para los damnificados a través de sus organizaciones de base.

La destrucción provocada por la fuerza de la naturaleza abarca numerosas dimensiones de las vidas de las personas y comunidades. Por lo que la ayuda no solo incluyó alimentos, sino también, entre otras necesidades, implementos para las mujeres y lactantes, herramientas de trabajo, juguetes para los niños, material de lectura, y se generaron talleres de salud mental y se comió juntos.  Grupos de distintos puntos del país llegaron a trabajar junto a las familias en la remoción de escombros y limpieza.  Muchas de estas iniciativas quizás nunca serán recordadas, salvo por aquellas familias que las recibieron y acogieron en medio de la destrucción, sin embargo forman parte de un interesante proceso de reconstrucción participativa.

Al sur del país varias organizaciones han hecho frente común, articulándose para optimizar recursos, captar fondos de solidaridad y distribuir ayuda en los diversos territorios, principalmente entre las comunidades mapuche lafkenches y los habitantes de la zona costera de las regiones del Bío Bío, Araucanía y Los Ríos.

En Temuco, por ejemplo, se creó una Red de Apoyo de Organizaciones de la Sociedad Civil, que ha llevado ayuda a localidades como Cobquecura, Curanilahue, Lleu Lleu, Tirúa, Budi, Toltén, Queule, Mewin, Mississipi, entre otros apartados rincones, y habilitado una cuenta bancaria especial para recibir aportes nacionales y desde el extranjero.  “Somos una ayuda directa a las familias que han sido afectadas, no sólo de apoyo humanitario, sino también sociocultural y político”, señala Rayen Kvyen, parte de esta red y representante de la Casa de Arte Mapuche y del Colectivo de Artistas Mapuche.  En Valdivia, en tanto, los esfuerzos de las organizaciones se centraron en generar apoyos técnicos para la futura reconstrucción.

El pasado terremoto y maremoto cobró vidas, afectó viviendas, servicios básicos y actividades productivas, pero también afectó la capacidad de gestión local.  Por lo que se deben destacar iniciativas como el acuerdo firmado, a fines de marzo en Tirua, entre la Municipalidad y la Red de Apoyo de Organizaciones de la Sociedad Civil de Temuco, para trabajar juntos en la “recuperación y reconstrucción sustentable” de esta comuna.  En este proceso de apoyo directo a la gestión local, la participación y la sustentabilidad se vuelven ejes claves de todo proceso que tienda a reconstruir lo perdido.

RECONSTRUCCIÓN: ENFOQUE GUBERNAMENTAL V/S SOCIEDAD CIVIL

El 23 de marzo el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, presentó en la Cámara de Diputados el Plan de Reconstrucción del nuevo gobierno para las zonas devastadas.  En su exposición, no hubo alusión alguna a la sociedad civil, a la participación ciudadana, ni a los gobiernos municipales.

El presidente Piñera anunció que se requerían cerca de 30 mil millones de dólares para reconstruir Chile, y de inmediato surgieron las críticas, así como denuncias de que los montos habían sido incrementados con el propósito, se señalaba, de intervenir políticas públicas heredadas de la administración de Bachelet.  Su propuesta, entre otros aspectos, plantea austeridad fiscal, recorte de gastos y programas, suspensión de licitaciones y revisión a la ley de donaciones.  Sin embargo, llama la atención que los recursos para la educación privada fueran superiores a los de la educación pública y las graves faltas a la transparencia en algunas licitaciones públicas, como fue la adjudicación directa de 8 mil millones de pesos a grandes empresas (Easy, Sodimac y Construmat), para que provean, exclusivamente, de materiales a los gobiernos locales para el proceso de reconstrucción.

José Aylwin, codirector del Observatorio Ciudadano e integrante de la Red de Apoyo en Temuco, considera que la política de ayuda del nuevo gobierno tiene un marcado carácter asistencialista, que muchas veces entra en contradicción frente a la realidad social y política de la ciudadanía.  Invisibilizando el “rico proceso de interacción y de coordinación desarrollado por distintas organizaciones, que comparten una visión de sociedad más democrática e intercultural.  Donde no todo ha sido entregar apoyo solidario, sino también identificar el estado de las organizaciones y de los dirigentes involucrados y analizar cómo rearticularse en el nuevo contexto político”.

Por su parte Patricia Boyco Chioino, del Observatorio de Género y Equidad, celebró esta experiencia ciudadana de reconstrucción y afirmó: “sí es posible reconstruir mejor las regiones, y hacerlo de manera sustentable y equitativa, ello junto a la sociedad civil organizada.  El otro modelo, el gerencial, es opaco, concentra el poder económico y político, y profundiza las desigualdades”.

Mayores informaciones: www.observatorio.cl

Por Paulina Acevedo y Elías Paillan C.

El Ciudadano


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