Seis días de huelga suman el medio millón de empleados bancarios brasileños que se movilizaron por una nueva propuesta de la Federación Nacional de los Bancos (Fenaban), que satisfaga sus demandas de reajuste salarial y mejores condiciones laborales.
En medio del descontento popular contra el gobierno interino de Michel Temer, más de 11.500 agencias, un 49% del total de las existentes en el país, se unieron a esta convocatoria, de acuerdo con un comunicado la Confederación Nacional de los Trabajadores del Ramo Financiero (Contraf).
Según informó TeleSUR, los bancarios en paro reivindican por lo menos un 15% de reajuste salarial y, además, poner fin a las metas abusivas, al asedio moral y sexual, y a la tercerización, entre otras demandas.
Mientras, la Febanan propuso en su última reunión con los sindicalistas un reajuste salarial del 7% y un abono de 3.000 reales (unos 900 dólares estadounidenses). Un ofrecimiento que está incluso por debajo de la inflación proyectada para el mes de agosto, que fue de 9,57 puntos porcentuales, algo que según el presidente de la Contraf resulta inadmisible, pues las ganancias de las entidades financieras son cada vez más elevadas.
Los cajeros electrónicos siguen siendo abastecidos con efectivo y las cuentas pueden cancelarse vía internet o en otras dependencias, como los correos.
Las demandas
La Contraf reclama una mejora salarial de 14,78% que contempla una compensación de la inflación (de 9,57% de promedio en doce meses, según el pliego de reivindicaciones), más un 5% de aumento.
También pretenden subir el piso salarial, de unos 1.800 reales (casi 550 dólares al cambio actual) a 3.940 reales e incrementar el bono que reciben como participación en el lucro de las empresas.