Cameover: destruyendo las cámaras de vigilancia (Video)

En una acción directa y organizada que ha sido asociada al vandalismo, la anarquía, el delito, la libertad, la desobediencia y la destrucción pura. Lo cierto es que el Cameover se ha convertido en la nueva actividad clandestina de las noches berlinesas: expediciones cuyo fin es acabar con la vigilancia de la sociedad destruyendo cámaras de Circuito Cerrado de Televisión.

Cameover: destruyendo las cámaras de vigilancia (Video)

Autor: Sebastian Saá

El paisaje urbano de nuestro tiempo tiene algunos signos que lo identifican de inmediato, siendo uno de los más representativos las cámaras de videovigilancia, el famoso Circuito Cerrado de Televisión (CCTV) que cumple las funciones de un panóptico omnipresente, un ojo insomne que por un instante convierte los espacios públicos en proto-prisiones atentas a la infracción de la ley y la norma, cumpliéndose así, parcialmente, la distopía largamente imaginada por escritores, filósofos, juristas y teóricos sociales en los que el gobierno mantendría una vigilancia perpetua sobre sus ciudadanos.

Como reacción a esta tendencia que cada vez nos parece más habitual en Alemania y específicamente en su capital, Berlín, se formó un grupo que se llamó a sí mismo Camover, nombre que también dan a la actividad que distingue a sus integrantes: vestidos con capuchas negras y cubiertos prácticamente en todo el cuerpo, emprender aventuradas expediciones que tienen por único fin destruir las mencionadas cámaras.

Este modus operandi tiene todos los visos de un juego, pues además de dejar constancia en video que después aparece en Internet (preferentemente en YouTube), al parecer hay variaciones que dan más o menos valor a la acción, por ejemplo, por el lugar de la ciudad donde se encuentre la cámara o por el método o instrumento que se elija para volverla inservible.

Las reglas de Cameover —escribe Oliver Stallwood en The Guardian— son simples: moviliza un grupo y piensa en un nombre que empiece con “comando”, “brigada” o “célula”, seguido del apodo de una figura histórica (Van der Lubbe, un albañil holandés convicto por prender fuego al Reichstag en 1933, es uno de los nombres usados). Después destruye tantas cámaras de CCTV como puedas. Se recomienda ocultar tu identidad, aunque no es esencial. Finalmente, graba tu travesía de destrucción y postéala en el sitio web del juego —aunque incluso seguirle la pista a esta página puede ser un desafío en sí, pues continuamente lo bajan.

Se trata, en suma, de una expresión colectiva asociada a ideas de anarquía, libertad y desobediencia constructiva.

Fuente: The Guardian


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