Centralismo nacional en crisis: Chispa en Aysén, fuego en todo Chile

Los problemas, demandas y organizaciones que impulsan a las regiones El 2011, Punta Arenas encendió sus primeras barricadas para rebelarse ante el inminente alza del gas, que despertó la furia magallánica, haciendo retroceder a Sebastián Piñera

Centralismo nacional en crisis: Chispa en Aysén, fuego en todo Chile

Autor: Wari

Los problemas, demandas y organizaciones que impulsan a las regiones

El 2011, Punta Arenas encendió sus primeras barricadas para rebelarse ante el inminente alza del gas, que despertó la furia magallánica, haciendo retroceder a Sebastián Piñera. Un año después, la rebeldía sureña salió a librar en las calles de Aysén una lucha no vista en Chile durante mucho tiempo. En el Norte “se agotó la paciencia”, y la movilización y la demanda se instaló en Calama y Arica. Con distintos problemas, se comparte la misma motivación: poner fin al centralismo chileno y desnudar un sistema inequitativo.

ARICA Y PARINACOTA, Y TARAPACÁ: ABANDONO Y DEMOCRACIA EN DEUDA

Tal como recuerdan sus ciudadanos, la realidad de Arica fue alguna vez muy distinta. En 1953 fue decretado puerto libre, para ser fortalecido en 1958 con la creación de una Junta de Adelanto autónoma. Sin embargo, con la llegada del dictador, las cosas cambiarían abruptamente para la ciudad. “En su lógica no podíamos ser una ciudad atractiva en lo económico si limitábamos con dos países enemigos que son Perú y Bolivia”, relata Marjorie Cortéz, vocera del Movimiento Región Autónoma.

Hoy, Arica lidera funestos estudios de desempleo, contaminación y despoblación, entre otros. “Un grupo de estudiantes lanzó un video que evidenciaba nuestros problemas y fue allí donde se comenzó a llamar asambleas ciudadanas”, cuenta la vocera. Así es como nació el Movimiento Región Autónoma que, según el miembro de la agrupación Hermann Mondaca, ya reúne a cerca de 60 organizaciones. Mondaca relata que recientemente protestaron por los 39 años de abandono, donde se organizó una asamblea que recogió las propuestas de la ciudadanía.

“Estas propuestas se entregaron a la Intendencia regional y se enviaron al Presidente. En tanto, nos hemos declarado en estado de movilización y educación permanente. Hasta el 30 de abril discutiremos en todas las organizaciones ciudadanas e integraremos las demandas. Ahí definiremos las acciones a seguir”, señala.

Más al sur, la iniciativa de lucha de Tarapacá también surge del agotamiento de sus jóvenes, quienes iniciaron un movimiento que reúne a estudiantes, autoridades, vecinos y especialistas en búsqueda de soluciones para la región.

“No contamos con personas que proclaman sus demandas y luego esperan que otros las solucionen por ellos”, señalan los miembros de Iquique Ciudadano. Y además, vaticinan: “Las regiones de Chile se organizarán para exigir el fin de la exclusión en la toma de decisiones. La democracia aún está en deuda con las regiones”.

ANTOFAGASTA: LAS RIQUEZAS NO PERCIBIDAS

Hace sólo unas semanas, el gobierno de Sebastián Piñera se mostró preocupado ante la organización de una marcha organizada por la Asamblea Ciudadana de Calama. “Nuestro principal problema es el déficit de infraestructura en general. Tenemos un déficit de conectividad; de infraestructura cultural y social, en cuanto a edificios públicos, no tenemos universidades estatales en Calama, no contamos con centros de investigación, ni con centros de salud de buen nivel, tenemos que llevar nuestros enfermos a la ciudad de Antofagasta. Sumado a esto, se encuentra el alto grado de contaminación”, precisa Esteban Velásquez, alcalde de Calama.

Velásquez declara que se sienten “abusados por el poder político de Santiago que solamente nos concibe como una zona productora, somos verdaderos peones de ganado para enviar riqueza por muchas décadas sin retorno ni compensación alguna”. Según diversos informes, las utilidades de Codelco alcanzaron durante 2011 los siete mil millones de dólares, cifra que es en un 52% aportada por Calama. “Hablamos de alrededor de 3.200 millones de dólares y de eso nuestro beneficio es cero”, enfatiza.

Por su parte, Manuel Vega, coordinador de la página de difusión y encuentro ciudadano Despierta Antofagasta, señala otro problema: “La mala y casi asquerosa calidad del agua. Ya hemos visto manifestaciones por la falta de este vital elemento y su poca higiene. Las localidades de Baquedano y Sierra Gorda han hecho manifestaciones porque no tienen respuestas, de hecho les depositan agua en unas especies de contenedores de plásticos que se encuentran a todo sol en el medio del desierto”.

El alcalde de Calama agrega que la movilización que inicia la ciudad no tiene vuelta atrás. “Hoy día es el tiempo de regiones, la verdadera revolución que debemos afrontar en Chile es la descentralización. A este proceso no hay nada que lo detenga”.

ATACAMA Y COQUIMBO: EL CHANCHO MAL PELADO

Los problemas de Atacama comienzan con la educación. “Es desigual, precaria y pobre. En Copiapó, existe poca posibilidad de acceder a ésta, debido a la falta de recursos económicos y de la desigualdad de la enseñanza”, sostiene Sandra Peña, integrante de la Mesa Social en Defensa de Atacama. “La Universidad de Atacama es una de las universidades más pobres del país, donde el 75% del estudiantado pertenece a los dos primeros quintiles y se le ha reducido el presupuesto en un 40%”.

Sin embargo, es el conflicto medioambiental lo que tiene más preocupados a los atacameños, comenzando con la pesadilla de Termoeléctrica Castilla. “A grandes rasgos, esto se trata de una empresa multinacional en manos de Eike Batista, que pretende instalar su ‘megacontaminante’ en el borde costero de nuestra región, a 10 kilómetros de Totoral, la que equivale a seis termoeléctricas juntas, convirtiéndose en la más contaminante de Latinoamérica”, informa Peña. Otro problema urgente es la escasez de agua en la localidad.

“Creemos que está muy mal pelado el chancho”, declara Luz Eliana Alfaro, de la organización Ciudadanos por la Defensa de la Salud y el Medioambiente de Coquimbo. Comenzaron en 2009 con 60 socios y actualmente trabajan transversalmente con 60 organizaciones de diversa naturaleza, desde Arica a Valparaíso. Sus objetivos apuntan a transformar el modelo neoliberal impuesto en Chile y unificar las luchas del país.

A la pelea se suma la Red Ambiental Norte (RAN), nacida en la localidad de Salamanca, formada por distintas agrupaciones en búsqueda de una participación activa contra el abuso del medioambiente. En su petitorio circulan demandas que van desde la idea de nacionalizar el agua hasta la aplicación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y su consulta a los pueblos originarios sobre los proyectos que les afecten. Según Rotce González, miembro de la organización, “la esperanza es que también surja uno similar desde el sur”.

“La RAN es una red que se cree parte del mundo social que despierta, y nos interpreta plenamente la consigna del pueblo de Aysén: “Tu problema es mi problema”. Ello resume el espíritu que prima hoy, la unidad social del pueblo y la desconfianza generalizada al mundo político en el poder, sean del color que sean”, señala Jorge Miranda, miembro de la organización.

VALPARAÍSO: EL PATRIMONIO EN PELIGRO

La turística ciudad de Valparaíso no escapa del abandono en que el poder central de Santiago tiene a las regiones. “En Valparaíso existe un deterioro absoluto del patrimonio nacional, la pésima accesibilidad a ciertos sectores en donde no hay posibilidades para que ingresen ambulancias ni carros de bomberos por falta de caminos, la privatización del puerto y el proyecto de construcción de un mall”, resume, entre otros problemas, Carla Amtmann, miembro de la Coordinadora por la Lucha de los Pueblos.

Esta agrupación surge preocupada por los últimos episodios de represión vividos al alero de las movilizaciones. Sin embargo, como reconoce Amtamnn, hoy trabajan en “temáticas locales y nacionales, hacemos intervenciones de difusión en las plazas, hacemos campañas temáticas, organizamos foros, espacios de encuentro y organizamos o participamos de convocatorias a movilización. En la coordinadora hay alrededor de 25 organizaciones estudiantiles, académicas, de medios alternativos, etcétera”.

Por su parte, Isaac Alterman, de la Asamblea Valpo Puerto, relata el quehacer desde la coordinadora de organizaciones que ha liderado una resistente lucha contra el proyecto de Mall Plaza, de instalar uno de sus centros comerciales en el Valparaíso. “Hemos concordado en que el tema mall se reduce hoy día a congelar el proyecto comercial e inmobiliario, ya que si no lo hacemos no habrá nada que discutir en el futuro”.

O’HIGGINS Y MAULE: PROMOVIENDO EL CAMBIO DESDE LOS TERRITORIOS

Desde la ciudad de Rancagua, el sindicato de trabajadores contratistas del cobre (Siteco) revela la compleja situación laboral que se vive en la zona cuando termina la temporada de fruta. Además, aseguran que la región se caracteriza por sus bajos sueldos y el problema de la subcontratación.

Jorge Peña, presidente de Siteco, señala: “Estamos empeñados en generar movimiento. Ahora estamos en una coordinadora de defensa de los fondos de pensiones y se realizará una marcha este 2 de abril, con motivo de cumplirse 30 años desde el establecimiento del sistema actual de previsión”, informa.

En tanto, en el Maule, acusan problemas en el ámbito identitario, político y de desarrollo económico, sumado al conflicto de la reconstrucción. “Existe una relación entre la baja pertinencia de las soluciones entregadas con las dificultades en el diálogo entre Estado y sociedad civil”, señala Stefano Micheletti, director ejecutivo de la organización SurMaule. Una reciente Consulta Ciudadana sobre Reconstrucción confirmó la insatisfacción de la ciudadanía al respecto.

Conscientes de la necesidad de soluciones, SurMaule ha planteado su trabajo en torno a un objetivo específico: “La vinculación directa con actores sociales diversos para promover procesos de cambio y desarrollo social desde los territorios”.

BÍO BÍO Y ARAUCANÍA: EL FANTASMA DE LA RECONSTRUCCIÓN

En la región del Bío Bío, los efectos tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 se han convertido en el principal problema de sus habitantes, pero no en el único y los ha unido en la búsqueda de soluciones. “Las problemáticas más críticas se presentan en las áreas productivas principales, en las que la extracción masiva de materias primas va en aumento y, en cambio, su beneficio marcha en forma contrariamente proporcional. La pesca y el sector portuario son un sector muy dañado”, señala Eduardo Ampuero, de la Red Construyamos.

Los conflictos entre el Estado y el pueblo mapuche son foco de otra preocupación. “Son un sector de gran tensión, producto de la disputa de territorios contra grandes empresas forestales y mineras. La violencia represiva es un factor relevante”, explica.

Red Construyamos agrupa hoy a 20 organizaciones sociales –principalmente pobladores- funcionando como una asamblea que sesiona semanalmente en Concepción y Talcahuano. Ampuero explica que “este ejercicio surge desde el terremoto, sin embargo tiene un desarrollo más amplio que el de los damnificados por el origen verdadero de la catástrofe: el carácter económico de la segregación social”.

En tanto, Jorge Figueroa, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Bío Bío, manifiesta: “Nosotros no podemos seguir aguantando más ser prisioneros de los gobiernos actuales, somos empleados del Estado. Estamos chatos de que vengan la Derecha y la Concertación, traigan a su gente con sueldos millonarios, mientras el trabajador común sigue ganando 200 ó 500 mil pesos”.

Desde su lucha con estudiantes y trabajadores de la salud, la Fenats asegura que “nuestro mejor aliado son los siete mil enfermos en Chile, queremos que ellos marchen al frente, diciendo claramente que queremos una salud pública, de calidad y gratuita”.

Por su parte, desde la Federación de Estudiantes Secundarios de Talcahuano, los pingüinos defienden el asambleísmo que ya caracteriza a todos los nuevos movimientos sociales en Chile: “Es la mejor forma de trabajar, ya que salimos de la cotidianidad donde unos pocos participan se informan y deciden y la expandimos a las bases”.

LOS RÍOS Y LOS LAGOS: LA PELEA MAPUCHE NO TERMINA EN ARAUCANÍA

Contrario a lo que se piensa, la presencia del pueblo mapuche en el territorio nacional supera los límites de la Araucanía, llegando más al sur e incluso a la misma capital. Por ello, el partido nacionalista mapuche Wallmapuwen se mantiene con trabajo activo en las regiones, valorando la idea de un Estado plurinacional y entrando a la pelea electoral.

“Nosotros luchamos por derechos de reivindicación social, territorial, político y cultural”, explica Mauricio Huenulef, uno de sus voceros, y enumera los conflictos presentes en ambas regiones: derechos de agua, invasión de proyectos termoeléctricos e hidroeléctricos, sumado a los conflictos históricos del pueblo mapuche con las empresas forestales.

Actualmente, Wallmapuwen se encuentra sellando acuerdos electorales con el Partido Progresista, humanistas, ecologistas y fuerzas regionalistas que apunten sus objetivos al desarrollo local. Desde ahí pretenden defender y representar ante el espacio chileno las demandas históricas del pueblo mapuche, pero también apoyar en solidaridad los conflictos desarrollados en otras regiones de Chile.

AYSÉN Y MAGALLANES: LA REBELDÍA PATAGONA

Protagonistas de las últimas movilizaciones regionales, Aysén y Magallanes podrían pasar a la historia como impulsores de los eventuales levantamientos locales de Chile. Sin embargo, a un año del conflicto del gas, en Magallanes siguen buscando soluciones a los problemas no resueltos.

“La definición de cómo se utilizan los recursos naturales de la región es muy importante, aquí la tarificación del gas reveló la privatización de Enap -Empresa Nacional del Petróleo– y la posible carbonización de la matriz energética de la región a manos de la mina Isla Riesco”, señala Marcela Baratelli, secretaria de la Asamblea Ciudadana de Magallanes. “Es el tema eterno de las regiones, no decidiendo sobre sus recursos, ni disfrutando lo que generan”.

Baratelli afirma que el trabajo de la asamblea reúne a diferentes sectores de Magallanes, quienes han desarrollado una labor sostenida a la hora de levantar sus demandas. “Cuando no te pueden ningunear por el peso de los hechos, como en el caso de Aysén y Magallanes, recién ahí consideran que tus argumentos son razonables y posibles”, argumenta.

En tanto, desde Aysén, Honorino Angulo, dirigente de los pescadores artesanales, se muestra disconforme con lo alcanzado por el Movimiento Social de esa región, señalando que “no logramos nada sobre el punto de combustible a 200 pesos menos, eso nos llegaba a todos, desde el que corta la leña al pescador, que es el que usa más combustible y es el que hace llegar la plata fresca”. Angulo asegura que la lucha continuará para los pescadores, quienes ya contemplan articularse con otras regiones para realizar cambios a la Ley de Pesca.

En tanto, sobre lo vivido, el dirigente de los pescadores señala: “Este es un país que se ha caracterizado por dar la lucha en la calle y ganar todo ahí. Aquí nadie le ha venido a dar nada a un trabajador, todo se ha hecho luchando. Yo creo que este va a ser un año de cambio, no sacamos nada de estar con globos blancos y pañuelos blancos, hay que salir a la calle y luchar”.

Por Vanessa Vargas Rojas


Fotografías por: Carolina Cerda, Jacqueline Neira y Gustavo Peralta

El Ciudadano Nº122, primera quincena abril 2012


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