La comunidad escolar que aprovechó la toma para repensar su proyecto educativo y dio paso a una novedosa forma de aprendizaje hecha por estudiantes, profesores y apoderados está amenazada por el cierre de su colegio. Los 170 alumnos del Liceo A-90 de San Miguel fueron notificados esta semana de que el alcalde Julio Palestro (PS) decretó el cierre del colegio. Hoy sábado 17 de noviembre se convoca a una actividad en el mismo liceo a partir de las 19 horas.
El A-90 tiene casi 50 años y ya el 2010 recibió un duro golpe del mismo alcalde PS cuando cerró la matrícula desde kinder a 6º básico. Esta semana Palestro, militante del Partido Socialista, los notificó de que cerraría el colegio.
La toma del liceo se inició en junio. Luego de varias semanas de desalojos continuos, los estudiantes decidieron en asamblea reiniciar las clases, no sin antes discutir todo el proceso educativo.
Definieron que el horario de entrada fuese a las 8 y media y la salida a las 13. 30; que no era necesario usar uniforme, ya que su uso prepara para el disciplinamiento y uniformidad que se les pedirá después en el mundo adulto; hacer las clases sin importar el grado, sino lo que valía era el interés; que las horas de clases pedagógicas serían de 35 minutos; o que la dinámica de las clases sean circulares, entre varias otras reformas.
Desde septiembre tuvieron clases de Física, Química, Matemáticas, Inglés, Historia, Filosofía y otras materias, apoyados por una parte de sus profesores. También realizaron talleres y seminarios con universitarios e investigadores. Incluso fueron visitados por el teórico social norteamericano David Harvey y el periodista uruguayo Raúl Zibechi, quienes se empaparon de como los estudiantes modificaron las relaciones al interior del colegio durante el periodo de autogestión.
El próximo miércoles realizarán una manifestación en las puertas de la municipalidad de San Miguel.
Publicamos en forma íntegra el llamado del liceo A-90 que llama a defender la educación pública:
El A-90 el 2011 ha sido parte de la importante lucha que levantó el movimiento estudiantil secundario y universitario por la educación gratuita, la cual llegó a ser apoyada por el 80% de la población.
Las demandas que los estudiantes levantaron a lo largo de esta histórica movilización, rápidamente avanzaron a cuestionar uno de los pilares privatizadores heredados de la dictadura militar, como es la educación de mercado en los colegios, liceos y universidades. La precarización y privatización en la educación es una realidad brutal que recae sobre los hombros de las familias trabajadoras y populares, es por esto, que los estudiantes del A-90 levantaron la demanda de la educación gratuita y de calidad para todos/as, al mismo tiempo que adherían al “tomazo” nacional que convocó la ACES al inicio de la movilización, al cual se plegaron más de 700 liceos a nivel nacional, cuando todas las universidades del CRUCh paralizaron en conjunto con un importante número de establecimientos privados, transformándose estas tomas y paros, en el corazón de la movilización.
Hoy los estudiantes del A-90 cumplen casi 7 meses en toma, siendo parte de una juventud que se levanta sin miedo a cuestionar todas las miserias que nos ha impuesto este sistema que favorece solo a unos pocos.
El A-90 demuestra que es posible sentar las bases de una educación al servicio de los trabajadores y sectores populares.
A esta lucha se unieron los profesores y apoderados de manera activa, luchando codo a codo con los estudiantes, decidiendo impulsar la autogestión de su liceo. Es así, como no sólo cuestionaron la venta de un derecho básico contraponiéndolo a la necesidad de la Educación Gratuita, sino que también cuestionaron la forma de administrar la educación, mostrando que es posible que se organice a través de los tres estamentos. Los últimos 2 meses los profesores hicieron clases, organizados con los estudiantes y apoderados, definieron juntos el contenido de aquéllas, los horarios, talleres, asambleas, paros y marchas. Establecieron además una relación entre ellos de afecto, compañerismo y lucha, que no se ve en ningún otro liceo.
Los estudiantes se sentían más libres y dispuesto a aprender sin la hostigante autoridad de directivos e inspectores. Establecieron juntos las reglas de funcionamiento del liceo como fue el retirar la exigencia del uso de uniforme, permitiendo que los estudiantes pudiesen expresarse libremente, crearon una comisión de disciplina con los tres estamentos para discutir y reflexionar juntos como mantener el liceo y potenciar la autodisciplina, entre otras muchas cosas.
Los profesores a pesar de las amenazas de las autoridades apoyaron a los estudiantes y decidieron ser parte de un proyecto de lucha que demuestra en pequeñito que es posible una educación organizada por sus actores fundamentales. Su vocación docente fue ejemplar, ya que continuaron haciendo clase bajo nuevas bases y, hoy hicieron parte la educación gratuita, parte de su propia lucha.
Por su parte, los apoderados levantaron asambleas todas las semanas para apoyar el movimiento y discutir cómo debían funcionar los liceos y la educación en su conjunto, dejando en claro que la demanda por la educación gratuita es una demanda de todas las familias trabajadoras y populares.
La educación en Chile se encuentra bajo las normas de las leyes de mercado y la imposición de la represión desde la niñez, que nos prepara para trabajos precarios y bajar la cabeza en el mundo laboral. Ellos demostraron con una pequeña experiencia que es posible dar pasos gigantes con la unión de estudiantes, profesores y apoderados en la educación que no esté en función de las lógicas de mercado.
Hoy, frente a esta avanzada experiencia, el alcalde de San Miguel, Julio Palestro, militante del Partido Socialista y de la Concertación, ha enviado carta a los padres y apoderados para incentivar la deserción de los estudiantes y poder cerrar el liceo, el que lleva décadas de formación, que tiene una infraestructura que podría recibir a 4 mil estudiantes. Pero esto no es algo nuevo: desde la dictadura, que se ha querido terminar con la educación pública, y cada vez más intentan privatizarla, por ejemplo vendieron la mitad del liceo, cerrando kínder, la enseñanza básica y nocturna; y hoy hay sólo un curso por nivel desde séptimo básico a cuarto medio.
Desde hace tiempo que apuntan a liquidar este colegio, siendo que podría estar al servicio de los hijos de los trabajadores y sectores populares. Vemos que a nivel nacional ya se anuncian cierres de liceos y despidos a profesores, utilizando como excusa la movilización estudiantil para realizar una ofensiva contra la educación pública. El anuncio de cierre del Liceo A90 es uno de los ejemplos más gráficos de esta política, por ser un referente de los liceos en toma y una de las experiencias más avanzadas de unidad entre profesores, estudiantes y apoderados. Defender el A90 es defender la educación pública a nivel nacional. ¡No al cierre del A90!
El Ciudadano