Comenzó a celebrarse hoy la novena edición del Foro Social Mundial, en la amazónica ciudad de Belém do Pará, Brasil. La numerosa delegación chilena incluye dirigentes políticos, sindicales y ecologistas y propondrá debatir la integración latinoamericana con énfasis en UNASUR. La Presidenta Bachelet fue invitada pero no participará. En La Moneda no tenían idea.
Entre hoy y el primero de febrero se desarrollará la novena edición del Foro Social Mundial, esta vez en la amazónica ciudad de Belém do Pará, en Brasil. A la cita asistirán organizaciones sociales, no gubernamentales y movimientos de todo el mundo. La delegación chilena es numerosa, incluye a dirigentes sindicales y ecologistas, la Radio Tierra, la Asociación Chilena de ONG, además del analista Raúl Sohr y el senador Nelson Ávila.
El Foro comenzó con una multitudinaria marcha que congregó a más de 100 mil participantes en las calles de Belém. Las múltiples organizaciones presentes realizaron actos de solidaridad con el pueblo palestino, repudiando la agresión sionista a la Franja de Gaza. Los temas centrales serán la seguridad alimentaria, la defensa del medio ambiente y, por supuesto, la crisis económica global, tema que cruzará todos los debates y actividades.
Este año serán más de 2600 las actividades organizadas por los movimientos asistentes. En la agenda destaca la Mesa “UNASUR y la integración latinoamericana frente a la crisis global”, organizada por la Asociación Chilena de ONG Acción, con dos paneles en los que participarán el analista chileno Raúl Sohr, el embajador de Chile en Brasil, Álvaro Díaz, el embajador de Bolivia y representantes de los trabajadores y el gobierno brasileño.
El senador radical Nelson Ávila asistirá en calidad de presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara, para presentar la demanda por la nacionalización del agua y el problema de la construcción de cinco centrales hidroeléctricas en plena Patagonia, en los cursos del río Baker y Pascua, que impulsan Endesa y la eléctrica chilena Colbún.
Este año confirmaron su presencia los presidentes Evo Morales, Luiz Inacio Lula da Silva y Hugo Chávez. Los organizadores hasta hoy no descartaban la presencia de Rafael Correa, Fernando Lugo y Michelle Bachelet. Pero la agenda de la Presidenta está copada de actividades locales mientras se desarrolla el Foro. De hecho, en La Moneda no tenían idea de la realización del Foro (¿en Bruselas?, preguntaron desde la Secretaría de Comunicaciones).
Davos y la crisis
El Foro Social Mundial partió en 2001 como alternativa al Foro Económico Mundial, que reúne a los principales líderes políticos y económicos del mundo todos los años en la ciudad de Davos, Suiza. Este año el tema obligado en ambas citas, claro que desde muy distintas perspectivas, será la crisis económica global, provocada por los efectos de un sistema financiero desregulado y especulativo, que Davos nunca cuestionó y de hecho promovió.
El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, tradicional y activo participante del Foro, consideró urgente concordar propuestas políticas y programáticas para enfrentar la crisis. «Si el FSM se reúne en este contexto de crisis mundial y no sale con una posición del Consejo Internacional o de la asamblea ante esta guerra de agresión, mi temor es que la gente quede con la impresión de que el foro no sirve para nada «, señaló en entrevista al Alejandro Kirk, de la agencia IPS.
De Sousa Santos destacó la necesidad de preservar el Foro como un espacio abierto, participativo y que no excluya debates, pero advirtió que la profunda crisis del neoliberalismo exige identificar los temas en donde hay más consenso para impulsar posiciones políticas y programáticas.
En la misma línea del portugués, uno de los principales organizadores del Foro, Candido Grzybowski, director de IBASE Brasil, señaló a AFP que «el vacío político creado en esta múltiple crisis por la que pasamos, climática, ambiental, alimentaria, energética, económica, y la incertidumbre respecto al futuro, nos da la razón en nuestros reclamos y abre un espacio importante para que seamos más osados».
El Ciudadano