A fin de apoyar las actividades de las organizaciones sindicales del país, Agencia Prensa Humanista habló con su presidente, Segundo Steilen, siendo el único medio que cubrió una ceremonia que reunió a dirigentes del agro con el Presidente de ASOEX y la SNA, entre otros. «Vivimos la guerra de la necesidad, pero confiamos en solucionarla poniéndonos de acuerdo. Aunque si en algún momento hay que movilizarse, lo haremos», declaró.
Ver copas en mano a personas tan distintas como la Directora del Trabajo, Patricia Silva, a Monseñor Alfonso Baeza, a Diego Olivares, Pdte de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Presidente de la Asociación de Exportadores, ASOEX, Ronald Bown y a Luis Schmidt, Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura y ex titular de Fedefruta llama mucho la atención. ¿El motivo? Celebrar los 40 años que cumplió ayer la Confederación Nacional Campesina, entidad presidida por Segundo Steilen, un sencillo hombre de campo que charló sobre las demandas de sus más de 17 mil afiliados con Agencia Prensa Humanista, único medio presente en la actividad.
¿Cómo califica esta celebración de sus 40 años?
-Para nosotros tiene una relevancia muy importante producir este tipo de encuentros, porque demuestran que el mundo está cambiando y que se abren nuevos caminos de entendimiento. Esta Confederación ha logrado tener presente hoy (ayer) a diversas autoridades y parte del empresariado de este país… Queremos pensar que este es el camino que hay que seguir, el del diálogo, donde los trabajadores sin perder la dignidad se sienten a conversar sobre sus demandas.
¿En qué se tradujeron las conversaciones de este año?
-Hemos instalado algunas mesas de trabajo que pretendemos den sus frutos. Una de las más importantes dice relación con la creación de un estatuto para el obrero: cuidar a la mujer de campo, al hombre temporero, y asumir que somos parte de una realidad distinta.
Le he dicho a los empresarios que este país va a cumplir 200 años, y por qué en vez de tener 200 años de problemas, no buscamos mejor 200 soluciones. De cara al bicentenario, me gustaría comprendan que los trabajadores somos seres humanos, que nacimos de los mismos vientres que ellos. Somos hijos de un mismo Dios, y vemos un mismo sol. Por eso me gustaría una mirada más digna a nuestras demandas.
¿A qué demandas, concretamente?
-Nos preocupa de sobremanera revisar la realidad de los temporeros y los horarios de trabajo. No es posible que se estén trabajando jornadas de 16 horas sobre todo en la fruta, que no existan contratos de trabajo… Eso para nosotros es un tema clave. También están aquellos que no hemos producido los trabajadores pero sí nos afectan mucho, como la exposición al sol y a los plaguicidas.
¿Cuál es su tarea como Confederación?
-Como organización sindical, reconocemos lo necesario que son los empresarios, pero ellos también deben reconocer que el movimiento sindical es necesario para mantener el equilibrio en el trabajo.
Hay algunos que están compitiendo deslealmente con ellos mismos, puesto que no cumplen ni las normativas mínimas para trabajar. Y esto de no cumplir las leyes pasa sobre todo en el campo, puesto que la Inspección del Trabajo no tiene cómo llegar a todos lados. Allí los predios son grandes, hay que entrevistas gente y eso cuesta, entonces el sindicato se convierte en una instancia de fiscalización.
¿Cómo evalúa la fuerza del movimiento sindical campesino hoy día?
-La verdad es que nos cuesta tener fuerza, pero en eso estamos luchando. Y la verdad cuesta porque tenemos hoy día a una gran masa que es temporera. Entonces cuesta que el movimiento se enfoque y sobre todo que el movimiento sindical de planta deje de mirarse el ombligo y vea que efectivamente hay compañeros que tienen problemas.
Hay que enfocarse, como digo, y eso efectivamente pasa por sentar al empresariado, a los dirigentes sindicales, y entender que el mundo es distinto. Si miramos Europa con sus dos guerras mundiales, lo que ha hecho es poner de acuerdo a la clase obrera y los empresarios para poder pararse nuevamente. Nosotros gracias a Dios no hemos pasado por eso, pero sí tenemos necesidades. Vivimos la guerra de la necesidad, pero confiamos en solucionarla poniéndonos de acuerdo. Aunque si en algún momento hay que movilizarse, lo haremos.
Como presidente de esta Confederación, hace 2 meses atrás estuve en una huelga de 7 días con la Viña Santa Rita, donde terminamos negociando con la empresa bonos para los trabajadores de término de conflicto de $120 mil cada uno por 7 días. El ofrecimiento fue cero a la partida, pero con los 7 días de huelga logramos conseguir un aumento de 3%, unos bonos, arreglar condiciones básicas para los trabajadores como bicicletas que no tenían para trasladarse dentro del predio….
En situaciones así te das cuenta que los acuerdos no pasan porque los trabajadores renunciemos a nuestros principios básicos. Hay que seguir buscando la dignidad del trabajador pero en base a acuerdos. Y si esos acuerdos no llegan seguramente se irán a producir conflictos que nadie quiere que sucedan.
¿Y qué desafíos se plantea para el 2008?
-De cara al Bicentenario, confío llegar con acuerdos firmados con los empresarios para solucionar de una vez el tema de los temporeros. La temporada de la fruta es delicada, lo sabemos, pero se deben respetar los derechos de los trabajadores. Y para eso es necesaria la fiscalización sindical.
Nuestros problemas han sido legendarios, por lo que hemos empezados a buscar soluciones. Y eso pasa no por renunciar a nuestros derechos como trabajadores. Si en algún momento hay que movilizarse, hay que hacerlo. Eso no tiene que ver con diálogo; yo voy a hacer valer mi diálogo siempre y cuando se me respete, y el otro me va a respetar el día que vea un movimiento fuerte.
En esa línea, ¿cuál es su parecer respecto a otros movimientos que han tomado fuerza en este último tiempo, como los mineros?
-Pienso que todos los trabajadores tienen derecho a las movilizaciones. Ese es un derecho que no puede ser negado. Es una reacción ante un problema. En el cómo se hacen las cosas puede ser que opine de manera distinta. Nosotros estamos en la vía de agotar el diálogo y después ver lo que viene, aunque siempre hemos pregonado que tenemos una misma línea de acción en la cual trabajar.
¿Qué implicancia tiene para el país no mejorar la calidad de quienes trabajan en el agro?
-El sector frutícola, junto con el forestal, son el área que más divisas trae a Chile después del cobre. Lo que quiero decir es que si se trabaja mal el tema, algún día puede quedar un desastre a nivel país, por lo que hay que trabajar con cuidado. Un conflicto de esa envergadura, o como el que acaba de vivir Copiapó donde temporeros pararon sus faenas, no puede repetirse. Y eso pasa por escuchar nuestras demandas y darles soluciones, por lograr levantar y consolidar mesas regionales de negociación que estén representadas por trabajadores fidedignos.
¿Cuáles son los logros de la Confederación en estos 40 años?
-Hemos creado un movimiento que luchó por la Reforma Agraria y la ley de sindicalización campesina. Eso sin duda tiene un valor y por eso hoy nos acompaña la gente que está aquí. Continuar al alero de la iglesia cristiana también… Y bueno, en los tiempos duros de este país, unos de los que se mantuvieron parados fueron las organizaciones sindicales. Esta sede da fe de ello, nos costó, incluso vidas.
El movimiento sindical campesino puede decir hoy día dignamente que está parado, y va a pararse mejor aún cuando solucionemos todo lo que nos aqueja en conjunto. Para esto es muy importante también la información que los trabajadores tengan para poder negociar sus condiciones de trabajo. Es clave que cada dirigente sindical aprenda a saber dónde trabaja y con quién trabaja.
Para el 3 de enero, Segundo Steilen espera firmar un importante acuerdo con la gente de la Asociación de Exportadores, y lograr concretar hoy 28 de diciembre varios más, en un almuerzo en la SNA donde justamente algunos sectores campesinos se encuentran invitados. «Pero hemos dicho que no nos vamos a pasar toda la vida en conversas si éstas no se reflejan en ayuda para los trabajadores», advirtió.
Juan Pablo Burgos
Agencia Prensa Humanista