Constituyen Consejo de Defensa del Valle de Illapel

  El último día del mes de mayo, en reunión convocada en la Casa del Profesor de Illapel, quedó constituido el Concejo de Defensa del Valle de Illapel, organización que nace a partir de la necesidad de defender, transparentar y difundir la destrucción del patrimonio natural y cultural, que durante años en forma paulatina, ciega […]

Constituyen Consejo de Defensa del Valle de Illapel

Autor: mauriciomorales

 

El último día del mes de mayo, en reunión convocada en la Casa del Profesor de Illapel, quedó constituido el Concejo de Defensa del Valle de Illapel, organización que nace a partir de la necesidad de defender, transparentar y difundir la destrucción del patrimonio natural y cultural, que durante años en forma paulatina, ciega y agresiva, sufre nuestra provincia, a partir, fundamentalmente, de la perversión mercantil instaurada por la minería transnacional y otras que a pesar de declararse chilenas en sus inicios, terminan sucumbiendo ante el capital extranjero y que por ser nacionales, no son menos destructivas y asesinas del ambiente .

 

El mismo día de la constitución del Concejo de Defensa del Valle de Illapel, se encontraban reunidos, con parte de la comunidad organizada, en la casa de la Cultura de Illapel, los comerciantes del proyecto El Espino de la empresa Pucobre, quienes aseguran ser cien por ciento chilenos. Este proyecto que es el tercer macro proyecto minero que llega a instalarse en nuestro valle, se encuentra en este momento en la fase de participación ciudadana, que corresponde al proceso de Evaluación de Impacto Ambiental, sin embargo, es experiencia frecuente, que este tipo de proyectos millonarios ya se encuentran tratados y dados por hecho, y sólo se solicita a la ciudadanía hacer observaciones, que sin menoscabo de las divisas económicas de la empresa, puedan hacerse al proyecto de inicio. Ayer en esta actividad, pudimos ver caras patéticas de testaferros del espanto, que en este mismo proceso, pero con el proyecto Tres Valles de la minera Vale Do Rio Doce, internacionalmente demandada por destrucción de la Tierra, prometieron cosas que sabían que jamás se podrían cumplir, personas que nuevamente tienen bajo su responsabilidad nuestras vidas, y que seguramente, volverán a actuar con la misma negligencia anterior.

 

Las experiencias son necrófilas en términos de destrucción ambiental, de hecho nuestro valle tranquilo y transversal, ha sufrido a estas alturas una serie de impactos por causa de Minera Los Pelambres (Luksic) y Minera Tres Valles (Vale), quienes llegaron de la misma forma en que lo está haciendo ahora Pucobre. A estas alturas nada es como antes, en lo que fue nuestra naturaleza y nuestro componente humano en el Choapa. La epidemia de la ambición, se instauró en nuestra gente sin marcha atrás, nadie quiere ver que la muerte de la tierra y sus comunidades es irreversible (Caimanes, Chalinga, Quilmenco, Camisa, Cuncumén…). El agua de uso humano en este momento, está contaminada, sin embargo, quienes juran resguardar nuestros derechos ciudadanos se sientan junto a los que los trasgreden, enceguecidos por el dinero y el poder.

 

A continuación, un extracto del punto 4. sobre evaluación de impactos ambientales del proyecto El Espino de la Pucobre, donde se reconoce la nefasta intervención de estos crápulas mercantiles:

 

“Los resultados de la evaluación de impacto indican que el Proyecto generará impactos “altamente significativos” en el sector El Espino y “significativos” en el Sector El Espino, Sector Acueducto y Sector Costa, asociados a los componentes medio humano, arqueología, flora y vegetación; y fauna.

 

En relación con los impactos altamente significativos:

 

Medio humano

 

Pérdida del espacio territorial común en Plan de Hornos: significa dejar de usar involuntariamente el territorio y con ello el modo de relacionarse con ese entorno. Este impacto se generará debido a que las obras del proyecto se emplazarán en sectores donde existen habitantes. Este impacto ocurrirá durante la etapa de construcción. Pérdida de usos y costumbres en Plan de Hornos: implica la reubicación de la organización social existente y sus prácticas asociativas. También se incluye acá la pérdida de arraigo de la población local respecto del territorio habitado. Este impacto se generará debido a que las obras del proyecto se emplazarán en sectores habitados. Este impacto ocurrirá durante la etapa de construcción.

 

Alteración en el acceso a bienes, equipamiento, servicios e infra-estructura básica: La actividad minera que impulsará el proyecto tendrá efectos sobre diversos bienes, equipamiento/servicios e infraestructura básica local. El efecto se producirá durante la etapa de construcción debido al emplazamiento del proyecto en áreas donde se ubican las instalaciones mencionadas.

 

Cambio en el acceso y uso del entorno físico: La actividad minera que del Proyecto tendrá efectos en la pérdida de espacios naturales de uso consuetudinario que han sido ocupados por la población local (Plan de Hornos) modificando la significación simbólica de dichos espacios. Este impacto se producirá durante la etapa de construcción.

 

Patrimonio arqueológico

 

Afectación de sitios arqueológicos: Durante las etapas de construcción y operación del proyecto se intervendrán hallazgos arqueológicos alguno de los cuales presentan una relevancia alta.

 

Flora y vegetación

 

Remoción de la cobertura vegetal: En la etapa de construcción se requerirá despejar la vegetación existente en forma acotada en los lugares definidos para la construcción de las obras del proyecto.

 

En relación con los impactos significativos:

 

Medio Humano: El Proyecto generará impactos debido a que producirá un cambio en la actividad económica en el sector Plan de Hornos (etapa de construcción); generará población flotante en Illapel (etapas de operación y cierre); y producirá cambios en la estructura de la población en Plan de Hornos (etapa de construcción).

 

Flora y vegetación: Se generará impactos significativos sobre la flora y vegetación debido a remoción localizada de la cobertura vegetal durante la etapa de construcción del acueducto y durante la etapa de operación en el Sector El Espino. Igualmente se generará impacto sobre la fauna debido a la alteración del hábitat de fauna silvestre en el Sector El Espino durante las etapas de construcción y operación.

 

Patrimonio arqueológico: existirá impacto significativo debido a afectación de sitios de interés patrimonial durante la construcción del acueducto.”

 

En lo que acabamos de leer, no se citan como impactante los 25 camiones que van a transitar por el valle y por parte de nuestra ciudad, entre ellos 20 con ácido sulfúrico, diariamente, además de los 50 que ya pasan todos los días, con estas mismas características, a cargo de las mineras Los Pelambres y la Vale y que transitan por el mismo camino que transitamos los ciudadanos, que con frecuencia detienen el tránsito interurbano, mientras estas moles de la minera avanzan demoníacas entre nosotros, pobres seres humanos, que no contamos para nadie, ni siquiera para los que juraron defender nuestros derechos.

 

Estos nuevos mercaderes, que anuncian su vuelo carroñero sobre nuestra muerte, son los Hurtado León Fernández, empresa con experiencia impecable en Atacama, dicen; ya sabemos de la muerte de ese valle, dicen que va a ser una explotación a rajo abierto y con proceso mineral a través de lixiviación y flotación a base de ácido sulfúrico, así el crápula discursero nos va contando sobre nuestra propia muerte, escuchamos impávidos que van a destruir flora, fauna y patrimonio arqueológico y que a cambio recibiremos divisas, beneficios, dice, entonces, se ven las reptilianas cabezas de quienes viven para el mercado, los mercantilistas locales, que incluso, decir que son liberales o neoliberales es una ofensa para la inteligencia perversa de este tipo de pensamiento, son simplemente sicarios de las lucas, se ven en todas partes defendiendo un pobre desarrollo sustentado en el dinero como sinónimo de progreso. El alcalde con sus concejales paupérrimos, repite constantemente que el desarrollo está llegando y que eso se ve en la cantidad de automóviles que densifican el centro de la ciudad, en el poder de compra, eso es lo que deduce su pobre razonamiento, como desarrollo local.

 

Es verdad que es necesario el dinero para mejorar nuestra calidad de vida, pero ¿a qué costo humano? Y sobre el desarrollo ¿dónde queda nuestro respeto por la vida, nuestro desarrollo intelectual, emocional, valórico y de reconocimiento como habitantes del Choapa? ¿Debemos entregarnos así a las garras de un mercantilismo salvaje, que después de extraer nuestras riquezas, sólo nos dejará la mugre y la pobreza?

 

Yo me pregunto ¿cómo vamos a seguir viviendo en estos pueblos que antes fueran tranquilos, que parecían verdaderos oasis ante la contaminación urbana?

 

Por experiencia sabemos de los mitos de la mega minería, se dice que trae dinero, pero sabemos que ese dinero no es para todos y a costa de la salud y la vida. La minería entrega trabajo sólo a un 10% de la población y los demás ¿qué? Otro mito es el de la sustentibilidad ¡mentira, no existe! Es un concepto cínico, que encubre lo que verdaderamente ocurre en los lugares de intervención megaminera, es cosa de ver el norte de Chile hasta Atacama. En el Choapa una minera en el 2010 ocultó una intervención de dos glaciares cordilleranos en el sector alto del valle, sin ni siquiera pagar el daño, como también han salido a la luz los innumerables derrames tóxicos en los ríos de nuestra provincia, por parte de esta misma minera. La minera VALE ha tenido muchos derrames en su proceso de ácido sulfúrico y camiones con acido sulfúrico volcados y todo esto con proceso sancionatorio.

 

¡Estamos rodeados! diría algún patriota con ansias libertarias, pero es tiempo de elecciones y los mismos crápulas que nos entregaron a la muerte, hoy se acicalan frente al pueblo y dicen que van a defender sus derechos, mientras nosotros sacrificados ambientales del Choapa, no sabemos cómo reaccionar frente a las metralletas sulfúricas de la muerte.

 

Por Ana Leyton

Generación 80


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