Para este martes 2 de febrero la organización porteña Vecinos en Acción está convocando a una protesta por la instalación de un soporte portaantena en un recinto privado, ubicado junto a una escuela y el Consultorio Reina Isabel II, recién inaugurado por la presidenta Bachelet hace unos meses, en el cerro O’higgins de Valparaíso.
A la manifestación, a realizarse a las 11 de la mañana, en la calle Hunneus dek cerro O’higgins , donde llegarán representantes de las juntas de vecinos que se atienden en el consultorio, vecinos de las calles colindantes, apoderados del establecimiento, el Consejo de Salud del consultorio y la agrupación porteña.
LARGA LUCHA
Son casi 19 mil antenas celulares que existen en Chile y, según el diputado Enrique Accorsi, unos 2 mil 500 permisos se encuentran en trámite, mientras duerme hace 2 años un proyecto legal destinado a normar la instalación.
En La Reina, Peñalolén, Vilcún o Valparaíso los vecinos se han opuesto férreamente a las antenas. Sobre todo en el puerto, donde ha sido dura la pelea. En los cerros Esperanza, Placeres, Monjas, Barón, Mariposa y Cuesta Colorada se han enfrentado a ENTEL, Claro y Telefónica, empresas que pagan unos 4.600.000 anuales a los dueños del terreno donde se erigen las antenas.
En Vilcún los vecinos de la calle Chorrillos denunciaron el 2008 que en un radio de 500 metros alrededor de una antena de ENTEL, se han reportado unos 40 enfermos, de los cuales la mitad tiene o ya falleció de cáncer. En Nueva Aurora, Viña del Mar, los vecinos acusan la muerte de 11 personas con cáncer e infartos, en una cuadra que tiene más de 30 antenas.
DAÑOS A LA SALUD
Pese a que no hay estudios concluyentes respecto del daño que causan las antenas, científicos acusan que la contaminación electromagnética provocada por los celulares a través de radiaciones no ionizantes podrían provocar esclerosis lateral amiotrófica, Alzheimer, dermatitis, enfermedades alérgicas, asma bronquial, aumento de incidencias de abortos, alteraciones neuroconductuales, cardíacas y endocrinas, entre otras patologías. Pero como la tecnología de los celulares invadió hace menos de 15 años la vida social aún la comunidad científica discute los reales efectos.
Ante esto algunas legislaciones aplican el principio precautorio, reconocido en el protocolo sobre seguridad de la biotecnología, del Convenio sobre la Diversidad y ha sido incorporado en las legislaciones de varios países europeos y latinoamericanos.
En Chile la normativa se ajusta a la dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que permite un máximo de 100 μW/cm2 (microwatts por centímetro cuadrado). Un rango muy inferior al de Australia, donde se fijó en 200 μW/cm2. En varios países y la Comunidad Europea se recomienda no instalar antenas de telefonía móvil cerca de centros escolares, de salud o parques.
Un estudio de la consultora Sage acusa que el máximo permitido debiera ser 0,1 μW/cm2, ya que habría relación entre estas radiaciones y la leucemia infantil, cáncer de mama, alteraciones al sistema nervioso, en la función cerebral y el sistema inmunológico. En la ciudad de Salzburgo se aplicó dicho límite.
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El Ciudadano