Mientras el gobierno de la Nueva Mayoría, en una muestra más de debilidad ante las presiones de los grupos más conservadores, ha postergado el debate sobre la penalización del aborto en las tres causales acordadas (violación, riesgo vital de la madre e inviabilidad del feto) que estaba previsto se iniciara el pasado 8 de julio en el Congreso, la ciudadanía chilena sigue pidiendo el reconocimiento de los derechos de la mujer sobre su cuerpo y saldrá nuevamente a la calle el próximo 25 de julio para exigir una ley que garantice un aborto libre, seguro y gratuito que no tenga que ser justificado.
La marcha, convocada por la Coordinadora Feministas en Lucha, partirá a las 12 horas desde Alameda con Portugal y se desplazará hasta el parque Balmaceda. Además, contará con actividades culturales y de serigrafía instantánea, permitiendo a aquellos que lo deseen estampar sus prendas a cambio de una donación voluntaria.
«Desde hace tres años, cada 25 de julio, nos movilizamos y salimos a las calles para visibilizar y denunciar el estado de sujeción bajo el cual vivimos las mujeres y la colonización de nuestros cuerpos, por el solo hecho de ser reproductoras biológicas de la especie humana», reza el comunicado emitido por el movimiento, que tacha el actual proyecto de «parche» e «insuficiente».
«Este año 2015, y en contextos chilenos álgidos respecto de la (im)posible legislación por el aborto bajo tres causales-proyecto mezquino y burlón de la lucha de las mujeres como si la realidad del aborto fuera sólo reducible a esas tres causales que no dan cuenta de las motivaciones reales por los cuales las mujeres deciden abortar-, nuestra Coordinadora Feministas en Lucha se mantiene en pie bajo la afirmación radical respecto del aborto LIBRE, SEGURO Y GRATUITO, lo que conlleva, asimismo, afirmar que la maternidad tiene que dejar de ser una experiencia impuesta bajo las normativas culturales y sociales androcéntricas y patriarcales», asevera el grupo activista.
«El ABORTO LIBRE, SEGURO Y GRATUITO, -en sus tres palabras feministas fuertes-, se define LIBRE, porque interrumpir un embarazo puede ser sólo fruto de la decisión de una mujer que se encuentre en tal caso, sin causales que la coarten; lo demandamos SEGURO, porque tal decisión, libremente tomada, debe poder realizarse en condiciones de salubridad y cuidado, ya sea bajo la asistencia de profesionales de la salud, o en compañía de círculos y redes de apoyo, como en la práctica ocurre en la mayoría de los casos en que las mujeres se practican abortos con misoprostol; lo llamamos GRATUITO, porque entendemos que el primer territorio de autonomía es el cuerpo y, por ende, interrumpir un embarazo es un derecho esencial que le pertenece a las mujeres como sujetos de ciudadanía, y como todo derecho esencial, debiera estar garantizada su gratuidad», argumenta la Coordinadora en el comunicado emitido.
El movimiento rechaza «la criminalización y penalización a toda forma de interrupción del embarazo» y lamenta que el estado chileno, en su papel de «protector de los grandes grupos empresariales y del mercado antes que de lxs ciudadanxs» haya dejado de lado la «protección de los derechos sociales mínimos, evidenciando su indolencia y permanente abuso de poder», el que denuncian se manifiesta en muchos campos más allá del aborto en el caso de la mujer.
«Esto no solo se evidencia en la criminalización del aborto, sino prácticamente en todas las esferas de la vida: salud, previsión, trabajo, vivienda; en buenas cuentas, en todas nuestras condiciones de existencia que se precarizan en la medida que el sistema distingue entre hombres y mujeres. Somos las mujeres, trabajadoras, estudiantes, pobladoras, situadas en condiciones de mayor precariedad, quienes nos vemos más perjudicadas con la penalización del aborto en todas sus formas, por no contar con los recursos suficientes para asistir a las clínicas privadas que realizan abortos, o viajar a países donde sí se realizan estos procedimientos. Como siempre hemos planteado, el aborto es también un tema de clase», denuncian.
«Declaramos nuestro rechazo de la criminalización , porque las mujeres somos libres de decidir sobre nuestros cuerpos, primer territorio de ciudadanía política».
Convocatoria de la marcha aquí