Hace exactamente un año, más de 80 mil personas se dieron cita en el centro de Santiago para manifestarse en contra de la violencia contra las mujeres en Chile y el extranjero, luego de una serie de ataques y asesinatos que tuvieron su episodio más brutal en el crimen de una joven de 16 años que fue drogada y violada en la ciudad de Mar del Plata, en Argentina.
Emergía entonces en nuestro país la Coordinadora #NiUnaMenosChile, agrupación que a 12 meses de la masiva movilización entregó este jueves en La Moneda el documento «Demandas de justicia social para mujeres víctimas de violencia patriarcal». Junto con ello, convocaron para las 18:30 horas de esta jornada a una nueva marcha en Plaza Italia en la capital.
En conversación con El Ciudadano, Nadia Martínez, integrante de la organización, señala que el documento «es un piloto que pretende generar un diálogo entre el Estado chileno y el movimiento feminista en Chile». En ese sentido, añade que «estamos conscientes de que el Estado está fallando en términos de políticas públicas -ya sean de prevención o de sanción-, por lo que necesitamos articularnos. Tenemos la voz de las familias, la experiencia del trabajo territorial y creemos que desde ahí pueden salir aportes sumamente interesantes para erradicar la violencia patriarcal que está matando a las mujeres».
Un diagnóstico que comparte su compañera en #NiUnaMenosChile, Elena Dettoni, quien plantea que al interior de la Coordinadora hay consenso en que «las políticas públicas no están dando solución a la violencia extrema hacia las mujeres, ni tampoco a otros tipos de violencia, como la estructural, de la cual somos parte todas». «Creemos sumamente necesario -apunta- que las intenciones, los proyectos de ley, los marcos que hay para prevenir, tengan también una importante inyección de recursos, si no quedan en letra vacía».
Dettoni detalla que el mencionado documento propone, por ejemplo, una capacitación a los funcionarios públicos. «Todo el personal público no tiene capacitación en ese ámbito, y las últimas cuentas públicas lo que arrojan es que si bien hay formación, esta es acotada y apuntan a un pequeño público. Nuestro proyecto apunta a una obligatoriedad de todos los funcionarios públicos», explica.
Otro ámbito en donde según la Coordinadora las políticas públicas no están dando el ancho es en el de las viviendas habitacionales. En ese sentido proponen que -por ejemplo- se emule la política dirigida a los adultos mayores, donde se establecen condominios de máximo 15 o 20 casas, las cuales están resguardadas en un sitio cerrado. La idea, señala Elena, es que «esa misma política se pueda proyectar para las mujeres que necesitan abandonar inmediatamente sus viviendas por amenazas o medidas cautelares».
«El problema de raíz es que como sociedad no estamos educados en la violencia de género»
Consultada por los problemas que como Coordinadora han enfrentado en este año de vida, en cuanto a abordar el tema de la violencia de género, Nadia Martínez sostiene que uno de los principales tiene que ver con «el interés de llegar a la raíz estructural del problema de la violencia». «El objetivo es tratar de llegar a esa causa para apuntar, por ejemplo, desde el ámbito de la educación. Nos interesa mucho la prevención en educación», señala la integrante de #NiUnaMenosChile, quien agrega: «El problema de raíz es que como sociedad no estamos educados en la violencia de género».
En ese escenario, Nadia menciona una serie de acciones y cambios de actitud necesarias para enfrentar más sólidamente la violencia en contra de las mujeres, las que comienzan -dice- por algo fundamental: «creerle a la víctima».
Junto con ello, releva el acompañamiento entre mujeres y el empoderamiento de la ciudadanía. «En los grupos de incidencia, en el trabajo, en las oficinas, en las escuelas, en la universidad, es importante estar organizadas, acompañadas, no juzgarnos, y que las mujeres que están siendo violentadas se saquen la culpa y se la pasen a quien corresponde, se saquen la vergüenza y se la traspasen a su victimario». En ese sentido, Martínez realiza una contundente conclusión: «Falta entender que no es una problemática privada, es una pandemia social, mundial, que nosotras tenemos que erradicar».
Respecto de este rol que las propias mujeres cumplen en la continuidad o resistencia frente a prácticas violentas hacia ellas, la integrante de #NiUnaMenosChile es categórica en señalar que si bien «hemos sido todas socializadas en una cultura patriarcal, machista, femicida, por crianza, o como quiera llamarse, el punto es que la violencia estructural no es sostenida por las mujeres, sino que por los varones, ellos son los que matan».
En ese sentido, Elena Dettoni agrega que «es sumamente importante comenzar a revisar los privilegios que tienen quienes han asesinado a sus parejas, que han sido femicidas, y tenían una relación conyugal todavía, por cuanto ellos siguen heredando, por ejemplo, los derechos de pensión, AFP o seguros que tenía la víctima».
Te invitamos a ver la entrevista completa a las integrantes de #NiUnaMenos realizada por el Área Audiovisual de El Ciudadano.