El viernes, 27 de mayo, se realizó el lanzamiento oficial de una coalición recién formada de estudiantes de universidades privadas e institutos profesionales, llamada Educación en Acción, integrada por dirigentes de algunas universidades privadas e institutos profesionales. Para los estudiantes de la Confech hay problemas de representatividad y resulta extraño que hayan surgido para apoyar las políticas de educación superior del ministro Joaquín Lavín.
Educación en Acción está integrado por alumnos de las universidades Andrés Bello, Santo Tomás, Finis Terrae, San Sebastián e Iberoamericana; y de los institutos Los Leones, Inacap y Duoc UC.
Hoy el sistema de ayudas estudiantiles se concentra en las universidades tradicionales. Quienes estudian en dichas casas de estudio tienen derecho a recibir préstamos del Fondo Solidario de Crédito Universitario, el cual tiene una tasa de interés anual de 2%. Se comienza a cancelar después de dos años de haber egresado, pagando anualmente una suma equivalente al 5% del total de ingresos que haya obtenido el año anterior.
Los estudiantes de los IP y los CFT solamente tienen derecho a recibir el Crédito con Garantía Estatal para Estudios Superiores, el cual, en 2010, tenía una tasa de interés de 5,8% anual. También, los pagos se suspenden solamente si la cuota supera la mitad del ingreso del alumno deudor, hasta un máximo de 12 meses.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Santo Tomás (FEUST) y vocero de Educación en Acción, Fabián Rodríguez, dijo que una meta principal de la nueva coalición es de abogar para que «el financiamiento (para los estudiantes) debe ser único, las condiciones iguales y que el Estado no discrimine entre alumnos A y B». En lugar de tener el fondo solidario y el crédito con garantía estatal, debe ser una sola fuente de fondos, llamado el «Fondo Único de Crédito» disponible para todos.
Los universitarios agrupados en la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) si bien reconocen esta necesidad, consideran que antes de entregar becas o ampliar el sistema de créditos estatal, hay que discutir sobre la institucionalidad del sistema educativo y terminar con el lucro. La mayoría de las universidades privadas tienen altos aranceles y ocultan sus ganancias a través de gastos de arriendo de sus sedes, monto que pagan a inmobiliarias que terminan siendo de los mismos dueños de dichas casas de estudio.
Por ello Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), quien conoció de la nueva organización por la prensa el día mismo del lanzamiento, advierte que “hay que tener cuidado porque ya sabemos que muchas instituciones están generando lucros de manera ilegal”.
Jackson hace ver que el Fondo Solidario fue creado originalmente para las instituciones de educación superior que reciben aporte del Estado y considera que “con la introducción de las universidades privadas, se supone que nacieron para inyectar capital privado al sistema de educación. Pero ahora lo que está pasando es que el sector privado está exigiendo recursos al sector público”.
La coalición de Educación en Acción expone que todas las universidades, incluso las con fines de lucros, deben ser involucradas en los sistemas crediticios públicos; y que la asistencia es por alumnos y que no importa que las universidades sean públicas o privadas.
RELACIONES CON LA CONFECH
Los dos grupos expresaron deseos de entrar en diálogo y trabajar juntos en el futuro, aunque los dirigentes de la Confederación de Estudiantes de Chile, Confech, no fueron invitados al lanzamiento y Educación en Acción tampoco se puso en contacto con ellos antes de la rueda de prensa. Hasta esta semana todavía la coalición no se ha reunido con ellos, pero ya tienen una reunión planificada por esta semana con el Ministro de Educación.
Patricio Indo, presidente de la Federación de la Universidad Diego Portales (Fedep), la que es privada, se hace parte de las demandas con la Confech. Sospecha de los intereses del movimiento nuevo, ya que en su calidad de dirigente de una de las privadas más grandes del país jamás fue invitado al movimiento. “Esto, para nosotros, es claramente un motivo del Gobierno. En verdad ellos no están representando con claridad las demandas estudiantiles y no veo algún grado de participación”.
Indo agregó que muchos estudiantes de las universidades privadas “han cuestionado la participación y los presidentes elaboran, y han dicho muchas veces, que no están participando de su rol de federaciones y están participando como personas naturales”.
Rodríguez respondió a la crítica diciendo que “es una mentira gigante y súper lamentable la critica porque ellos están abogando para la democratización de la educación superior, pero resulta que, cuando sale un movimiento que no piense como ellos, actúan de forma totalitaria”.
Recalcó que cada federación decidió entrar en Educación en Acción por sus propios procesos internos, sobre los cuales él no podría hablar, y que “absolutamente todos fueron electos de manera democrática”, al menos en los últimos dos años.
Además de su propuesta del fondo único de crédito, según Montserrat Larrosa, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Andrés Bello (Ferunab), otra gran diferencia entre Educación en Acción y la Confech es en sus métodos –los de Educación en Acción creen que el “diálogo puede llegar a mucho más que una movilización masiva», mientras que la Confech se esfuerza a movilizar los estudiantes a luchar por sus derechos.
Camilo Ballesteros, de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago (Feusach) opinó que “me sorprende que estén generando estos distintos espacios y también defiendan mucho la política del Gobierno”.
Pese a las diferencias, Jackson dijo que “apostamos por un movimiento estudiantil unido y en este sentido vamos a entrar en conversaciones con ellos”.
Por Megan Sallomi
El Ciudadano