Este domingo los chilenos regresan a las urnas a encontrarse con un voto de sólo dos opciones. Quiéralo usted o no, Chile se vuelve a debatir dentro de la vieja escuela, entre la Nueva Mayoría y la Alianza, entre los mismos de siempre. Así, para muchos la opción que queda y que da el respiro dentro de la claustrofobia que puede significar votar, es marcar AC, marcar el voto.
La tarde de ayer la comuna de La Florida, un sector influyente con 850 mesas de Santiago, organizó un foro en torno a la pregunta “¿Por qué Chile necesita una Asamblea Constituyente?”. La idea era aterrizar estas dos palabras que tanto han resonado en el país este segundo semestre. Al parecer, información y difusión son entendidas como piezas claves para que este domingo las opciones sean más que sólo dos.
Así lo entendió Marca tu voto de la Florida, quienes reunieron a un importante número de personas en un debate con diversas figuras que debieron reflexionar y esclarecer algo que para muchos aún es incierto.
Los invitados tal como se sentaron en la mesa, fueron: Genaro Cuadros, coordinador nacional del movimiento Marca tu voto; Fernando Atria, integrante de la comisión constitucional del comando de Michelle Bachelet; Gustavo Ruz, coordinador del movimiento Asamblea Constituyente y Marco Enríquez Ominami, ex candidato del partido Progresista que apoya la iniciativa AC.
En una dinámica de diez minutos por persona, para luego pasar a una ronda de preguntas, los cuatro integrantes del conversatorio expusieron desde sus perspectivas la necesidad de que los chilenos marquen AC.
A modo general, Fernando Atria, el más emplazado por parte de los vecinos, decidió hablar de manera personal y descartó cualquier pregunta acerca del comando de la Nueva Mayoría. Gustavo Ruz, quien optó por ponerse de pie, enfatizó en la idea del empoderamiento ciudadano y la oportunidad de pensar y hacer algo ante la pregunta ¿Qué tipo de país queremos? Y el ex candidato Marco Enríquez Ominami, quien se dio la licencia de hablar sin mayores cuidados en su posición de derrotado, hizo una remarcada crítica a quienes intentan hacer de la AC un programa de gobierno y no una visión de sociedad como realmente debiera ser.
Los mayores consensos fueron el entender a la Asamblea Constituyente como una facultad del pueblo, y no una prerrogativa de las instituciones, partidos o autoridades. Así también la crítica hacia lo que fue la reforma del año 2005 del ex Presidente Ricardo Lagos, a lo cual se refirieron como un trabajo a puertas cerradas, tal cual la Constitución de 1980.
Los aplausos más fuertes se los llevó Gustavo Ruz, quien reflexionó con dureza ante el estado actual de Chile. “¿Quién decide sobre nuestro cobre, sobre la opresión hacia la mujer, hacia nuestros pueblos originarios?, ¿quién decide sobre las discriminaciones y sobre que dos tercios del capital chileno esté en manos de los extranjeros? Hasta ahora ha seguido siendo la elite quien se ha impuesto con su mano de hierro por sobre el pueblo, pero en verdad son ellos quienes tienen miedo, horror y pánico de que sea éste quien pueda influir en sus intereses. Porque con una Asamblea Constituyente le doblamos la mano a la elite chilena.”
Por María Jesús Ibáñez C.
El Ciudadano / Clarín
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