Defensores del río Pilmaiken ahora luchan contra una salmonera e hidroeléctrica

El motivo de la resistencia radica en que el territorio y el curso de agua son considerados sagrados por los mapuche, quienes ahora se organizan para hacer frente a una piscicultura que pretende instalarse en el simbólico afluente.

Defensores del río Pilmaiken ahora luchan contra una salmonera e hidroeléctrica

Autor: cataantin

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Comunidades mapuche williche y movimientos sociales se reunieron este lunes 3 de octubre en la ciudad de Río Bueno (Región de Los Ríos) para manifestar nuevamente su máximo rechazo a la implementación de la central hidroeléctrica Osorno, cuya lucha se sostiene por 10 años, en el río Pilmaiken. El motivo de la resistencia radica en que el territorio y el curso de agua son considerados sagrados por los indígenas quienes ahora se organizan para hacer frente a una salmonera que pretende instalarse en el afluente.

En el sector donde la empresa quiere imponer la Central hidroeléctrica Osorno, existe un espacio simbólico-divino en el que habita el Ngen Mapu Kintuante, el espíritu protector de las siembras (de los lawen, en la lengua mapuche) y la medicina mapuche; además entrega vida y fuerza a través de rogativas y ritos ancestrales, como por ejemplo el ngillatún, en la cual se pide las buenas cosechas y fuerzas para todos los que habitan el territorio.

Respecto de la instalación salmonera, que es tramitada por Inversiones Futaleufú Ltda, ésta ingresó el 22 de septiembre pasado al Sistema de Evaluación Ambiental y actualmente se encuentra en proceso de calificación. El proyecto se denomina Piscicultura Colonia Entre Lagos” y estaría ubicado a unos 5 km al poniente de la localidad de Entre Lagos (sector norte del río Pilmaiken).

En relación a los proyectos (la central y piscicultura) en el territorio, el lonco (jefe) Rodelio Torres Chiuka de la comunidad Mantilhue, expresó a El Ciudadano que «se privilegia el bolsillo del empresario extranjero. La hidroeléctrica es noruega y la piscicultura japonesa; entonces, para nosotros es muy grave, ya que tienen el discurso del desarrollo para el país, pero los mapuche han sido empobrecidos por el Estado y para  nosotros el río tiene un carácter histórico y espiritual. Es importante dejar claro que en el río hay conexiones espirituales que conforman nuestra cosmovisión y cultura».

Por su parte Rubén Cañio, werkén de la comunidad Maiwe-Carimallín, se refiere al proceso de lucha que han sostenido los activistas en contra de la hidroeléctrica: «Llevamos diez años en esta lucha; antes con la empresa Pilmaiken S.A  y hace poco se cambió el proyecto a la estatal noruega Statkraft S.A. Las nuevas generaciones del territorio comenzaron  con la reconstrucción del territorio mapuche, por lo tanto hemos logrado crear conciencia entre nuestros propios territorios, hemos logrado frenar el avance de la empresa y eso es con la organización propia de las mismas comunidades y de distintas organizaciones sociales que se mueven y son conscientes de la lucha de nuestro pueblo».

El Lonco Torres rechaza los procedimientos ambientales que ha aplicado el Servicio de Evaluación Ambiental, sobre todo lo relativo a la Consulta, tal como lo establece el Convenio 169 de la OIT. «Las consultas fueron fraudulentas cuando ocurrió el proceso de consulta para la implementación de la central, se engañaron a varias comunidades y a otras no se les preguntó, lo que es muy grave. Por lo tanto hacemos un llamado a la Presidenta Michelle Bachelet, Es muy fácil para ir a otros países firmar tratados de paz pero no han respetado ninguno, en la actualidad hay 36 tratados de paz, nos siguen atropellando nosotros somos una cultura milenaria, siempre hemos sido de acá».

El río Pilmaiken, que significa golondrina en mapudungún, desagua en el lago Puyehue y se une al gran Wenu Leufu, el río Bueno, conformando un complejo y rico ecosistema fluvial que cruza de cordillera a mar el territorio mapuche williche. En las aguas del Pilmaiken ya hay construidas dos centrales hidroeléctricas. La primera lleva el mismo nombre del río, inaugurada en 1944, tiempos en que el Estado chileno continuaba su avasallamiento a las comunidades mapuche y el despojo de sus territorios. La segunda es la central Rucatayo que comenzó a funcionar en 2012, pese a la resistencia de las comunidades aledañas.

Por  Catalina Manque

Fotografías de Ferrnando LaVoz

 

 


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