Los principales sindicatos de Hungría han prometido interrumpir el tráfico en la capital de Budapest durante el día de lunes para manifestarse contra las medidas que afectan a los empleados de varios sectores.
“El presupuesto maximizará los impuestos, mientras que por otro lado provocará la desaparición de la solidaridad”, dijo la legisladora de oposición, Erzsébet Schmuck, a la agencia de noticias Hungary Matters. Según ella, el gobierno gastaría al menos 1,6 mil millones de euros en desembolsos innecesarios. Enumeró el traslado de la oficina del primer ministro a otro distrito, y subvenciones dirigidas a eventos deportivos como un estadio de carreras de coches y eventos como el Red Bull Air Race.
Los miembros de las organizaciones civiles y sindicatos participaron en una manifestación en Budapest frente al Parlamento el domingo por la tarde para protestar contra este presupuesto, el cual está programado para ser votado durante el lunes y martes.
«Es intolerable que este presupuesto se pasará sin consultas […] cuando millones de personas se verán perjudicados», dijo Tamas Szekely, titular de la Federación de Sindicatos Autónomos, a la agencia Hungary Matters.
Según la revista húngara Politics, los manifestantes se reunieron en la plaza para escuchar a Zoltan Vajda, el organizador principal, que declaró que el presupuesto es un “momento de verdad” y que “revelará la voluntad del Primer Ministro”.
El organizador insistió en que otro millón de personas se unirán a los ya cuatro millones que se encuentran en condiciones de pobreza en el país, una vez que se apruebe el presupuesto, según la fuente de comunicación húngara. Agregó que las prestaciones sociales regulares serían desechadas y los alimentos serían más caros con el paso del presupuesto 2015.
«Este no es el presupuesto de Hungría, pero si de una república bananera», dijo Zoltan Vajda en su discurso.
Emilia Nagy, profesora y activista de la “Red de Enseñanza” (Teaching Network), dijo a la revista Politics que ellos no permitirán que el presupuesto ponga el futuro de la sociedad húngara en peligro. Ella señaló que el gobierno quiere excluir a las masas de una educación de calidad. Según ella, la matrícula de un instituto de enseñanza secundaria se convertiría en un privilegio y sólo los estudiantes con suerte tendrían asegurada una educación superior.
El último mes, decenas de miles de húngaros se manifestaron contra la corrupción política a lo largo del país y contra las políticas del gobierno centro-derecha encabezado por el primer ministro Viktor Orbán.
“La popularidad de Orbán en estos dos últimos meses ha colapsado. Un tercio de sus votantes lo han dejado «, dijo Andras Deak, un investigador de la Academia de Ciencias en Hungría al diario The Globe and Mail. Según él, el problema es que los liberales, que han tomado las calles para demostrar su descontento contra el primer ministro, no tienen un partido político de confianza para que los represente.
Sandra Segall
El Ciudadano