La vida de un futbolista dura más de noventa minutos. Va más allá de los descuentos. Comienza tras cada pitazo final. En ese momento los escudos, camisetas e hinchas desaparecen para dar paso a la realidad. Aquel momento en el que combinan sueños con tristezas y dramas con lágrimas, cargando recuerdos dolorosos que siempre llevarán en el corazón.
A continuación, diez historias que marcaron la vida de estos jugadores que le pusieron el pecho a sus tragedias con su gran espíritu de triunfo:
1. Jakub Blaszczykowski: No hay gol que anote sin que mire al cielo para recordarla. Su madre, Anna, partió cuando solo tenía 11 años de la manera más cruel para un niño de esa edad. ‘Kuba’ vio cómo su padre, Zygmunt, la apuñalaba una y otra vez hasta la muerte luego de una discusión matrimonial. El jugador del Borussia Dortmund pasó cuatro días sin hablar ni comer.
«Nunca voy a entender por qué sucedió. Yo siempre me pregunto ‘¿por qué?’ Hasta el final de mi vida voy a tener que vivir con esto. Daría todo lo que fuera a cambio de que mi madre estuviera viva”, señaló visiblemente emocionado en una entrevista para la televisión polaca.
Desde su detención, Blaszczykowski nunca más volvió a ver a su padre, condenado a quince años de prisión. Hasta mayo del 2012, cuando el volante de 28 años asistió a su funeral. Intentó dejar el fútbol pero su tío Jerzy Brezczec, ex capitán de la selección de Polonia, lo evitó.
2. Franck Ribéry: Con cada sonrisa que dibuja en su rostro, cuenta su historia. La vida se encargó de hacerlo disputar finales desde que abrió los ojos por primera vez. Al nacer, sus padres lo abandonaron en un convento de monjas. Dos años más tarde, sufrió un accidente vehicular mientras viajaba en el asiento trasero de un auto. Con el choque, el francés salió expulsado del lugar en el que estaba y su rostro dio contra el parabrisas, ocasionándole una serie de cortes los cuales derivaron en cicatrices que luce hasta el día de hoy. De ahí que su apodo sea ‘Scarface’, famosa película protagonizada por Al Pacino.
“De pequeño se burlaban de mí y me escondía a llorar en un rincón. Pero eso me ha ayudado en la vida”, aseguró alguna vez Ribéry, quien fue echado del convento en donde vivía por revoltoso. Cuentan que el futbolista de 31 años se escapaba del lugar para irse a jugar fútbol con sus amigos. Antes de lograr innumerables títulos con el Bayern Múnich y ser elegido como el mejor de Europa, Franck tuvo que sobrevivir trabajando como albañil.
3. Jesús Arismendi: El seguir jugando ya lo hace un triunfador. Su esfuerzo es el mejor homenaje para quienes lo cuidan desde el cielo. Hace cinco años sus padres lo miran desde lo más alto. No hubo despedida. Jesús Arismendi Pino, padre del ‘Moncho’ y suboficial de la Policía Nacional, asesinó de dos disparos a su esposa Zoila Milder Lazo y luego se quitó la vida con la misma arma. Todo sucedió en la puerta del Colegio de Nutricionistas de Arequipa, en donde laboraba la madre, a las 10 de la mañana del trágico martes 23 de junio del 2009. El motivo habría sido por deudas económicas.
“Sé que tengo que salir adelante. Este triunfo se lo dedico a mis padres que me están viendo desde el cielo y a mi hemanita, que me ha visto desde mi casa”, declaró el actual jugador de Inti Gas tras el encuentro entre su ex club, Megar, y Alianza Lima disputado solo algunos días después del fatídico hecho.
4. Juan Guillermo Cuadrado: Antes de gambetear rivales aprendió a esquivar balas. Cuando los tiros sonaron, un pequeño Juan Guillermo de tan solo cuatro años se escondió debajo de su cama, siguiendo las indicaciones de sus padres. Ningún disparo lo alcanzó pero su corazón quedó herido para siempre. Cerca de él, el cuerpo de su padre, quien laboraba en una finca productora de banano, estaba inmóvil en el suelo. Tras lograr su cometido, los criminales se dieron a la fuga. Eran tiempos violentos en el Municipio de Necoclí, Antioquia (Colombia).
Su madre, Marcela Bello, asumió la responsabilidad del hogar, el cual sacó adelante ganándose el sueldo en bananeras y heladerías. Nunca le faltó nada al jugador de la Fiorentina, quien al llegar al balompié italiano le dijo a su madre que no trabajara más.
5. Mario Regueiro: Golpe tras golpe se ha mantenido en pie, como buen uruguayo. Mientras jugaba en Racing Club, Regueiro fue notificado que su hermana de 43 años había perdido la batalla: decidió suicidarse luego de no soportar el dolor por el fallecimiento de su hija en un accidente de tránsito.
Su tragedia había comenzado dos años antes, en el 2011. Álvaro Costa (18) y Javier Regueiro (19), ambos sobrinos del ex jugador del Valencia y Nacional de Montevideo, fueron asesinados por un ajuste de cuentas en la capital charrúa. Hoy, Mario sigue en pie de guerra, luchando con los colores del Cerro de su país.
6. Mario Balotelli: Muchas veces actúa sin razón como lo hicieron alguna vez sus padres. Con problemas graves en el intestino y pensando que se iba a morir, los ghaneses, Thomas y Rose Barwuah, sus progenitores, decidieron mudarse a Brescia. En la ciudad italiana, la situación familiar no cambió y la escasez seguía con ellos. Cegados por la pobreza que los rodeaba, entregaron al servicio social a Mario cuando aún era un bebé.
En ese momento, aparecieron Francesco y Silvia Balotelli, pareja sobreviviente de la exterminación judía en Europa, quienes criaron según sus costumbres al delantero del Liverpool. A pesar de su locura, Mario siempre encuentra momentos de luz. Como en las semifinales de la Eurocopa 2012, cuando con dos goles suyos le dio el triunfo a Italia ante Alemania y protagonizó uno de los momentos más emotivos del torneo: aquel abrazo interminable junto a su madre, quien había visitado los campos de concentración de Auschwitz, en donde asesinaron a gran parte de su familia.
7. Piermario Morosini: Con cada lucha, los latidos de su corazón disminuían. En pleno partido, cuando disputaba un encuentro con el Livorno por la Serie B italiana, Morosino cayó desplomado sobre el césped por un paro cardíaco. No pudo más. Aquel sábado de abril del 2012, el joven de 26 años se quedó sin fuerzas tras una batalla incansable.
Hace once años había perdido a su madre. Veinticuatro meses después, fue su padre, Aldo, quien partía. Entre ambas muertes, Francesco, su hermano, decidió suicidarse víctima de una profunda depresión. Piermario nunca perdió la sonrisa, confesaría Antonio Di Natale, quien desde la desaparición de su amigo se haría cargo de Carla María, la hermana discapacitada de Morosini.
8. Hope Solo: Su coraje dentro y fuera de la cancha deja en claro que las mujeres no son el sexo débil. Antes de alcanzar la gloria con la selección femenina de Estados Unidos, Solo tuvo que afrontar una difícil infancia. Fue concebida en la cárcel, en una visita de su madre a su padre, Jeffrey John.
Nunca existió la tranquilidad en su hogar: su padre era un delincuente habitual y su madre siempre tenía en la mano una botella de licor. Sin embargo, fue Jeffrey quien le arrancó más lágrimas a la bella Hope. Cuando era scout su papá se robó todo el dinero ahorrado por ella y sus compañeras. Luego, a los 7 años, el señor Solo la raptó junto a su hermano. Hecho que lo puso nuevamente tras las rejas.
Con el transcurso del tiempo su padre intentó cambiar y nunca se perdió un encuentro de Solo. Hasta el 2007. Jeffrey se disponía a viajar a New York para ver a su hija jugar pero un fulminante ataque al corazón se lo impidió. Hope Solo fue más fuerte que su dolor y lo demostró al ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012. Hace solo una semana fue víctima de un hacker que publicó fotos íntimas suyas. Fiel a su estilo, ya salió al frente de estas publicaciones.
9. Carlos Tevez: Desde pequeño se acostumbró a recibir faltas arteras. Muy duras, de aquellas que buscan el físico y no la pelota. A los 5 años perdió a su padre, quien murió al instante tras recibir 23 balazos en un tiroteo en el barrio de Fuerte Apache. Carlos no le había dado su apellido y su madre, Fabiana Martínez, decidió abandonarlo cuando solo tenía seis meses.
Los obstáculos siguieron apareciendo: con diez meses le cayó agua hirviendo en el cuello y parte del rostro. Todo empeoró cuando por desesperación lo cubrieron con mantas de nylon para llevarlo al hospital, las cuales quedaron pegadas a su piel agravando más la situación. Las cicatrices que lleva son el recuerdo de aquel accidente que pudo acabar en tragedia.
Ya sano tras dos meses de terapia intensiva, el ‘Apache’ quedó a cargo de sus tíos maternos, Adriana Martínez y Segundo Tevez. Jugando en el Manchester United recibió la mala noticia de que su hermano biológico, el único con el que mantenía relación, y su cuñado fueron apresados por intentar robar un camión blindado. Ahí decidió ponerle fin a aquel vínculo. Hace solo unos meses, en julio, su padre adoptivo fue secuestrado y liberado después de ocho horas. A pesar de los malos momentos, Tevez se sigue encargando de gambetearlos con goles en cada partido de la Juventus.
10. Victor Moses: Tuvo que abandonar su país con la velocidad que lo caracteriza pero no por decisión propia. Allá por el año 2002, en Nigeria se decretaba la ley islámica, quedando como blancos aquellas personas que no la cumplían. Su familia era de clase alta y cristiana. Incluso su padre era ministro de esa religión en la ciudad de Kudana.
Como cada tarde, Victor se encontraba jugando fútbol con los amigos de su colegio a la espera del llamado de su padre para que volviera a casa a realizar sus tareas. Sin embargo, ese momento jamás llegaría. Su tío fue a buscarlo y le explicó el motivo: sus padres habían sido asesinados en su domicilio por musulmanes y él debía escapar para sobrevivir. Con solo once años y sin asimilar la impactante noticia, el futbolista del Stoke City pasó escondido algunos días hasta que pudo salir del país africano con rumbo a Inglaterra.
Tras una lenta adaptación al país europeo, Moses comenzó a destacar en el Crystal Palace antes de llegar a la Premier Leaguecon el Wigan. Luego pasaría al Liverpool y al Chelsea, club al que pertenece su pase.