El sindicato Asociación de Mineros y Obreros de la Construcción (AMCU) declaró oficialmente en junio el fin de la protesta de cinco meses y rubricó un nuevo acuerdo monetario con las tres más grandes compañías del platino en el mundo. Sin embargo, las firmas afectadas Anglo American Platinum Ltd. (AMS), Impala Platinum Holdings Ltd. (IMP) y Lonmin Plc (LMI) informaron que perdieron más de dos mil millones de dólares en ingresos y se verán obligadas a una reestructuración a la baja de la plantilla laboral.
El gremio rival de AMCU, la Unión Nacional de Trabajadores Mineros (NUM) comentó que se trató de una victoria chueca porque dejó obreros fallecidos por la violencia huelguista, desolación en las comunidades circundantes y bancarrotas para muchas pequeñas empresas. Además, la realidad es que los mineros no recibieron los 12 mil 500 rands mensuales (unos mil 200 dólares) que les había prometido el sindicato desde el 23 de enero último, subrayó NUM.
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En rigor, el acuerdo firmado por el presidente de AMCU, Joseph Mathunjwa, y las patronales es sólo una mejora marginal en los términos propuestos por las corporaciones AMS, IMP y LMI en marzo, cuando también pudo haber terminado el litigio. Incluso, apuntan observadores, el aumento de un 20 por ciento en los salarios básicos para determinados obreros es sólo una quinta parte del incremento de 100 por ciento exigido originalmente por la agrupación de 55 mil afiliados.
El paro masivo en yacimientos de las provincias Limpopo y North West fue inmensamente costoso. La economía se contrajo un 0,6 por ciento en el primer trimestre y este hecho, indirectamente, condujo a la degradación de la calificación de crédito internacional de Sudáfrica. La Cámara Nacional de Comercio, federaciones empresariales, más el Congreso Nacional Africano (ANC) y sus aliados el Congreso de Sindicatos de Sudáfrica (COSATU) y el Partido Comunista Sudafricano (SACP), criticaron la acción de AMCU en una etapa delicada para la industria doméstica.
AMCU no pertenece a la federación sindical progubernamental COSATU. Fue la primera vez que los tres mayores grupos productores del platino -Anglo, Impala y Lonmin- se vieron perjudicados por un conflicto laboral al mismo tiempo. La huelga, clasificada como la más dilatada en la historia nacional, costó dos mil 195 millones de dólares en ingresos comerciales al país y provocó que los trabajadores perdieran alrededor de 975,7 millones de dólares en salarios y primas monetarias.
El pacto salarial logrado por AMCU incluye un aumento anual de casi 100 dólares en el sueldo básico de los mineros, indemnizaciones monetarias adicionales según categorías profesionales y un plan rectificado de subsidios para viviendas. La Asociación de Mineros advirtió cuatro días después de ratificada la fórmula de compromiso que continuará la lucha por mejores salarios mínimos para el sector metalúrgico en toda Sudáfrica, sin importar el impacto económico general.
Según Mathunjwa, la contracción en el crecimiento industrial del país no va a convencer al gremio laboral para cambiar el curso de sus exigencias a favor de la masa trabajadora minera. Por su lado, la Cámara de Comercio e Industria de Sudáfrica (CCSA) celebró el regreso al trabajo de millares de mineros en la zona norte del país, pero recomendó adoptar leyes preventivas para evitar huelgas masivas futuras. La institución apuntó que será difícil para la nación compensar las pérdidas en los inventarios productivos y en la actividad macroeconómica debido a la prolongada dejación de labores, iniciada el 23 de enero. Aconsejó al Departamento del Trabajo introducir una especie de voto de compromiso obligatorio para que los trabajadores individuales tengan voz en las negociaciones salariales directamente con los jefes de las patronales.
Un hecho es que los planes de futuras huelgas en el campo de la minería deben ser objeto de debate y análisis por un amplio espectro de autoridades y reguladores laborales en Sudáfrica, recalcó la CCSA. En ese sentido, también en junio, el Tribunal del Trabajo de Johannesburgo (TTJ) dictó una medida cautelar permanente que impide al sindicato AMCU convocar a huelgas en empresas o yacimientos relacionados con la extracción de oro. La Cámara Nacional de Minas ponderó el veredicto del TTJ y explicó en un comunicado que la medida beneficia a las compañías auríferas Anglo Gold Ashanti, Harmony, y Sibanye. Históricamente, no hemos necesitado paros laborales en este sector, simplemente organizamos negociaciones salariales a nivel centralizado en un proceso siempre inclusivo y justo, comentó la portavoz de la institución Elize Strydom.
La Cámara de Minas y el Tribunal de Johannesburgo recordaron a los líderes sindicales que tal huelga sería ilegal, ya que AMCU debe honrar un acuerdo salarial firmado en septiembre de 2013 legalmente aplicable a todos los trabajadores del sector oro. Casi el 50 por ciento de las reservas mundiales de oro se encuentran en Sudáfrica, país que produce alrededor de un 12 por ciento de la venta global del metal precioso con un valor anual de unos cuatro mil millones de dólares.
La llamada Nación del Arcoiris, además, es el mayor productor mundial de platino y tiene a 134 mil obreros empleados en este campo. Este metal se utiliza sobre todo en las industrias médica, electrónica y automovilística. En resumen, la huelga dejó más de un mal vaticinio. Según analistas, el empleo minero caerá nuevamente. Entre 1994 y 2013, este sector descendió desde 1,4 millones hasta 550 mil posiciones laborales, aunque la producción relacionada aumentó un 20 por ciento. Adcorp Holdings Limited, una compañía sudafricana de investigación financiera y empresarial, pronostica una caída de alrededor de 225 mil empleos en los próximos tres años fiscales.