Experiencia organizativa en Pudahuel Sur
Además del trabajo que se hace para preparar gente para la PSU en dos preuniversitarios, la casa “Mente Popular” logra convocar gente alrededor de una biblioteca comunitaria y talleres artísticos, para generar una lógica de apoyo mutuo y construcción de comunidad.
Una casa de dos pisos ubicada en la calle Rariruca, en el sector sur de Pudahuel, alberga a la agrupación cultural Mente Popular, integrada por pobladores, dirigentes vecinales y estudiantes de distintas villas de la comuna que, frente a la falta de instancias “participativas, propositivas y resolutivas que reconozcan y den solución a las necesidades inmediatas de su comunidad”, coordinan distintas organizaciones comunales auto-gestionadas a través de la Red Pudahuel Sur.
La iniciativa constituye una experiencia de educación popular y autogestión cultural del sector. La componen una radio comunitaria, que transmite todos los domingos desde la feria libre de La Estrella; dos preuniversitarios gratuitos, que además de contenidos PSU (Prueba de Selección Universitaria), entregan formación política; y un centro cultural que imparte talleres de danza, zampoña, guitarra, teatro, percusión y serigrafía, entre otros. Los cursos y talleres se distribuyen entre la casa de Mente Popular -que cuenta con instrumentos musicales y una mesa de luz para los trabajos serigráficos- y la sede vecinal Villa Comercio Tres.
Según los precursores de la Red, “era indispensable afirmar una identidad territorial” para combatir los principales problemas del sector, que son la delincuencia y la pasividad de los habitantes “frente a sus necesidades incompetentemente cubiertas por la autoridad comunal”, como el acceso a la vivienda digna y a la atención médica de manera expedita. Con este propósito nace la Red, que, tal como explica Francisca Miranda -una de las iniciadoras- “es una herramienta para generar conciencia revolucionaria en la población, por medio de la recuperación de los espacios públicos y del rescate de la memoria histórica del barrio”.
Desde el año 2009 que se viene conformando este nivel de organización en la comuna, señala Miranda, pero admite que gracias a la coyuntura nacional, se afianzan como organización. “Cuando la gente sale a la calle empieza a despertar y a apoyar este tipo de actividades comunitarias”, indica.
La Red, cuentan sus precursores, se caracteriza por tener una orgánica horizontal y convicciones apartidistas. “Nos molesta la dinámica cupular y la lógica del marketing”, cuenta Francisca, junto a Santiago Olguín, estudiante de diseño en la Universidad Tecnológica de Chile (Inacap) y coordinador del “Preu” Nuevas Ideas, quien aclara que “a diferencia de las Juventudes de cualquier partido, la Red apuesta al trabajo territorial para despertar simpatía en la gente, no al volanteo en actividades ajenas”.
BASTA DE REACCIONAR ¡A GENERAR LA LUCHA!
La creación del ‘Mente Popular’ y del ‘Nuevas Ideas’, los dos preuniversitarios gratuitos que integran la Red -el primero recibe a 12 alumnos en el centro cultural del mismo nombre, mientras que el segundo, recibe a otros siete en la sede vecinal Villa Comercio Tres-, responde a la convicción de los organizadores de “superar la educación formal, para que pobladores y trabajadores sean constructores de su propio conocimiento”.
Daniel González, estudiante de Geología de la Universidad de Chile y representante del ‘Mente Popular’, comenta que “la gracia de enseñar es poder transformar a los alumnos en sujetos críticos, capaces de generar conciencia en su misma población y de hacerse cargo de su propia liberación”.
La Red es una experiencia de aprendizaje político, agrega Francisca, “una herramienta para generar estrategias que le permitan a los pobladores tener una agenda social y dejar de ser meros reaccionarios a la coyuntura”. Por lo mismo, se planea para el mes de octubre la realización de un congreso entre todas las organizaciones que la integran, para aunar criterios de acción frente a eventuales situaciones de conflicto.
UNA CASA ABIERTA
El frontis de la casa de ‘Mente Popular’ es colorido. Un mural pintado por los mismos organizadores, con la ayuda de amigos y pobladores del sector, se impone a la vista. Sobre la pandereta, unas cuantas sillas escolares que simulan una toma estudiantil recuerdan la contingencia nacional.
En la terraza, sillones y cojines ambientan una improvisada sala de estar que es escenario del esparcimiento de decenas de jóvenes del barrio que cada día vienen a conversar, a escuchar música, leer o participar de los talleres impartidos.
En el segundo piso funciona la “Biblioteca Rodrigo Cisternas”, bautizada en honor al trabajador forestal asesinado por Fuerzas Especiales de Carabineros en Arauco, durante una protesta en 2007. Las enciclopedias, los ejemplares de literatura universal y la hemeroteca, se han conseguido gracias a las donaciones de vecinos, quienes, conscientes de que el espacio beneficia directamente a sus hijos, mes a mes llegan con algo.
Sergio Caldera, poblador y un integrante más del centro cultural, cuenta que el espacio también sirve de distracción para niños pequeños que quedan solos en sus casas mientras sus padres trabajan. Para ellos, se instaló un escritorio con hojas y lápices de colores. Según Caldera, dos menores de las cercanías “vienen habitualmente después de clases”.
Los organizadores se sienten satisfechos con los logros de la Red: Han conseguido convocar marchas en la misma población, gestionar un carnaval anual –para el cual los alumnos de los talleres de percusión y danza se preparan todo el año-, concretar un festival de teatro y una tocata en el Galpón Víctor Jara. El beneficio mayor es que “proyectos como este, potencian el aprendizaje comunitario y genera confianzas entre los vecinos, que muchas veces, aun viviendo a pocos metros de distancia, no se conocen”, testimonian.
Por Paula Figari Rojas
Foto: Estefani Carrasco Rivera
El Ciudadano Nº111, primera quincena octubre 2011