Los tiempos han cambiado, aunque la legislación y el debate parlamentario no siempre lo refleje. Desde hace años, el autocultivo de cannabis -legal en Chile- se ha convertido en el el subterfugio de la ley que abrió numerosas posibilidades para los usuarios de la planta a lo largo del país, tanto para uso recrecional como medicinal.
Actualmente, las contradicciones de la normativa que regula el uso de la marihuana en la ley 20.000 han sido utilizadas a favor por los usuarios y por la propia justicia, que inesperadamente comenzó a abrir el camino para la despenalización del cannabis en Chile: si no hay falta en consumir, ¿por qué habría un delito en cultivar? Fue la propia Corte Suprema la que, a través de un fallo del pasado 4 de julio de 2015, sobreseyó a la psicóloga Paulina González, condenada por autocultivo. Así, la justicia marcó su propia distancia de la lentitud con la que el Parlamento ha resuelto las reformas en esta materia.
En opinión de Ana María Gazmuri, directora ejecutiva de Fundación Daya, la respuesta a las dudas está en la misma ley: «Si leemos con atención la ley y lo que dice, concretamente, en su artículo 4, 8 y 50, veremos justamente que el autocultivo para uso personal y particularmente cuando es para tratamiento médico, están despenalizados según esta legislación . La ley 20 mil busca perseguir el tráfico y justamente esta mirada es la que ha adoptado la Corte Suprema y también la justicia ordinaria en múltiples y diversos fallos muy contundentes».
Como uno de los actores más importantes del activismo cannábico en Chile, Fundación Daya comenzó a hacerse cargo de la educación de los usuarios, impartiendo talleres y levantando cultivos de cannabis colectivos en las dependencias de la organización, además de La Florida y Quinamávida. Este último es el más grande de su tipo a nivel latinoamericano y ya cuenta con más de 10 mil plantas cultivadas y cosechadas con éxito.
Esta vez, decidieron dar paso a la concreción de un curso teórico-práctico de autocultivo de cannabis, impartido por el Director de Operaciones de Fundación Daya, Pablo Meléndez. Los talleres, de 12 horas de duración, buscan educar a los usuarios acerca de una de las etapas más complejas para quienes desean comenzar cultivar sus propias plantas. De los cuatro cursos abiertos, todos fueron éxito de convocatoria y ya se está organizando un nuevo taller, de un mes de duración, para quienes deseen aprender integralmente las técnicas y detalles del autocultivo.
EXPANDIENDO EL CONOCIMIENTO SOBRE EL AUTOCULTIVO
En sus tres años de trabajo, Fundación Daya ha atendido a más de 7 mil pacientes de cannabis medicinal, asesorando el proceso de autocultivo y la fabricación de la medicina. En su experiencia, los monitores de la organización han detectado que el proceso más complejo para los usuarios radica precisamente en el autocultivo de la planta.
«En el diálogo con nuestros pacientes nos hemos dado cuenta de que la principal dificultad es implementar correctamente el autocultivo, no tanto como la preparación misma de la medicina. Así que respondiendo a esta necesidad de los pacientes es que hemos elaborado este curso intensivo», detalla Gazmuri.
Actualmente, el autocultivo es la única vía de acceso en Chile a un tratamiento medicinal. Esto porque, aunque existen alternativas en el comercio, éstos productos no están certificados por los organismos de salud, lo que genera desconfianza en los usuarios.
De hecho, recientemente un reportaje de CHV, con el apoyo del Instituto de Salud Pública (ISP), se dedicó a probar estos productos «y sabemos que no cumplen con los estándares necesarios ni contienen los ingredientes de los que se supone que están hechos. Hoy la autogestión es la única vía posible para un paciente que necesita acceder a terapia de cannabis medicinales», refuerza la directora de Fundación Daya.
Por ello, en los talleres realizados por Fundación Daya se busca capacitar desde el inicio al fin del proceso de autocultivo. Las ventajas de la experiencia permiten «ejercer este derecho con conocimiento y pertinencia», para obtener la materia prima, pero además adquirir conocimiento sobre los diversos formatos medicinales que hoy se implementan y utilizan en Chile. Además, luego de que las personas están capacitadas, la organización realiza acompañamiento médico para la implementación de la terapia en base a cannabis medicinal.
Los cursos tienen un valor total de 40 mil pesos para socios de Fundación Daya y 60 mil para el público general. Las personas tendrás la posibilidad de hacerse socios durante la primera clase para obtener el descuento. Para los interesados, además de estos cursos teórico-prácticos, la organización realiza talleres gratuitos en la materia a lo largo de Chile.
“Invitamos a toda la comunidad a participar de este curso, el que aseguramos que explicará desde cero y no dejará ninguna duda”, recalcó el director de Operaciones de Daya, Pablo Meléndez. Y agregó que espera que estas instancias sean «de gran provecho para los que necesitan urgentemente de esta medicina”. Las inscripciones deben realizarse a través de correo electrónico a [email protected].
PROYECTO DE LEY CON FUTURO INCIERTO
Actualmente, el proyecto de ley que despenaliza el expendio y autocultivo de cannabis sigue en trámite en el Congreso. La iniciativa busca autorizar el autocultivo de hasta 6 plantas por domicilio, reconociendo también su consumo con fines terapéuticos -previa prescripción médica- y el porte de un máximo de 10 grados para consumo privado, sin autorización previa.
Aunque la Sala de la Cámara de Diputados aprobó en general la idea de legislar sobre el proyecto de ley, el Ejecutivo realizó en noviembre pasado algunas indicaciones que lo obligan a ser analizado nuevamente en la Comisión de Salud. Tras este análisis se realizará un segundo informe de la comisión, que será discutido y votado por la sala. Trámites que postergan y extienden la concreción de modificaciones a una ley que ha sido cuestionada desde diversos sectores políticos.
Para algunos, como destaca el abogado Juan Pablo Hermosilla, basta con respetar lo que dice la ley para entender que el autocultivo para uso personal está despenalizado en Chile. La errada interpretación de la ley de todos estos años ha generado un gravísimo daño social«, apunta Ana María Gazmuri.
La directora ejecutiva de Fundación Daya asegura que la mala interpretación de la normativa se está corrigiendo y que lo han podido constatar en un diálogo con la Dirección General de Carabineros, Policía de Investigaciones, la Fiscalía Nacional y la Defensoría Penal Pública.
«Vemos cómo todos estos órganos están aunando y consensuando la mirada sobre lo que efectivamente se busca perseguir es el tráfico y diferenciándolo de lo que son los usos personales», cerró. Por ahora, la pelea seguirá librándose desde la autogestión y la autoeducación de las comunidades.