El reloj dio las 17:00 horas y empezaron a aparecer cientos de mujeres en las inmediaciones del mítico Obelisco, monumento que se ubica en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires y que sirve de escenario para realizar manifestaciones de todo tipo, sobre todo dentro del plano político y social. En este caso la manifestación encarnaba un reclamo por la igualdad de género: equiparar los pezones femeninos con los masculinos y el derecho a las mujeres a hacer topless si así lo quisiesen.
La protesta surge luego del último fin de semana de enero en Necochea, una localidad balnearia ubicada en la Provincia de Buenos Aires, cuando veinte policías y seis móviles de esa fuerza abordaron a tres mujeres que estaban haciendo topless en la playa. Los oficiales incluso las amenazaron con llevarlas presas si no se cubrían los pechos. El hecho no tardó en convertirse en viral a través de las redes sociales y llamó a unirse a todos los movimientos feministas de Argentina. “Lo único que pedimos es igualdad. Queremos visibilizar la construcción violenta sobre el cuerpo de la mujer”, afirmaron desde la organización de la convocatoria.
Sin embargo, hubo algo que llamó la atención de las mujeres que marchaban: una serie de anillos humanos formados mayoritariamente por hombres, lo cual generó el enojo y la reacción de las protestantes. «¡Fuera macho! ¡No queremos pajeros! ¡¿Nunca vieron una teta?!«, eran algunos de los cánticos y gritos que se escuchaban. El punto máximo de ello fue cuando una joven con el torso desnudo se descargó a viva voz: «¡Ni siquiera protestar podemos sin sentirnos acosadas e intimidadas!».
Cabe recordar que esta protesta se da en el marco de una preocupante ola de femicidios en Argentina, donde una mujer muere cada 30 horas, según cifras oficiales de La Casa del Encuentro, una ONG que se encarga de registrar y dar visibilización a la violencia de género en el país. En ese sentido, el pasado 19 de noviembre de 2016 se realizó el llamado «Miércoles Negro», donde miles y miles de mujeres marcharon en las diferentes provincias y para el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se espera otra masiva movilización y un paro contundente de sus actividades laborales por parte de todas las mujeres.
«Estamos acá, en primer lugar, porque la teta no es un genital. Debería haber igualdad entre hombres y mujeres. Que se haya sexualizado la teta desde la mirada masculina es una cosa completamente diferente. Una teta en una playa no causa mal a nadie, una teta no te puede asustar, una teta no te puede asesinar. Sí te puede asesinar un hombre en la calle que se baja la bragueta, te muestra la pija y te persigue», sostiene Melina (22 años), quien agrega: «Y acá, en el Tetazo, los hombres no entiendo qué quieren hacer. Sé que hay muchos que vinieron a acompañar, pero no lo veo necesario. Está bueno que nos acompañen desde el pensamiento».
En el mismo sentido se manifestó Melanie (23 años): «Estamos acá porque nos quisieron echar de una playa por estar en tetas. Todos tenemos los mismos derechos pero no se cumplen. Vienen 20 patrulleros a sacar de una playa a unas pibas en tetas, pero cuando matan a una, no hay nadie. La policía mucha veces encubre la violencia de género».
Cabe destacar, además, que la marcha se realizó de forma pacífica pese a las provocaciones de muchos hombres y mujeres que circulaban por la zona, quienes no dudaban en manifestar su rechazo a la medida. Sin embargo, muchos eran escuchados y las manifestantes intentaban dialogar con ellos.
Si bien es difícil que con el poder de la alianza política Cambiemos, un rejunte de partidos de centro-derecha que llevaron a Mauricio Macri a la presidencia en Argentina, se pueda implementar cambios rotundos en la política represiva sobre la libertad de las mujeres de tener el torso desnudo si así lo deseasen, esta marcha marca un hito dentro de la lucha feminista del país y sirve de puntapié para que se recree en países vecinos.
Después de todo, no hay pezones buenos y malos, solo un sistema patriarcal y machista que se dedicó durante siglos a decidir sobre el cuerpo de las mujeres. Mientras prohibía su desnudez, también fomentaba su consumo para el deseo sexual masculino. De esa manera, los mismos medios de comunicación que censuran estos hechos, venden pechos desnudos dentro de sus publicaciones. Si bien la lucha es larga, el horizonte en la región no parece ser otro que la igualdad y equidad género para una sociedad mucho más justa.
Gustavo Yuste*
@gusyuste
*Corresponsal en Argentina para El Ciudadano