Hace tres años atrás las elecciones en las federaciones estudiantiles sólo eran pauta en los medios universitarios y, a pesar de estar siempre bullantes de actividad política, pocas veces han tenido tantos ojos sobre ellas. El caso de las recientes mesas directivas elegidas en la Feuc y la Fech, dan cuenta de un nuevo actor social del cual importa qué dirección tomará y qué prácticas implementará durante el año que duran sus mandatos.
Hace siete años, en 2005, los estudiantes se movilizaron fuertemente contra el proyecto de Crédito con Aval del Estado (CAE), promovido por Sergio Bitar y Ricardo Lagos. A pesar de dar una dura lucha enfrentándose al proyecto, no lograron concitar ni el apoyo social necesario ni la resonancia en los medios. Úrsula Mix (Juventud Socialista), era presidenta de la Feusach, que mantuvo en toma el campus universitario durante tres meses y Felipe Melo (Nueva Izquierda Universitaria), en la Chile, lideró varias tomas y semanas de paro. El final de la historia es conocida, mas no su inicio, como quedó ratificado por el ministro Beyer cuando señalara que nadie protestó por la implementación del CAE ese año.
Aquello cambió sustancialmente en 2011 con la irrupción del movimiento estudiantil. Esta vez Camila Vallejo era capaz de hacer discutir entre sí a líderes de partidos por las posturas que tomarían, y la presencia de los estudiantes en el Congreso es considerado un hecho de relevancia. Todo ello producto de la fuerza social y la validación que tienen hasta hoy las demandas del mundo social.
Francisco Figueroa, líder estudiantil durante 2011, reconocido por su encontrón con Bitar precisamente, señaló hace unos días que “parecen haberse acabado los tiempos en los que ninguna decisión que tomaran los estudiantes podía incidir en la sociedad y en la política”.
Ya ocurrió este 2011 cuando los secundarios lograron remecer la discusión y el status quo llamando a la abstención. En un país de jactada tradición republicana como Chile, una pregunta tan básica como ir o no a votar, logró hacer que todos los actores tomaran posición. Algo similar ocurrirá este 2013, ad portas de una nueva elección presidencial.
EL GREMIALISMO PIERDE EN SU CASA
La elección en la Feuc no pasará a la historia por el quinto año consecutivo en que el colectivo Nueva Acción Universitaria (NAU) obtiene la presidencia, sino porque el movimiento gremial creado por Jaime Guzmán, quedó relegado al tercer lugar, confinado a entregar su apoyo a la lista Solidaridad, descolgados del mismo, de tendencia centroderechista y que no temen a definirse como movimiento político.
Interesante avance obtuvo también la lista Crecer, que agrupa a los sectores de la izquierda en la PUC. Este desplazamiento del eje, da cuenta de una tendencia a debatir los temas país, donde los postulados de la izquierda están marcando la pauta o influyendo en las discusiones. Ya no son sólo radicales de izquierda los que abogan por la educación gratuita, sino que los diversos sectores avanzan en esa dirección o se definen en contra.
El nuevo presidente de la Feuc, Diego Vela, consciente del rol que afrontará su gestión durante este año señaló que hay “una oportunidad única para que los políticos transformen en reformas concretas lo que la ciudadanía planteó durante estos dos años, y en eso nosotros ver cómo podemos incidir en que la discusión política que se ha desarrollado en cada casa, en cada espacio”.
EN LA FECH SE PROFUNDIZA LA OPCIÓN DE LA IZQUIERDA
Las elecciones en la Fech confirmaron este 2012 ser una de las más entretenidas e imprevisibles, por el sistema de integración de la mesa ejecutiva. Los tres primeros lugares fueron sorpresas, por lo menos desde una visión foránea: La continuidad del autonomismo a través de Andrés Fielbaum, el avance de los sectores de izquierda libertaria y la caída de los comunistas que fueron relegados al tercer lugar con la candidatura de Rebeca Gaete, que no pudo mantener el segundo de Vallejo o reeditar la presidencia de la líder estudiantil en 2011.
Ya es un tanto conocida la visión de los autónomos, por la gestión de Figueroa y Boric durante estos dos últimos años y se espera que Fielbaum siga en esa senda. Es un enigma qué desempeño tendrá desde la vicepresidencia Fabián Araneda, quien cuenta con el respaldo de ser la única lista que creció en votación absoluta, creciendo del 13,7% al 24,7%.
Independiente de los resultados particulares, que varían mucho de un año a otro por las diversas alianzas que surgen, lo que prevalece son los discursos y posicionamientos de las listas. Los autónomos y los libertarios se definieron en oposición a cualquier alianza o lavado de imagen de la Concertación, en directa alusión a la estrategia de las Juventudes Comunistas que han supeditado una posible alianza en base al programa. Camilo Ballesteros diría hace unos días que ellos aseguran la gobernabilidad del Gobierno, en lo que fue entendido como una hipoteca del movimiento social y estudiantil a la candidatura de Bachelet.
POLÍTICA PAÍS
No sólo son importantes las elecciones en la Fech y la Feuc. Eso está claro. No obstante, lo son por la dinámica de la Confech que entrega la vocería casi naturalmente a estas dos federaciones. También importa qué suceda en semanas siguientes o a comienzos del próximo año con las elecciones en Valparaíso, Concepción o en el Norte, donde se agrupan varios centros educacionales, ya que son estos sectores los que han demostrado tener la mayor capacidad de movilización del mundo social.
Ya entendió la importancia de estar en buena onda con los estudiantes, el precandidato del Partido Radical, José Antonio Gómez, quien tras felicitar a los dirigentes electos dijo que “respetando los acuerdos que la Oposición asumió con el movimiento estudiantil, nosotros garantizaremos que una reforma profunda a la Educación, en cada uno de sus niveles, sea el tema central de las próximas elecciones presidenciales».
Sobre este punto, el ex dirigente estudiantil Francisco Figueroa se muestra alerta al señalar que “el riesgo de la cooptación y la instrumentalización a manos de una política que reproduzca las mezquindades de la transición está a la vuelta de la esquina. Pero es un problema que la izquierda tradicional parece no estar dispuesta a considerar en su apuro por diluir las resistencias a su incorporación al juego bicoalicional”.
Este será sin duda el gran debate de este año. ¿Qué influencia tendrá la Concertación en las decisiones que adopten los estudiantes? ¿Cómo posicionarán estos sus demandas sin entregar el movimiento a las filas de los candidatos concertacionistas? Y aún más ¿Qué tienen que decir los secundarios?
Por Leonel Retamal
El Ciudadano
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