En su cuarto día de huelga legal, los cientos de trabajadores del Santander Banefe Multinegocios, asociados a la Federación del Grupo Santander y a la Confederación de Sindicatos Bancarios de Chile, realizaron una “olla común” para almorzar en las escalinatas de la Casa Matriz de la principal empresa financiera del país.
Luego de una brutal golpiza por parte de guardias del banco, bajo las órdenes del Jefe de Seguridad, Donald Segovia, el dirigente nacional de la multisindical, Marcelo Rojas Cruz permanece en delicado estado de salud y bajo observación médica. La agresión de los guardias bancarios fue cometida el viernes 4 de julio. En la ocasión, los funcionarios de seguridad impidieron incluso el ingreso de carabineros a la sucursal bancaria, mientras descargaban sus golpes contra Marcelo Rojas. El martes 8 de julio se interpondrán dos querellas ante la justicia producto del violento acontecimiento que recuerda los peores años de la dictadura militar.
Mientras almorzaban en la calle, los trabajadores bancarios recibieron la visita del Presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, y líder de los obreros subcontratistas de CODELCO, Cristian Cuevas, y un equipo de dirigentes asociados al comercio. Allí Cuevas alentó a los empleados a seguir la huelga y respaldó incondicionalmente el movimiento.
La solidaridad a los trabajadores de Santander Banefe –que luchan por un sueldo base de $ 200 mil pesos (400 dólares), derecho a colación, transporte y un bono de fin de conflicto- ha llegado del mundo sindical y político de todo Chile. Asimismo ha ocurrido a nivel internacional, donde, particularmente en España, las organizaciones sindicales ligadas al Grupo Santander demandan al Presidente del Grupo a nivel mundial, Emilio Botín, una pronta solución a las reivindicaciones de los funcionarios chilenos y han condenado profusamente la represión contra los trabajadores movilizados. De la misma manera, la solidaridad ha provenido de los empleados bancarios de todo el Continente, de la UNI, y del sindicalismo norteamericano. Los apoyos ciudadanos particulares han sido innumerables.
Sin embargo, la gerencia del Santander todavía no ha dado señales de instalar una pronta mesa negociadora. Más allá de ello, el ánimo general de los trabajadores es inmejorable.
Andrés Figueroa Cornejo