El sábado 20 de noviembre nació en Rodelillo, histórico cerro porteño, la primera biblioteca popular e itinerante (transportada en un carrito de supermercado) como un nuevo espacio colectivo de comunicación entre los vecinos.
“En la configuración actual de nuestro cerro, la biblioteca viene primero que todo a demostrar que los espacios públicos son para ocuparlos, que nos pertenecen a todos y todas y que es nuestro derecho estar ahí, aquí o allá, cuando lo que hacemos es para un bien común”, señala el documento declarativo del colectivo.
“Nos hemos decidido a trabajar, pensar, proponer y mejorar nuestra realidad social-territorial. Sin continuar esperando que sean otros los que vengan a ejecutar proyectos creados entre cuatro paredes y con la venia de dirigentes que más figuran que trabajan. Aquí hay problemas, necesidades y sueños que no deben seguir siendo materia de especulación y experimentación para quienes hacen carrera y han descubierto en la pobreza y carencias sociales una atractiva manera de ganarse la vida.
La biblioteca es un bien común, los libros y diferentes textos con los que contamos son fruto de donaciones y están ahí para que todo vecino o vecina que quiera leer pueda hacerlo. Nuestra modalidad de trabajo es, por un lado, contar con materiales que pueden llevarse a la casa para siempre, como son periódicos, algunas revistas, cuentos y folletos. Y por otro lado, libros que se prestan y deben ser devueltos o renovados por una semana. El servicio es gratuito y quienes puedan y quieran podrán hacer un aporte voluntario”.
EL PODER LOCAL LO CONSTRUIMOS NOSOTROS
Si quiere hacer aportes en libros, dinero o espacios donde instalar la biblioteca, comuníquese con el correo electrónico: [email protected]
O directamente los sábados y domingos en Tranque Seco, desde las 11 de la mañana hasta las 14:30 horas, y por las tardes en la plaza Patria Nueva.
Por Victoria Lozano