Convirtieron un basural y foco de delincuencia en una escuela sociocultural de artes que llamaron “La Fábrika”, reconocida luego de una década de trabajo a nivel comunitario como al de la institucionalidad cultural. Hoy, quien heredó la propiedad exige el desalojo, aún cuando el fallecido dueño cedió el inmueble a la Escuela. Ya tuvieron que enfrentarse a dos retroexcavadoras que pretendían demolerla y a la intransigencia de la nueva dueña, pero confían en que la ciudad necesita este espacio y lo defenderán.
Los habitantes y gestores del espacio, ubicado en O’Higgins 1155 en la capital de la Araucanía, denuncian que el mediodía del lunes 30 de mayo pasado, un grupo de personas acompañadas de maquinaria pesada (dos retroexcavadores) rompieron el portón de entrada de la Escuela, sin previo aviso ni orden judicial alguna y con el aval de Carabineros.
Carol Sepúlveda, trabajadora social y profesora del taller de danza afro de “La Fábrika”, explica que Patricia Taladriz Caviedes, abogada y viuda de Rodolfo Picasso -quien les cedió el inmueble una vez que conoció el aporte que desde ahí se realizaba- dice no conocer el trato y les exige abandonar la propiedad a la brevedad, mostrándose intolerante y agresiva, según indica.
“Nosotros transformamos este lugar abandonado en un espacio cultural que es abierto a la comunidad y que está enfocado a las personas de menos recursos. Incluso la Municipalidad nos prestó camiones para sacar la basura que había acumulada adentro y las policías nos felicitaron, ya que aquí ocurrían muchos delitos”, afirma.
Aquel día de mayo, Carabineros acudió al llamado de quienes se encontraban adentro, asustados por las máquinas. Sin mediar orden judicial alguna, exigieron a uno de los artistas de la Escuela firmar un documento que señalaba que en 15 días más deberían desalojar.
Nelson Miranda, abogado que asesora a los profesionales de “La Fabrika”, señala que este documento no tiene ninguna validez, ya que no hubo algún aviso previo ni una orden emanada de un juez que validara dicha acción, por lo que confían en revertir o aplazar el desalojo y demolición del espacio.
Además, el abogado reafirma que el trabajo de la Escuela es valorado por la comunidad cercana y la de Temuco en general, así como por las autoridades municipales y culturales regionales. Incluso, actualmente hay en ejecución un proyecto Fondart sobre construcción y manipulación de marionetas gigantes y música experimental, para la realización de un carnaval de primavera en el barrio.
“La Fábrika” forma parte de la Red Latinoamericana de Arte para la Transformación Social y busca ser “una plataforma de base para el desarrollo de la educación, fortalecer las redes sociales locales, nacionales y latinoamericanas de arte, fomentar la creación colectiva con diversidad de lenguajes y sistematizar metodologías de trabajo en educación sociocultural”.
Durante sus diez años de trabajo, ha aportado mediante la organización y realización de diversos talleres e instancias que han fomentado la participación social, tales como talleres de música, artes escénicas, artes circenses, agro-ecología, medicina alternativa, entre muchos otros. Actualmente hay dos grupos de danza afro y un temascal mensual, además del proyecto con fondos estatales descrito más arriba.
Por Cristóbal Cornejo
El Ciudadano