Espacio cultural hace volar ideas como volantines

El Patio Volantín es un espacio cultural en Valparaíso, en construcción desde el 2009

Espacio cultural hace volar ideas como volantines

Autor: Mauricio Becerra

El Patio Volantín es un espacio cultural en Valparaíso, en construcción desde el 2009. Desde el  2011 han desarrollado 4 Ciclos de “Talleres por Trueque”. En este mes y en septiembre acogerán el taller “Educación para el desarrollo”. Preguntamos qué es la educación para el desarrollo, cómo funciona el trueque, y cómo llegó a ser lo que hoy es el Patio Volantín.

En el Patio Volantín Valparaíso, se desarrollará durante agosto y septiembre el taller “Educación para el Desarrollo”, taller impartido por la francesa Fanny Blanchard. Con amplia experiencia en organizaciones internacionales en el campo de ayuda al desarrollo, Blanchard decidió dedicarse a la Educación para el Desarrollo.

Blanchard explica que ésta se basa en la convicción de que si deseamos cambiar y mejorar formas de vida, es necesario previamente desarrollar y construir las actitudes y valores coherentes a este cambio. En su esencia es educación para una conciencia cívica. Al capacitar la comunidad en necesidad de cambio, los afectados mismos se harán cargo de realizar el cambio que necesitan.

Ante un trasfondo de consumismo patológico, un comercio internacional según reglas de pocos, una alimentación y modos de producción insostenibles y la actual complejidad social – contextos analizados en el taller, juntos a sus alternativas, se hacen imprescindibles ciudadanos más concientes y responsables.

Blanchard, antes de comenzar a impartir el taller sentía que su trabajo “no estaba cambiando nada”. Anteriormente gestionando cifras importantes, negociando con actores con capacidades formales en las más diversas zonas, y obteniendo informes posteriores siempre positivos, ella vio que su esfuerzo no llegaba a la gente. Era una necesidad sentida suya de sumergirse en la comunidad y,  siempre compartiendo, empezar a construir una educación y unos valores que hacen posible cambiar el mundo. Habiéndose instalado en Valparaíso, Blanchard emprende el taller de Educación para el desarrollo en el Patio Volantín, en el cerro Panteón, como un proyecto piloto pero plantea en un futuro profesionalizal e independizar semejantes talleres, y compartirlos preferiblemente con adolescentes.

EL TRUEQUE

El taller de Blanchard no cuesta dinero, pero tampoco rige el principio de gratuidad: los talleres que se imparten en el Patio Volantín se contraprestan por trueque, es decir el intercambio de objetos y/o servicios sin la intermediación de dinero. Los gestores del espacio están convencidos de que personas pueden llegar a un acuerdo si conversan. En el caso de Fanny, nos pidió en cambio de su taller que sus oyentes la pasáramos cosas de utilidad de ella, que a lo mejor ya no necesitamos: “¡Pero por favor no compren nada!”- nos pide.

Benjamín Briones, el encargado del patio, afirma que este modelo de talleres se hace porque creen necesario cambiar nuestra valoración de las cosas. Antes de ser una critica a un modelo económico, Briones llama a que “tenemos que recuperar valores, hacernos nuevamente humanos”.

EL PATIO VOLANTIN

El Patio Volantín abrió sus puertas al público en 2011 con los entonces siete talleres de trueque,  dando vida activa, comunitaria y cultural al lugar, iniciando así, la construcción de una identidad colectiva.” publica el espacio Patio Volantín en su blogspot.

Benjamín nos cuenta que “en 2009 conseguí la casa. Costó dos años gestionar la casa y apuntar las energías e ideas que aportábamos a un fin concreto”.

“En el 2011 entonces me hice cargo. Me tiré no más! No sabía como. No había plata, no habían recursos económicos. Pero desde el principio seguimos el concepto del intercambio. Un ejemplo: El anfiteatro se hizo exclusivamente por intercambio. La pintura, la luz, el data, el horno de barro, todo eso vino por acuerdos! Cuando vino el Servicio de Impuestos Internos nos preguntaron: ¿Cómo se sustenta eso? ¿Cómo consiguieron todo eso?.Y allí, les mostramos todo nuestro registro de los acuerdos y trueques. Nos indicaron que estaba todo correcto”- relata.

HISTORIAS DE BARRIO

Benjamín nos cuenta que “queremos reconfigurar el valor de nuestra calle, la Subida Ecuador: A esta calle se conoce más que nada por la bohemia nocturna. Pero nosotros queremos que también haya vida en el día. Procurando ser articuladores de todos, entre otras tiendas, galerías y vecinos hacemos florecer nuevamente la vida del barrio que no existía desde hace muchos años.

“En el 2010 gestionamos la participación de 21 vecinos en el programa de pintura de fachadas de la municipalidad, de allí notamos la ausencia de una organización vecinal para nuestro cerro y se formó la Junta de Vecinos del Cerro Panteón. Antes no había! Empezamos con las 21 firmas de vecinos cuyas casas habíamos pintado. Hoy en día, el cerro Panteón, el cerro más pequeño de Valparaíso, tiene una Junta de Vecinos que reúne más de doscientos personas.

“En nuestros inicios, nos movían los datos y las historias del barrio. Queremos fortalecer en el Cerro Panteón su memoria colectiva. Los vecinos nos traen cantidades de fotos, nos trasmiten verbalmente sus historias. Nos abren sus puertas: Esto nos importa mucho. Son muy importantes los vínculos con la comunidad y de todo vamos haciendo registro”.

EL VOLANTIN COMO IDEA

¿Cómo se creó la idea del Patio Volantín? ¿Cómo la abarcaron?

– En julio 2011 se definió que el espacio fuera un lugar comunitario. La sustentación económica se logra por aportes en arriendo de personas que habitan el segundo piso de la casa que es un hogar y con eso tenemos la gestión del espacio cultural del primer piso. No sabía cómo íbamos a partir, cómo íbamos a realizar tantas ideas que teníamos. Entonces había que ir por etapas.

Un concepto clave que tenemos es el del Levantamiento de Hormiga. Como hormigas queremos generar aquí a partir de nuestro trabajo laborioso, constante, sin aspirar a más allá del barrio o de nuestras capacidades fundamentalmente humanas el levantamiento, la acción y los resultados, todo tiene lugar en el barrio.

El Patio Volantín en un momento estableció el radio de actuación: Es caminable, es decir, llega hasta donde llega la fuerza humana.

EL VOLANTIN DE HOY

En su blogspot, el Patio Volantín publica: “Intenta ser un espacio útil y formativo para las necesidades sociales actuales de reforma y revolución, enfatizando en lo humano; el amor y la consecuencia de vida.”

Aunque muchas críticas y propuestas del espacio se dirigen contra una hegemonía política, la razón de ser del espacio se centra mucho más en lo civil y social que en lo político. Algunos criticarían la ausencia de retórica política, pero los aficionados del patio son muy diversos. Según su definición es un espacio “interdisciplinario e intercultural” y abierto al debate. El trabajo en comunidad es de los trabajos políticos más poderosos.

Briones resume: “Luego agarró vuelo el Volantín como patio. Pero por esencia es un espacio en construcción. De hecho, todavía no se ha inaugurado oficialmente! Lo que pretendemos hacer con estas bases es construir un modelo de gestión que llegue a otros lugares. El Levantamiento Hormiga, ser un ligar de Encuentro y Gestión, con Sustentabilidad Integral y todos los valores que implican.

Agrega que “una vez que hemos construido nuestra idea aquí, la idea es empezar de nuevo en otro lugar. Nuestro norte es la restauración integral. Llegar a un lugar con una forma de ser, reactivar recursos humanos perdidos, y seguir mediante del rescate de la memoria y lo intangible, ese es nuestro sueño”.

 Gwendolen Pare

El Ciudadano

LEA ADEMÁS:  Proyecto Volantín impulsa trueque e intercambio de saberes

VISITE EL FACEBOOK DE PATIO VOLANTÍN


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano