«La hora ha llegado para que las organizaciones sociales de base, sindicales, territoriales y estudiantiles, alcen las banderas del feminismo por la erradicación de todas las formas de violencia sexual y de género». La cita es de la declaración pública emitida por la Asamblea Territorial de Conchalí el pasado 25 de febrero, y es lo que hemos empezado a hacer desde la población.
La actividad territorial que levantamos el 8 de marzo implicó un hito no solo en nuestro proceso de organización social y construcción de poder popular desde las bases, sino además en el camino que hemos emprendido en la divulgación de la causa y los valores del feminismo como componente intrínseco de nuestra lucha por una sociedad sin opresiones.
#ConchalíTerritorioFeminista es la etiqueta que se ha empezado a expandir por la comuna, y es el título que llevó el panel informativo con la declaración, frases y afiches feministas que pudieron apreciar les pobladores. También hubo una exposición fotográfica de mujeres en dictadura, y una muestra de pinturas, grabados, serigrafías y matrices de Luisa Valeria Ledger Sanz y Salmuera, artistas conchalinas.
Almorzamos una olla común de carbonada de verduras mientras les compas del Anfiteatro Cortijano terminaban de armar el escenario, el vestidor, las luces, el audio. La batucada Repercusión comenzó a congregar con sus tambores. Pronto abriría Disturbio, banda conchalina de hardcore punk, y se daría inicio al foro-conversatorio La lucha de las mujeres en la población, siendo la primera presentadora Suyai Vilariño, del MST, quien abordó el tema de mujer y trabajo. Tras ella expuso Catalina, compañera secundaria que participa en Acción Semilla, sobre educación no sexista (más aun: ¡educación feminista!).
Se oyó fuerte el rap combativo de Deyas Klan, tras lo cual dos compañeras de la Asamblea de Mujeres Revolucionarias continuaron el foro-conversatorio con un diálogo dramatizado en el que narraron los aprendizajes de su organización en sus cinco años de existencia mientras denunciaban y reflexionaban sobre diversas formas de violencia machista. Y tal como dijeron ellas: está bien hablar de la violencia; es necesario, ¡pero también debemos hablar de nuestro deseo, de nuestros placeres, de la sexualidad de las mujeres, tan invisibilizada por el patriarcado!
Luego vino el reconocido Grupo Chilhué, que deleitó a la audiencia con su música y danza. Tras ello, la última patita del foro: Ingrid González Neira, presidente de la Agrupación de Usuaries del Hospital San José, trató el tema de mujer y salud; y Julia Rojas Vásquez, activista feminista, habló de una demanda muy sentida y urgente: aborto libre, seguro y gratuito.
Pero la cosa no se detuvo ahí. Salmuera hizo su performance Platos rotos llamando a viva voz a mujeres y personas no heterosexuales a unirse contra el patriacado. Tras él, Benjamín González (¡también de Conchalí!) nos cautivó con la danza Butō.
Luego nos aprestábamos a cerrar la jornada con la presentación de Portavoz, talento conchalino también. Varias canciones colmadas de protesta y denuncia, y rap para el corazón. Pero nos sucedió algo inesperado. Un chico, Juanijo, de la misma Villa El Cortijo, nos pidió permiso para presentar su beatbox. En los pocos minutos que estuvo nos asombró con su arte, puesto espontáneamente al servicio de la lucha.
Tras él, nos despedimos y recogimos todo, no sin antes dejar hecha la invitación a continuar rodilla en tierra hasta que todas, todes y todos seamos libres. Una considerable cantidad de pobladores, incluyendo niñes, jóvenes y adultes mayores, se quedaron hasta el cierre de la actividad, dejándonos con el corazón henchido de ganas de continuar. Fue el inicio exitoso de nuestro compromiso, como Asamblea, de llevar feminismo a cada rincón de Conchalí, ¡para trans-formar el mundo!
Rafaela Newentupe
Fotos: Luisa Ledger y Felipe Miranda
Relacionado: DECLARACIÓN PÚBLICA DE LA ASAMBLEA TERRITORIAL DE CONCHALÍ