El 25 de julio de 2013 es una fecha recordada por las organizaciones feministas, de mujeres y disidencia sexual. Aquella jornada, donde se realizó la 1era Marcha por el Aborto Libre, Seguro y Gratuito, fue una instancia autoconvocada que surgió de la indignación y el rechazo a los dichos del entonces presidente Sebastián Piñera.
Así lo relata Gema Ortega, fundadora de La Alzada y vocera de la Coordinadora de Feministas en Lucha: «La rabia que nos provocó en ese momento las declaraciones de Piñera frente al embarazo y a la no opción de aborto de Belén, una chica de 13 años, donde se indicó que a su edad ella ya estaba preparada para ser madre, dio pie a la movilización».
La protesta, que aglutinó a diversas organizaciones, además de vocalías y secretarías de género estudiantiles, generó la unión de fuerzas que finalmente termina por constituir la Coordinadora de Feministas en Lucha. «A partir de esa jornada vimos que éramos muchas más de lo que pensábamos», sentencia Ortega. Finalmente, aunque la protesta no fue autorizada, la multitud avanzó sin problemas hasta llegar a Plaza de Armas, donde de forma espontánea terminaron ocupando las instalaciones de la Catedral de Santiago.
El hecho fue repudiado posteriormente por los medios de comunicación y la propia Iglesia Católica, pero el gesto inédito ya se atesoraba en el historial de movilización feminista. Desde entonces, han transcurrido diversas movilizaciones que recalcan la necesidad de legislar sobre el aborto libre, y que ponen en el centro del debate la insuficiencia del proyecto de despenalización del aborto en tres causales que hoy se encuentra estancado en el Parlamento.
«A pesar de la celebración que ha hecho el gobierno como una ganada concreta, creemos que es un proyecto que se suma a diversas iniciativas que se han dado desde 1993 en adelante -alrededor de 8 ya- estancados en la Comisión de Salud, con argumentos bastante precarios: la DC ha dicho que la discusión no está completa, cuando las distintas organizaciones ya se han manifestado. Cuando estuvo la Comisión de Salud de la Cámara Baja, al momento en que las mujeres y feministas iban a exponer, los diputados no llegaron, no hubo quórum y simplemente no dieron la oportunidad a las organizaciones de mostrar sus argumentos», relata la vocera de la CFL.
Durante la instancia, se pensaba exponer los argumentos históricos en defensa de la interrupción del emabrazo, como las distintas convenciones en materia de Derechos Humanos a los cuales Chile suscribe, como la Convención de El Cairo, que establece que la prohibición total del aborto es una forma de violencia estatal.
ABORTAMOS Y SEGUIREMOS ABORTANDO
En atención al escenario político, que no abren espacios concretos de participación de las mujeres, feministas y la diversidad sexual en las discusiones sobre iniciativas legales, las organizaciones de la CFL llaman a no tramitar esta discusión de espalda al movimiento social.
«Hay un hecho concreto e histórico y es que las mujeres abortamos, le guste o no al gobierno, a los sectores conservadores y la iglesia. Las mujeres abortamos y lo vamos a seguir haciendo, mucho más allá de las tres causales«, enfatiza la vocera, argumentando que esto tiene que ver con el respeto a la decisión de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, pero también implica un reconocimiento a las mujeres como agente político, con voluntad y decisión propia.
La invitación a movilizarse, en una nueva marcha por el aborto libre -durante el próximo lunes 25 de julio a las 18.30 horas, desde Plaza Italia a Los Héroes– se vincula precisamente con el respeto a estas ideas. Además, aparte de la marcha, se realizarán otras actividades durante el día: por ejemplo, un Seminario Internacional sobre aborto libre, que contará con invitadas internacionales y otras jornadas de agitación en diversas casas de estudio universitarias.
«Durante tres años hemos tomado este día 25 de julio para salir a las calles y visibilizar las miles de voces que exigen el aborto libre, seguro y gratuito ahora, voces de diversos colectivos feministas y de disidencia sexual, voces de lesbianas, bisexuales, trans y queer, voces de mujeres obreras, pobladoras, campesinas e indígenas, voces de amigas, hermanas, parientes y vecinas. Porque las mujeres abortamos», enfatizaron en la declaración pública de convocatoria a la marcha.
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