Funado Ricardo Lawrence: Otro criminal al descubierto

Tras un período de receso, la Comisión FUNA volvió a sus acciones de denuncia en contra de los criminales que se mantienen en la impunidad. Esta vez le tocó el turno a Ricardo Lawrence Mires, jefe de uno de los grupos más sanguinarios de la DINA.

Funado Ricardo Lawrence: Otro criminal al descubierto

Autor: Director

 

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A las 11:00 de la mañana del domingo 27 de julio, en las afueras de la estación Quinta Normal del metro de Santiago, comenzaron a reunirse los integrantes de esta agrupación y los invitados para dar el vamos a la nueva etapa de la Comisión Funa. Tras desplegar un papelógrafo con el nombre del denunciado, emprendieron marcha por la calle Catedral hacia el oriente al son del “ole, ole, ole, ola…como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a funar”.

Prontamente el cántico se fue cambiando por el de “alerta, alerta, alerta vecino, al lado de su casa vive un asesino”, pues se acercaban a la esquina de Catedral con Esperanza donde se emplaza un condominio de departamentos que fue el elegido por este agente de la DINA para hacerse pasar por un chileno cualquiera. En el número signado con el 2916, en el departamento A-31 que da a la calle, se ocultaba Ricardo Lawrence cuando los manifestantes llegaron para denunciarlo ante sus vecinos y la comunidad del barrio.

Jóvenes repartiendo volantes, el lienzo mirando hacia el condominio y la sorpresa de los vecinos ante la denuncia, era el escenario cerca del mediodía. La lectura colectiva del volante se hizo oír con fuerza, como la intervención del dirigente sindical Víctor Quijada, invitado por la Comisión Funa para que entregara testimonio de cómo la impunidad, también en el mundo de los trabajadores, continúa manteniéndose como pilar de la sociedad heredada por Pinochet y Jaime Guzmán.

La marcha continuó dando una vuelta para volver al lugar, donde ya los vecinos habían pasado de la sorpresa a la rabia y pedían más antecedente. “Si”, decía una vecina, “este tipo acá se hace llamar Ricardo Flores y es bien extraño, sale poco, compra algunas cosas y se vuelve a su departamento. A las 9 ó 10 de la noche ya no se siente actividad ahí”. Más reparto de volantes y la marcha retoma su camino para terminar al inicio de la feria de Portales, donde se acercan los vecinos que se han instalado como “coleros” denunciando que la alcaldesa Tohá los reprime duramente, según relata un dirigente al que la Comisión le ofrece el megáfono. “El derecho de vivir en paz” surge de la guitarra y voz de uno de los participantes de la funa, mientras muchos siguen el canto. Después de eso comienzan las despedidas, los abrazos y la alegría reflejada en la labor cumplida. Unos pocos deciden volver a Catedral para instalar fuera del condominio el papelógrafo con el nombre del criminal, cuando son avisados de que Lawrence había cruzado a comprar y, ante el enojo de los vecinos, se mantenía escondido en uno de los negocios. Rápido regreso al punto de la funa de quienes aún estaban a un par de cuadras.

Por largos minutos Lawrence no se mostraba, al parecer estaba escondido en el baño del local comercial. Una pareja de carabineros en moto estaba dando cuenta de los hechos a algunos metros del lugar, leían el volante a la radio y constataban el hecho del escondido ex colega. Atraída por los volantes que vio en el barrio, llegó la hija de Marcelo Concha, hija de uno de los detenidos desaparecidos por el que se encuentra procesado Lawrence Mires, uniéndose a los alegatos de los vecinos por que saliera y diera la cara. Finalmente, en medio de un gran despliegue de policías, que incluyó un carro para el traslado de imputados, el criminal fue sacado y trasladado a la Tercera Comisaría de Santiago. A pesar de que tiene una condena dictada por 20 años de presidio y una innumerable serie de procesamientos, aún no existía una orden de detención que obligara a los policías a mantenerlo detenido, por lo que fue liberado en horas de la tarde, pero no regresó a su departamento.

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El volante de denuncia

 

Esta es la denuncia realizada por la Comisión FUNA: “Ricardo Lawrence Mires, alias ‘Cachete Grande’, Teniente de Carabineros al momento del golpe de Estado, fue parte de la plana mayor de la DINA desde sus inicios, jefe del Grupo Operativo Águila que operó en Londres 38, Villa Grimaldi, José Domingo Cañas y en el cuartel de exterminio de Simón Bolívar.

Testimonios de sus subalternos hablan de la crueldad con que Lawrence trataba a los prisioneros. Luz Arce, prisionera y luego agente de la DINA, señala que es él quien produce su quiebre y la obliga a colaborar.

Procesado en el caso de Calle Conferencia por el secuestro, tortura, muerte y desaparición de Mario Zamorano, Jorge Muñoz, Uldarico Donaire, Jaime Donato, Elisa Escobar, Fernando Lara, Lenin Díaz, Marcelo Concha, Víctor Díaz López, Eliana Espinoza y César Cerda. También se encuentra vinculado a la desaparición de Bernardo Araya y María Flores, y al asesinato del diplomático español Carmelo Soria.

Formó parte de la empresa de fachada Pedro Diet Lobos de la DINA, en 1988 era comisario de la Tercera Comisaría de Santiago y en 1989 fue trasladado a Los Andes. Se acogió a retiro de Carabineros en 1990 con el grado de Teniente Coronel. Fue funado el 28 de abril de 2001, cuando trabajaba bajo la chapa de “Ricardo Flores” en la empresa distribuidora de camarones Kamaron Bay, ubicada en Tabancura 1382.

A principios de julio de este año, fue condenado a 20 años de presidio por la desaparición de 18 personas, mayoritariamente militantes del MIR, y está pendiente la condena por el secuestro, tortura, muerte y desaparición de Alfonso Chanfreau Oyarce, Lumi Videla Moya, Sergio Pérez y María Cristina López Stewart. Aún no ha sido detenido”.

El carnet de identidad de Lawrence es el 5.392.869-2 y, junto con el domicilio denunciado en Catedral 2916 departamento A-31de Santiago Centro, utiliza otro de Cirujano Videla 1312, en Ñuñoa, para sus trámites judiciales y su registro electoral, pues tiene derecho a voto.


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