“Ya no somos pobres, somos ricos en conocimientos”, proclamó en la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela María Eugenia Túa, de 70 años y quien hacía dos años se había inscrito en el plan de alfabetización “YO SI PUEDO” de la Misión Robinson.
“Es prácticamente imposible alcanzar 100 por ciento de alfabetizados, siempre hay un pequeño porcentaje de irreductibles, pero no bajaremos la guardia”, dijo el ministro de Educación de ese entonces, Aristóbulo Istúriz, quien asumió la responsabilidad encomendada por el comandante presidente Hugo Chávez Frías para alfabetizar a la población venezolana que así lo requería.
Cuba aportó el método “Yo sí puedo”, creado por la educadora Leonela Realy y que combina datos numéricos y de lenguaje para inducir al aprendizaje. Este método fue adaptado en Venezuela a nuestras realidades y se prepararon a 129.000 alfabetizadores venezolanos.
Con este contingente, el Gobierno Revolucionario, liderizado por el comandante Hugo Chávez, lanzó en julio de 2003 el plan para alfabetizar a millón y medio de adultos, y estableció un programa de incentivos para quienes se incorporaran a esta hermosa tarea de aprender a leer y escribir, desde cestas de comida hasta tierras y créditos, y más de 100.000 becas que equivalían a la mitad del salario mínimo de ese entonces.
Entre los alfabetizados estaban 70.000 indígenas en decenas de comunidades, en modo bilingüe. También hubo programas especiales para ciegos y sordo mudos, y para más de 2.000 privados de libertad, en tanto personas con deficiencias visuales fueron asistidas con consultas oftalmológicas y más de 200.000 lentes correctores fueron entregados de manera totalmente gratuita.
El nombre del programa fue dado por el pseudónimo Samuel Robinson, que adoptó Simón Rodríguez (1769-1854), el maestro del libertador Simón Bolívar que fue un avanzado crítico de las ideas pedagógicas de su tiempo.
Aristóbulo Istúriz, quien presidio la Comisión Presidencial Misión Samuel Robinson, dijo que la meta lograda por Venezuela era avalada por el convenio educativo Andrés Bello de los países andinos, además de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Koichiro Matsuura, quien para ese momento fuera Director General de la Unesco, con motivo de la Declaración de Venezuela como “Territorio Libre de Analfabetismo”, envió una carta al Gobierno Revolucionario donde señalaba:
“El día de hoy, 28 de octubre de 2005, significa un exitoso hito para Venezuela en sus esfuerzos para la creación de una sociedad alfabetizada. Al declararse “Territorio Libre de Analfabetismo”, Venezuela está realizando su más relevante contribución en nuestra marcha común hacia la Educación para Todos o EPT. Los logros alcanzados por la Misión Robinson no habrían sido posibles de no contar con la voluntad política y el apoyo al más alto nivel y, en cuanto a ello, el presidente Hugo Chávez Frías merece una calurosa felicitación.
Uno de los aspectos claves de la Misión Robinson ha sido su llegada a todas las personas sin ninguna discriminación basada en género, edad, credo, capacidades o incapacidades físicas, idioma o ubicación “(…) Numerosas mujeres y hombres, por igual alumnos y educadores, han estado involucrados en la Misión Robinson desde 2003 y merecen ser felicitados por sus esfuerzos. Basándose en el método cubano conocido como “Yo Sí Puedo”, y con la asistencia técnica de asesores cubanos, la Misión Robinson se ha desarrollado en el contexto de la cooperación Sur-Sur.(…) Hoy, Venezuela merece ser reconocida por el renovado vigor de sus esfuerzos en materia de alfabetización”
También en un Comunicado especial de los países iberoamericanos en respaldo a las iniciativas de alfabetización para lograr la enseñanza primaria universal expresaban:
”Los Jefes de Estado y de Gobierno de los países iberoamericanos en el marco de la celebración de la XV Cumbre de Salamanca realizada los días 14 al 15 de octubre de 2005, reiteramos la importancia de desarrollar programas, planes e iniciativas de alfabetización (…) En consecuencia, respaldamos las iniciativas nacionales y regionales sobre prácticas de alfabetización, las cuales redundan en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (…) Reconocemos al Pueblo y al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela por el éxito obtenido en el Plan de Alfabetización Nacional, lo que permitirá el próximo 28 de octubre, se declare a ese país, Territorio Libre de Analfabetismo”.
Peter Smith, asistente al Director General de UNESCO por el sector Educación para ese momento, señaló “Voy a aprovechar la oportunidad para felicitarle por el éxito de la Misión Robinson y el invaluable esfuerzo que su gobierno ha realizado para hacer de Venezuela un Territorio Libre de Analfabetismo”.
La hazaña se cumplió, lo imposible es hoy una realidad que si cotidiana, gracias a una Revolución que hizo de la educación el camino hacia la libertad.