El programa “Juntas Podemos lograr un Modelo Ambiental Sostenible de Habitabilidad Urbana”, implementado a partir de la entrega de nuevas viviendas sociales en Lo Espejo, promueve la construcción de un prototipo innovador de habitabilidad socio–urbana que permitiría sentar las bases de un sistema de gestión ambiental.
De carácter participativo, contempla la creación de huertos orgánicos familiares, composteras, áreas verdes comunitarias y reciclaje. Además, las viviendas cuentan con características únicas de eficiencia energética y energía solar que las destacan como una excelente alternativa en la reconstrucción del país.
Crear hábitos de reciclaje, apoyar el diseño urbano participativo, fomentar el autoabastecimiento y disminuir los efectos del cambio climático son algunos de los beneficios ambientales del proyecto “Juntas Podemos lograr un Modelo Ambiental Sostenible de Habitabilidad Urbana”, impulsado por Fundación Casa de la Paz y financiado por el Fondo de Protección Ambiental de Conama RMS a partir de la construcción de una villa de viviendas sociales en la comuna de Lo Espejo.
El plan presenta un modelo integral de Ecobarrio que permite cuidar el entorno y, al mismo tiempo, mejorar las condiciones de vida de las personas con un menor costo. Además de la infraestructura sustentable, existe un componente de educación ambiental clave que permite la mejor utilización de los artefactos, la opción por alternativas menos contaminantes y más económicas -por ejemplo en calefacción-, así como fomentar una verdadera conciencia ambiental y de convivencia sustentable que permita el desarrollo de proyectos comunes participativos.
Winko Franz, jefe de proyecto de Casa de la Paz, explica: “esta es una villa que funciona en forma sustentable desde todos los aspectos. Cuenta con autoabastecimiento de hortalizas, tratamiento de residuos orgánicos a través de composteras, separación de material reciclable, negocios inclusivos (entregando oportunidades de trabajo), mejoramiento del entorno y arborización participativa. Con esto, además de preservar el medio ambiente, su instauración permite mejorar la calidad de vida de la población a mediano y largo plazo”.
El proyecto funcionará potenciando los comités que ya existen, apoyando los liderazgos locales y generando espacios de conversación para la incorporación de nuevos componentes, por ejemplo en el diseño de las áreas comunitarias. De este modo se desarrollarán los espacios participativos claves para la sustentabilidad del proyecto.
Ximena Abogabir, presidenta de Fundación Casa de la Paz enfatiza: “Resulta de vital importancia involucrar a las comunidades en la construcción de sus vidas, para esto es indispensable que el Estado abandone la pretensión de controlarlo todo y ofrecer todas las soluciones. Ello significará que se cometerán errores, pero peor es detener la energía creativa de las personas. Se trata de algo válido para la villa de Lo Espejo que albergará a más de cien familias que actualmente viven en campamentos, pero también para los damnificados del terremoto y esto es importante por las enormes posibilidades que entrega”.
HABITABILIDAD URBANA SUSTENTABLE
Un elemento clave en este tipo de proyectos es informar a los integrantes de la comunidad en temas de habitabilidad urbana sustentable y promover una política de gestión ambiental participativa. Así, se realizarán capacitaciones en temas de residuos sólidos domiciliarios (RSD) orgánicos e inorgánicos, elaboración de huertos familiares, arborización y mantención de áreas verdes a las 125 familias que llegarán a la villa.
“Este proyecto nos ha servido mucho: saber que uno puede reciclar. Antes no nos interesaba y ahora queremos que la gente aprenda a cuidar el medioambiente. Es parte de la educación, que la gente mayor pueda traspasarlo a sus hijos y nietos, y que en un futuro no muy lejano también estén ayudando a proteger el planeta. También queremos incorporar a la gente joven a los huertos que van a ser grandes y bonitos. ¡Y la instalación de paneles solares! Somos 125 familias que nunca habíamos tenido un calefont, es un tremendo cambio y hay que educar para usarlo de la mejor forma”, señala Jacqueline Marín, dirigenta vecinal.
Asimismo, la sensibilización en torno al cambio climático es vital a la hora de crear mayor conciencia en el uso de los recursos y la energía dentro de la comunidad.
El proyecto “Juntas Podemos lograr un Modelo Ambiental Sostenible de Habitabilidad Urbana” busca complementar en una segunda etapa la construcción de hogares eficientes en Lo Espejo. Este proyecto inicial desarrollado por el Minvu, la Comisión Nacional de Energía -a través del Programa País de Eficiencia Energética-, Un Techo para Chile y la agencia de cooperación técnica alemana GTZ, con apoyo de Fundación Casa de la Paz, desarrolla un nuevo modelo de habitabilidad urbana, único en el país, que entregará viviendas sociales que promueven el consumo responsable de energía a través de novedosos sistemas y mecanismos centrados en la eficiencia energética.
“Las casas están construidas con bloques Hebel, de hormigón celular. Estos bloques están compuestos por miles de micro-poros de aire que le dan una propiedad térmica a la construcción. De esta forma, y cambiando ciertos ámbitos regulan la temperatura interna manteniendo el calor en invierno y temperaturas más frescas en verano, permitiendo el ahorro de energía”, explica Winko Franz de Fundación Casa de la Paz.
Además, las casas cuentan con un sistema de grifería que permite economizar agua y traen incorporado un colector solar de 150 litros para obtener agua caliente sanitaria. “El colector está conectado a un calefont, con un sistema integral que se enciende en forma automática si el agua del colector baja de los 40ºC. Por lo tanto nunca se quedan sin agua caliente”, agrega.
En definitiva, el proyecto “Juntas Podemos lograr un Modelo Ambiental Sostenible de Habitabilidad Urbana» permitirá hermosear el entorno para estas viviendas, pero más importante es que establecerá un modelo piloto de habitabilidad social sostenible, el que sentará las bases de un modelo mayor de gestión ambiental urbana, y podrá ser replicable en cualquier comunidad que esté abierta a aprender y practicar diferentes formas de preservación ambiental. Entre ellas, todas las comunidades y pueblos que deberán reconstruirse por los efectos del terremoto.
“Es duro decirlo, pero detrás del terremoto es posible descubrir la oportunidad de construir en Chile viviendas mucho más sustentables. Se trata no sólo de resistir los sismos, sino también de mejorar el aislamiento térmico y acústico, de hacer un uso sustentable del agua a través de artefactos que permiten ahorrar y reusar el agua, de gestionar eficientemente los residuos sólidos, haciendo composteras o lombricarios. El cambio climático que ya es una evidencia, también instala nuevos desafíos a la construcción y esta es una oportunidad que no se debe dejar pasar”, Ximena Abogabir, presidenta de Fundación Casa de la Paz.
Por Paulina Marfull