A una semana de la paralización de los trabajadores de INTEGRA es necesario hacer una evaluación y lo primero a destacar es la masividad, la disciplina y la convicción con que las trabajadoras y trabajadores han enfrentado esta movilización.
Queda claro que no hay grado administrativo ni cargo superior o inferior cuando se trata de reclamar lo que de justicia se ha pedido. Auxiliares, administrativas, educadoras, profesionales y no profesionales , todas y todos han estado en esta pelea que es de justicia, mas allá de estar o no incorporados a los 3 sindicatos nacionales a los que se «reconoce» la presentación de petitorios.
Este es un conflicto de antigua data que tiene su origen en una errada política de gobierno que niega a los trabajadores el derecho a negociar colectivamente (amparándose en el inciso tercero del articulo 304 del C. del T.), no obstante que toda la relación entre INTEGRA y sus trabajadores es precisamente a través del Código del Trabajo.
La pregunta de fondo y a la que ninguna autoridad ha querido dar respuesta es: ¿Por qué los funcionarios de INTEGRA no son funcionarios públicos y se les entregan todas las regalías del sector, o de una buena vez se les reconoce su condición de trabajadores privados y se les permite negociar colectivamente?.
Por lo mismo y por la incapacidad demostrada en la gestión, agravado todo por el hecho que bajo esta administración se da luz verde a la represión, es que deben salir de INTEGRA sus mas altas autoridades partiendo por su directora ejecutiva, ya que son ellas las que no han logrado o no han querido traspasar al gobierno lo que sucede con el personal. Son ellos quienes no terminan con la inequidades, quienes no se han puesto firmes ante Hacienda y Educación para defender lo que su gente necesita, los que no han reclamado para los suyos el mismo trato que recibe la JUNJI habida cuenta de que ejecutan el mismo trabajo y no se atreven a recordarle a la presidenta Bachelet que ella fue la que dijo «a igual trabajo igual remuneración».
Cual es la principal demanda de quienes trabajan en INTEGRA?, El aumento de sus sueldos, la mejoría en la locomoción y otros beneficios sociales, la homologación con JUNJI. También les interesa mucho mejorar la condición de las trabajadoras de extensión horaria (que vendrían a ser algo así como los part time del comercio). Tras esta demanda están todos los trabajadores de la Institución , mas allá del sindicato al que adscriban y por mucho que esto moleste a algunos(as) iluminados (as).
Ahora veamos la organización que se da al interior. En INTEGRA existen 3 Sindicatos nacionales(1 afiliado a la CGT – el Nº 1- y 2 afiliados a la CUT – SINATI Y Nº 2 -) que son los que una vez al año presentan un petitorio con una serie de demandas, aprobadas previamente en asambleas.
También – y es aquí donde hay un problema no solucionado – existen otras agrupaciones que son escisiones de los Sindicatos nacionales, a las que la dirección de la institución se niega a reconocer pese a que se encuentran legalmente constituidas. Es mas, salvo la firma posición del Sindicato Nº 1, no hay en los demás sindicatos el mas mínimo interés porque se reconozca a estas organizaciones e incluso se las descalifica permanentemente, llamándolas divisionistas, fomentadoras de la dispersión el fraccionamiento y el sectarismo.
Lo que todos olvidan y que nadie parece querer recordar es que inicialmente hubo un solo Sindicato en INTEGRA y ese fue el Nº 1. Este nunca descalificó ni estigmatizó a nadie. Muy por el contrario, se la ha jugado siempre por que a todos los instrumentos sindicales que existen en INTEGRA se les reconozca y trate de la misma manera.
Es de justicia levantar ahora la exigencia de que tanto el Sindicato de la V Región como las educadoras integradas al SITES tienen pleno derecho de ser parte de los procesos de negociación y deben ser incorporadas a toda futura mesa de negociación..
En el actual proceso de movilización la asistencia y la participación de las trabajadoras ha sido masiva y muy disciplinada, marchas, bastante propaganda explicativa y por sobre todo una permanente comunicación entre dirección y base. Una cincuentena de educadoras del SITES se sentó en las afueras de las oficinas centrales de la Institución reclamando ser escuchadas. Al día siguiente dirigentas y socias de los 3 sindicatos ocuparon las instalaciones de la institución mientras las trabajadoras coparon la calle Alonso Ovalle, entre Zenteno y San Diego, desde donde fueron brutalmente reprimidas por la policía. En Iquique se ocupó la Dirección Regional de Integra, un piquete de trabajadoras encaró a la directora ejecutiva a la salida de una actividad en un céntrico hotel de Santiago. Los funcionarios administrativos, ilustres ausentes hasta hora en las movilizaciones, se han estado incorporando y participando activamente.
Por todo el país el desfile de azul, verde, celeste y burdeos muestra que las trabajadoras de INTEGRA están de pie y que no se volverán a inclinar renunciando a sus demandas.
La movilización de INTEGRA es el punto culmine de un ejercicio de «unidad en la acción», que solo se ha visto levemente complicado ante el intento de querer instalar al frente de esta noble causa a quienes la desconocen casi completamente y que han retrocedido ante el rechazo mayoritario de los trabajadores.
La movilización de INTEGRA logró romper el «pacto de silencio» de los medios de comunicación y puso ante la opinión pública nacional la real situación en la que se encuentran miles de seres humanos – muchas de ellas mujeres jefas de hogar – quienes viven, mas bien dicho sobreviven, en precarias condiciones, con sueldos miserables, con acusaciones injustas que en algunos casos les ha significado castigos demasiado severos.
Que nadie se engañe, este es un proceso que recién comienza a solidificarse, un proceso lento de estudio, conocimiento, de comunicación, de desarrollo de conciencia de clase, de compañerismo, de unidad y defensa de posiciones, que está lejos aun de su maduración total. Por eso debemos seguir apoyándolos y apoyándolas una vez que resuelvan el termino temporal de su movilización.
Algo es claro, después de lo vivido, nada volverá a ser igual.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente CGT MOSICAM