Este martes el mundo se despertó con una fatal noticia: un avión de la compañía Germanwings con 150 personas a bordo se estrellaba en los Alpes Franceses cuando cubría el trayecto Barcelona-Düsseldorf. El lugar del siniestro, en mitad de la cordillera, tiene un muy difícil acceso, por lo que aún continúan las labores de rescate para tratar de recuperar los 150 cuerpos sin vida que yacen en la zona.
El Airbus A320 había partido a las 10:01 del aeropuerto del Prat con normalidad pero a las 10:47 hora francesa el aparato comenzó a perder altura rápidamente pasando de 9.000 metros a 1.800 en apenas nueve minutos. A las 10:53 la torre de control tuvo el último contacto del aparato cuyos restos se han encontrado esparcidos en varias zonas.
La única caja negra recuparada hasta el momento es la que grabó las conversaciones en cabina que revelan que uno de los dos pilotos estaba fuera de la cabina en el momento del accidente y que no logró volver a entrar a pesar de la insitencia con la que golpeaba la puerta para hacerse oír.
Por ello, la Fiscalía francesa ha confirmado ya que el copiloto estrelló el aparato de forma deliberada. Los equipos de investigación tratan de averiguar ahora el por qué de esa terrible acción que acabó con la vida de 150 personas.
«No sé si es un acto suicida. Solo puedo decir que voluntariamente permitió una pérdida de altitud anormal, de mil metros por minuto, y no tenía ninguna razón para hacerlo ni para impedir que el piloto volviera a cabina ni para no responder a la torre de control«, declaró el fiscal Brice Robin durante una rueda de prensa esta mañana.
Tras escuchar las grabaciones registradas por la caja negra, el fiscal dijo que «los gritos de los pasajeros sólo se escuchaban en el último momento del impacto (…) En la cabina nada, silencio total, ni una palabra en diez minutos pero se escuchaba respirar«.
Estos indicios hacen sospechar al fiscal Brice Robin de que «el copiloto tuvo la voluntad de destruir el avión«, por lo que en estos momentos se investiga a fondo los antecedentes de Andreas Lubitz, el piloto alemán de 28 años que se econtraba a los mandos del aparato de Germanwings en el momento del accidente.