Los sindicatos de trabajadores de la administración pública, del transporte terrestre y aéreo y de escuelas y hospitales en Italia realizaron este viernes una huelga contra la política económica del Gobierno dictada por la Unión Europea (UE). Además, las organizaciones se paralizaron en defensa de la Constitución y a favor del ‘No’ en el referendo del próximo 4 de diciembre que busca una reforma constitucional, promovida por el primer ministro Matteo Renzi.
La reforma de la Constitución contempla el fin del bicameralismo perfecto en el país, que en les últimas décadas ha provocado que muchos de los proyectos terminen como una pelota, pasándose de la Cámara de Diputados al Senado y viceversa. Ahora el Senado pasaría a tener un poder mucho más limitado y una composición y una orientación regionales, y las leyes estatales serían competencia de la Cámara, la única que podría hacer caer a un gobierno.
Inicialmente el primer ministro había dicho que renunciaría en caso de que ganara el “No” en la consulta, pero últimamente ha declarado que en caso de que ello suceda “no será un cataclismo”.
La reforma constitucional, la más ambiciosa en el país hasta el día de hoy, es la gran apuesta de Renzi para terminar con las amarras de la política italiana permitidas en su Carta Magna, en vigor desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, necesita hacer más pedagogía y sumar más apoyos para conseguir que el ‘Sí’ se imponga. Según los sondeos, los italianos apuestan en un 50-55% por el ‘No’ y a eso se agrega que una minoría del Partido Demócrata de Renzi amenaza también de votar en contra.
Las críticas a la propuesta del primer ministro italiano pasan por que si el nuevo protagonismo de la Cámara de Diputados viene respaldado por un gran poder del partido ganador en las elecciones, algo que la reforma a la ley electoral impulsada por mandatario mantiene, la democracia quedaría seriamente comprometida.