Se trata de la marcha anti-nuclear más grande tras el accidente nuclear en la central de Fukushima, que desembocó en uno de los accidentes ambientales más graves después de Chernóbil (1986), con emisiones radioactivas que se extendieron hacia el interior de Japón y su costa marítima dejando un saldo de más de 15 mil 800 muertos y 2 mil 636 desaparecidos.
Al respecto, el premier nipón debió anunciar desde Nueva York (Estados Unidos), en el marco de la Asamblea General de la ONU, que Japón no volverá a poner en marcha las plantas nucleares “a menos que la seguridad se restablezca al 100 por ciento”, según citó la agencia EP.
“Japón se encuentra actualmente con una dependencia total de los combustibles fósiles”, argumentó Abe, por lo que afirmó que su Gobierno está tratando de introducir fuentes de energía renovables “a un ritmo rápido”.
Dos semanas atrás, la Autoridad de Regulación Nuclear (ARN) de la nación asiática autorizó la puesta en marcha de dos reactores de la planta de Sendai, ubicada en la prefectura de Kyushu -al sur del país-. Sin embargo, la decisión final depende todavía de la aprobación de las autoridades locales y del Gobierno central.
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En la víspera de la multitudinaria manifestación, Yuko Obuchi, la nueva titular del Ministerio de Economía, Comercio e Industria -del que depende el sector- consideró en rueda de prensa que sería “muy difícil” para Japón prescindir de la energía nuclear.
Japón se encuentra concluyendo el primer año completo sin energía nuclear, luego de que se ordenara desactivar de forma gradual los reactores tras el accidente de Fukushima.
En este marco, el Gobierno de Abe presiona a los reguladores para la reactivación de la totalidad de las plantas nucleares en el país -las cuales alcanzan las 48 centrales- en función de su anunciado plan energético adecuado a los intereses empresariales.
Mientras tanto miles de desplazados por el accidente permanecen en refugios y viviendas improvisadas a la vez que el número de víctimas fatales por el accidente nuclear aumenta de la mano de la negligencia empresarial y la complicidad del Gobierno.
Recientemente, el Comité de Seguimiento de la Salud de los habitantes de Fukushima informó sobre el exponencial aumento de los casos de cáncer de tiroides en niños de la región. Tras realizar pruebas a 300 mil menores de 18 años, determinó que 103 jóvenes padecen la enfermedad o tienen una alta probabilidad de desarrollarla, lo que indica una tasa de 30 casos sobre una media nacional de 1,7 por cada 100 mil habitantes.
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