“Que la juventud salga a hacer frente a los problemas y se ponga a la cabeza de todos los trabajadores chilenos. Y le advierto que la clase trabajadora resucitará. La juventud de los sindicatos y estudiantil no está podrida.” Clotario Blest, 1984
Jorge tiene 22 años y desde el sábado 29 de noviembre de 2008 es Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Construcción y la Madera (FETRACOMA), organización obrera nacional que agrupa a asalariados sobre todo de la construcción vial en las regiones sureñas de Los Lagos, Los Ríos, en el Norte Chico y la Región Metropolitana. Lleva una barba bien recortada como queriendo aparentar una edad mayor, pero el timbre eléctrico de su voz y su disposición apresurada traicionan esas intenciones. Estudió dos años Trabajo Social en Osorno, sin embargo, apremios económicos lo trasladaron a Santiago donde trabajó una semana en un restorán y luego ingresó de cabeza a faenas de la construcción. Presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción que agrupa a obreros contratistas y subcontratistas, Jorge Hernández habla rápido, claro y bien informado. De su madera también se fabrica el futuro del sindicalismo chileno.
¿Por qué decidiste convertirte en obrero de la construcción?
“Entré a la construcción con la férrea convicción de que hay que apoyar la organización de uno de los sectores productivos más desprotegidos y más explotados de Chile. Siempre pensé en hacer un trabajo político-sindical, lo que paulatinamente se ha ido concretando.”
¿Qué principios te conducen?
“Los principios por los que me la juego son la organización desde la base, la horizontalidad a la hora de decidir las líneas a seguir de la organización sindical; y la autonomía frente a la patronal, a los partidos políticos tradicionales y a cualquier institución ajena a los intereses de los trabajadores. También creo en el internacionalismo. Para dar la lucha contra el capitalismo hay que estar organizados tanto local, como mundialmente.”
Tú te manifiestas contrario al burocratismo sindical…
“Yo estoy contra el burocratismo, contra la perpetuación de cargos dirigenciales que no tienen ninguna conexión real con los trabajadores y sus luchas concretas. Hay dirigentes que se la pasan en reuniones y se quedan pegados en prácticas antidemocráticas, remando hacia cualquier parte, menos hacia el lado de los trabajadores.”
LOS OBREROS DEL SIGLO XXI EN CHILE
¿Cuáles son las condiciones en que se desarrolla el trabajo de la construcción?
“Los trabajadores de la construcción se emplean en un sector altamente precarizado, donde no cuentan con las mínimas condiciones laborales (no hay baños, no hay agua potable, no hay duchas, no hay comedores, y si existen son muy precarios); y con una tasa de accidentalidad muy elevada (encabezamos los ranking de accidentes a nivel mundial). Nuestra presencia sindical es muy baja todavía. Hay 600 mil trabajadores de la construcción, donde sólo está sindicalizado un 10 %. Tenemos un nivel educativo bajo, y se sufre una sobreexplotación brutal. Los horarios de trabajo van entre 12 y 14 horas. En el caso de los trabajadores faeneros, pueden bajar de la obra apenas 3 días cada 15 días de labor, y no pueden estar con sus familias. Para nosotros, el tema de los descansos es fundamental..”
En Chile el papel del movimiento obrero a través de su historia ha sido fundamental, a veces feliz y muchas veces trágico…
“La construcción tiene un pasado bien rico. Ha sido la única rama de la producción que ha logrado negociar en su conjunto a través del Convenio Nacional de la Construcción de 1972. Por eso el empresariado y la burguesía chilena siempre les han tenido un gran temor a los trabajadores de la construcción. Y debido a ello, al principio de la dictadura militar fueron los primeros perseguidos. Así contamos con un dramático número de obreros ejecutados y presos políticos. Fuimos una de las primeras organizaciones que debió pasar a la clandestinidad. Hubo un ensañamiento hacia los trabajadores de la construcción organizados entonces en la Federación de la Industria de la Construcción y actividades conexas. Sufrimos un descabezamiento grave. Por otra parte, las organizaciones nuestras han cometido el error de no contar con una política planificada para la generación de cuadros sindicales. Siempre la dirigencia se reduce al liderazgo de un puñado de compañeros. Falta recambio. Y eso ocurre en todos los sectores sindicales. La base debe educarse para volverse nueva conducción. Esta es una de las principales causas de la debilidad del movimiento sindical chileno. Objetivamente, la clase trabajadora demanda mayor educación. Debemos recuperar la tradición obrera asociada a la formación cultural para la conciencia y la emancipación.”
Hay quienes llaman al actual Código del Trabajo, Código del Capital por las trabas que pone a la organización de la fuerza laboral…
“Los trabajadores durante largos años perdieron su capacidad de movilización y propuesta. Las grandes reformas que se hicieron en el mundo del trabajo fueron producto de la lucha y propuestas de los trabajadores. Hoy dominan las leyes los tecnócratas del gobierno. Por ello el Código del Trabajo es anti obrero. En el caso de la construcción la cosa es más aberrante, porque tienen explícita prohibición de negociar colectivamente. El sistema sigue ensañado con los obreros.”
Los obreros de la construcción en Chile superan las 600 mil personas, y se duplican en actividades indirectamente asociadas, es decir, la industria de la construcción representa alrededor de un 15 % de la fuerza laboral total del país. Según analistas del poder, ya se anuncian despidos de entre 120 mil y 150 mil obreros hacia abril de 2009, producto de la crisis mundial y la sobreproducción habitacional…
“Las actuales condiciones son bastante adversas para los trabajadores. Pero las propias crisis del capitalismo generan, a la vez, un despertar de los trabajadores. Yo creo que se abren posibilidades para que las organizaciones sindicales genuinas cobren un mayor protagonismo a la hora de hacer las propuestas y los llamados. La posibilidad de que se aproxime una fuerte caída del empleo obrero, nos obliga a la organización de distintas formas: por ejemplo, a través de comités de cesantes vinculados a la organización sindical, que sigan permaneciendo a la organización. Creemos que el Estado intentará salvar a los empresarios del sector, como ya lo ha hecho con otros. Esto nos debería ofrecer la posibilidad de negociar puestos de empleo.”
APOSTANDO A LA UNIDAD
Tú no solamente participas en el sector obrero de la construcción; además eres parte de Refundación Sindical, el Frente Amplio de Trabajadores por la Defensa de los Ahorros Previsionales…
“Aquí nosotros tenemos una convicción de unidad. Sólo de esta manera creemos que es posible recomponer la organización de la clase trabajadora. Sabemos que existe una estrategia de la burguesía de, en el mejor de los casos, permitir la agrupación de los trabajadores en sindicatos de empresa, lo cual limita obviamente nuestra capacidad de negociación y movilización. Por eso nosotros hacemos nuestra propia política de reagrupamiento para romper los límites de nuestro accionar. La clase trabajadora necesita urgentemente su recomposición, y las voluntades de su recomposición. Y allí, con humildad, ponemos nuestro aporte para la unidad. Uno de mis objetivos, es que las organizaciones dialoguen, más allá de sus diferencias, porque debemos contar con un proyecto mucho más grande de toda la clase trabajadora. De este modo se está asumiendo la coyuntura sobre el tema previsional. Para mí esta misión es gratificante.”
LOS TRABAJADORES SON LOS LLAMADOS A TENER UN PAPEL DE CONDUCCIÓN DE LA SOCIEDAD
¿Qué rol podrían jugar los obreros en un eventual continente político de definiciones y lucha anticapitalista?
“Los trabajadores de la construcción son parte vital de los avances que va teniendo el país. Somos los artesanos técnicos de Chile. En otros lugares del mundo, los obreros son pilar relevante en el mundo sindical. Los trabajadores de la construcción, casi intuitivamente, tienen un fuerte sentimiento de clase y de avanzada. Cuando se recompone el sector laboral de la construcción, tomamos un protagonismo potente, como en Panamá o en Uruguay. Y si llega a formarse un movimiento anticapitalista, vamos a estar allí. Tenemos mucho que hacer y qué decir en las iniciativas que tome el conjunto del pueblo. Los trabajadores son los que producen la riqueza del mundo y, por tanto, deben tener una incidencia primordial en la toma de las decisiones políticas de un país. Los trabajadores son los llamados a tener un papel de conducción de la sociedad. Somos muchísimos más los trabajadores que los dueños de las empresas.”
¿Piensas en la posibilidad de un futuro gobierno de trabajadores y cómo sería?
“Yo me imagino un gobierno de los trabajadores con una democracia amplia, donde las bases tomen las decisiones respecto de los grandes problemas, con un enorme esfuerzo educativo; donde los cargos sólo sean un instrumento de la clase trabajadora, con la posibilidad de recambio constante. Que el pueblo pueda remover a quien no asuma buenamente su responsabilidad. El gobierno de los trabajadores debería garantizar un bien social íntegro para las grandes mayorías.”
El promedio de edad de los principales sindicalistas chilenos está entre los 55 y 65 años. Tú tienes 22…
“Ha sido difícil. Muchos compañeros están enquistados en los cargos sindicales y tienen miedo a perder sus cargos y a que existan personas más capaces. Pero este no es un problema de edad, no más. Pasa por cuestiones de egocentrismo o fines extraños a la labor sindical que se persigue. Esto es un asunto complejo para quienes queremos trabajar 100 % en la recomposición de la organización de los trabajadores, sean cuales sean sus consecuencias. Sin embargo, uno en el terreno mismo se va legitimando, en la obra, en la faena, en la lucha. Las puertas siempre están cerradas, pero es uno quien debe abrirlas. Yo estoy por la participación activa de los jóvenes. Hay que ocupar los cargos, con fuerza y vitalidad. Pero no hay que pecar de soberbia. Hay una historia, un bagaje, hay una sabiduría que tienen los viejos de la cual nosotros tenemos que nutrirnos. La pega es mancomunada.”
Por Andrés Figueroa Cornejo
*Publicado originalmente en periódico MARCHA, fotografía gentileza MARCHA