Más de 12 mil personas se reunieron ayer pasada las 19.30 en Plaza de Armas pidiendo justicia por el asesinato del dirigente sindical Juan Pablo Jiménez. Según lo explicado por Paris Valenzuela, parte de la vocería de la asamblea Verdad y Castigo, esta movilización busca generar presión para remover al fiscal y hacer un giro en la línea investigativa.
Esto ante la nueva información obtenida gracias a un peritaje particular contratado por la familia que descarta la tesis de la “bala loca” entregada por la PDI. Este dirigente de 35 años falleció el 21 de febrero tras recibir un impacto de bala al interior de la empresa. Llevaba más de una década trabajando en Azeta.
“Porque los nuevos peritajes destruyen la tesis de PDI y Fiscalía de que a Juan Pablo lo mató una ‘bala loca’ que venía de La Legua. Porque el Fiscal del caso se niega a investigar otra tesis, llamamos a movilizarse por el cambio de Fiscal. Porque AZETA, la empresa donde Juan Pablo fue asesinado, se acaba de declarar en quiebra y despidió a todos sus trabajadores” declaró el comunicado difundido al momento de convocar la manifestación.
El día en que falleció, Jiménez tenía prevista una audiencia para denunciar supuestos abusos laborales de la empresa. Según el Servicio Médico Legal (SML), la causa de muerte fue un “traumatismo craneoencefálico por bala” mientras estaba sentado al interior de la empresa. De esta forma, la PDI descarta que la bala haya ido dirigida a Jiménez.
Paralelamente, se realizaron marchas en otras cinco ciudades. Entre estas, Arica, La Serena, Valparaiso, Talca y Concepción. Sin embargo, la manifestación no estuvo exenta de violencia puesto que, como denuncian los asistentes, sufrieron represión por parte de Fuerzas Especiales. Según lo informado, se llevaron detenidos a menores y adultos.
Por Camila González
Clarín/El Ciudadano