Pese a que en las últimas horas el Ministerio de Educación estaría aceptando los planes definidos por las comunidades educativas movilizadas, aún se mantiene en suspenso qué pasará con los 50 mil secundarios que prefirieron diseñar sus propios procesos formativos y que el Gobierno se empecina en dejar repitiendo. Los estudiantes cuentan cómo organizaron esta autoformación, la inclusión de ramos más allá de los planes del ministerio y de la experiencia ganada. Si usted es de los que le cree a la tele de que las tomas eran puros destrozos y carrete, pase y vea:
En el noticiario de TVN la semana pasada Consuelo Saavedra decía “Es definitivo: no hay más opciones: 50 mil alumnos repitieron de curso tras no inscribirse en el plan ‘Salvemos el Año Escolar’. Es la consecuencia directa y crítica de las movilizaciones. No hay más opciones”.
La frase presentaba una nota hecha por la periodista María José del Solar, quien entrevistó a una alumna y su apoderada del Liceo 1 de Niñas del centro de Santiago, las que se manifestaban desesperanzadas de una solución. La nota infería que sólo los estudiantes eran responsables de perder el año por no haberse inscrito en el plan del gobierno Salvemos el Año Escolar (SAE), promovido en el mes de agosto para quebrar las movilizaciones. Todas salidas que ofrecía la nota de del Solar eran dentro de las condiciones del sistema.
Paz Carreño, vocera del Liceo 1 de Niñas, el que desde el 13 de junio lleva cinco meses y un par de semanas en toma, nos cuenta que “los de TVN estuvieron 30 minutos haciéndome una entrevista, de la cual mostraron unos 10 segundos, en la que sólo decían que iban a mantener la matrícula y que iban a entrar menos alumnas a 7º Básico”.
La vocera señala que “le contamos a la periodista que un 40% de las niñas acá quería repetir por consecuencia con el movimiento, que muchas de las que van a pasar de curso lo hacen por presión de la familia o motivos económicos que no les permiten un año más de escolaridad; también manifestamos que la decisión de la Contraloría de respaldar el programa Salvemos el año Escolar es antipedagógica, ya que no hay retroalimentación del aprendizaje, no hay clases presenciales y es sin profesores. Si pedimos una educación de calidad, no podemos avalar ese tipo de enseñanza. Nada de esto la periodista puso en su nota”.
Carreño agrega que “el descontento con los medios de prensa, sobre todo la televisión, es que la información que dan es tergiversada. Muestran o un extracto de la noticia o una visión sesgada de lo que cubren”.
Mirta Guzmán, apoderada del liceo, agrega que “la nota de TVN como siempre tergiversó las cosas y omitió información. Le prestan mucha atención a los políticos y no dan cuenta de la lucha de los estudiantes por dentro; en el caso de esa nota jamás contaron que los estudiantes con profesores y apoderados implementaron su propio sistema de formación”.
APRENDIENDO JUNTAS
Medios como TVN al momento al referirse a las tomas de colegios lo hacen en relación a algún destrozo o algún accidente. No cuentan de los procesos de autoformación de los estudiantes, de las varias actividades realizadas y menos de los foros que se han armado en los liceos. Menos de que la repitencia y los cupos de los colegios son asuntos negociables entre los estudiantes movilizados y las directivas de los colegios.
En el mismo Liceo 1 al momento de tomarse el colegio se organizaron tutorías con universitarios de Física, Química, Matemáticas, Historia, Inglés o Filosofía. Incluso incorporaron en su proceso formativo ramos excluidos de la formación formal como Francés o Educación Cívica para los cursos de básica.
Carreño detalla que “a pesar de que no tuvimos las clases normales, fue una opción muy buena. No perdimos el training e hicimos talleres que en la educación formal jamás hubiésemos tenido”.
En noviembre terminaron con las tutorías y comenzaron a hacer talleres de patinaje, salsa, guitarra, maquillaje teatral, fútbol, percusión, bachata, dibujo y pintura, natación, macramé, literatura y psicoanálisis. El día que las visitamos el Mums hacía un taller sobre diversidad.
Rocío Briceño, de Iº Medio, agrega que “es distinta la formación en toma. Aprendimos a convivir, a ayudarnos a que si una no limpia nuestro colegio va a estar sucio, por lo que tenemos que hacernos cargo de nuestro espacio y trabajar como comunidad. Antes no se daba ese compromiso con el colegio y nuestras compañeras, daba lo mismo la compañera de al lado. Ahora se valora la convivencia, la tolerancia y el aprender juntas”.
Belén Cuello, de 8º Básico, agrega que “la relación con compañeras cambia, con los profesores. Uno conoce más gente y esa es una experiencia para la vida”.
En la última votación, con un quórum de 1.500 alumnas de las 3.300 que estudian en el Liceo 1, un 83% aprobó la toma. Hoy un 40% de las 3.300 estaría repitiendo.
Pero ellas cuando decidieron no inscribirse en el SAE negociaron con la dirección mantener la matrícula a las alumnas que decidieron repetir. “Se nos aseguró la matrícula. Si todo es objeto de negociación” -aclara Carreño.
Hoy están concentradas viendo los casos particulares de algunas alumnas, cómo organizar los cursos, cuántos habrá por nivel y hasta están distribuyendo las salas. “Incluso estamos viendo que las alumnas que van a repetir queden juntas en un mismo curso porque ellas ya han visto los contenidos antes y es distinto a las que pasen de los cursos precedentes” -agrega la vocera.
LA TOMA CULTURAL DEL LICEO DE APLICACIÓN
En el plan SAE se inscribieron 180 mil estudiantes y 50 mil se negaron a hacerlo. El programa se dividió en clases en otros colegios, aprendizaje a través de tutoriales de Internet y exámenes finales.
De los 16 colegios de Santiago centro, 10.145 jóvenes no pasarán de curso al no haberse inscrito, aunque un dictamen de la Contraloría permite que cada establecimiento educacional defina la forma de promoción de sus estudiantes, a lo que apuntaron hace meses los estudiantes movilizados.
La semana pasada varios directivos de colegios denunciaron que sus propuestas para no perder el año no han sido aceptadas por el Gobierno. Ingrid Díaz, directora del Liceo de Aplicación, acusó que “el Gobierno ha tenido la posibilidad hace mucho tiempo pero no, no tomó nunca la decisión y siempre nos dejó a los directores asumir esta consecuencia. Al final no eran recursos nuestros, nos dejó atados de manos, teníamos los decretos correspondientes de evaluación pero nos dejaron atados de manos”.
En dicho colegio el 60% de sus 2.400 alumnos estaría repitiendo, pese a que jamás dejaron de tener un sistema formativo. Matías Cárdenas, vocero del Liceo de Aplicación cuenta que el mismo 7 de junio, cuando iniciaron la toma cultural con acuerdo de la dirección, empezaron a llamar personas para hacer clases a quienes quisieran hacerlas (Historia, Matemáticas o Lenguaje) y reforzamientos en distintas áreas. También se contempló talleres de percusión, canto o malabarismo.
“Todas las actividades fueron pensadas para que nos mantuviéramos educados” -cuenta Cárdenas, para quien “el Gobierno ni siquiera escuchó las demandas para cambiar un sistema educacional en crisis e implementaron el plan SAE que apuntó a quebrar las movilizaciones. Ese fue su objetivo”.
“Frente al SAE las comunidades escolares se organizaron, hicimos planes internos de autoformación en que preguntamos qué queríamos aprender más allá de la malla curricular y el tema de la evaluación” -sostiene el vocero.
Pablo Alcázar, estudiante de IIIº Medio, cuenta que “un 60% no tiene problemas en repetir y el restante 40% tiene miedo de quedarse sin matrícula. Además el plan del Gobierno tenía una sola prueba para evaluar. Eso no es capaz de medir el conocimiento de todos estos meses y ni siquiera de un proceso normal de formación. Para eso flojeo toda mi vida, doy una prueba y paso de curso”.
También negociaron la mantención de la matrícula a todos quienes están repitiendo por participar en la toma.
LAS CLASES DEL LICEO BEJAMÍN VICUÑA MACKENNA
Otra situación compleja es la que se vive en el liceo Benjamín Vicuña Mackenna (BVM), de La Florida. Allí en los cinco meses en toma siguieron en clases impartidas por 22 profesores. Paloma Muñoz, vocera del BVM, cuenta que “la mayoría de los liceos durante la toma definieron un proceso de autoformación, pero el Gobierno hoy no lo quiere aceptar como válido. Y eso que fueron mucho mejor que el plan SAE porque apuntamos a la calidad de la educación y no a pedir que aprendiésemos de memoria contenidos”.
Muñoz agrega que “partimos con clases impartidas por universitarios y en los últimos tres meses los profesores del liceo que apoyan la movilización entraron a apoyar el proceso educativo. En nuestro plan tratamos de incluir las materias que se han reducido en los últimos años. Así tuvimos más horas de Historia, de Educación Cívica e hicimos foros que nos permitieron aprender muchas cosas”.
Los profesores que acompañaron a los niños se preocuparon de realizar clases éticas. A pesar de que les negaron el acceso a los libros de clases y al sistema virtual de evaluación de los alumnos, los profesores encontraron una forma más artesanal de registrar estas jornadas educativas y fotocopiaron libros de clases donde anotaban la asistencia de los estudiantes y las materias pasadas.
El 27 de octubre depusieron la toma y pasaron a clases, pero con movilización interna, para así participar de marchas, asambleas y foros. Definieron dos semanas de marcha blanca para nivelar a los estudiantes y redefinieron las clases de los 200 alumnos que participaban en la toma. Todo con el apoyo del director del colegio Mario Matamala Aguilar.
Pese a que enviaron el programa a la Corporación Municipal de La Florida y la instancia dijo que lo aceptaban, ahora Felipe Ortega, secretario general de la corporación, se hace el leso. Incluso hicieron una marcha el 11 de noviembre hasta el municipio para que se haga valer lo acordado.
Aidé Flores, profesora asesora del centro de estudiantes comentó que este es un respaldo para demostrar que los alumnos tuvieron las clases correspondientes. Frente a la respuesta de Contraloría frente la situación de quienes no se inscribieron en el Plan SAE dijo que interpondrán un recurso de protección para salvaguardar a los alumnos.
EL APRENDIZAJE EN EL INSTITUTO NACIONAL
Según el municipio de Santiago, de los 4.500 estudiantes del Instituto Nacional, 2.700 quedaron repitiendo. O sea, un 60%, ya que no más del 40% de los alumnos del emblemático liceo capitalino se inscribieron en el Plan SAE.
Roberto, IVº Medio, quien está entre los repitentes, cuenta que “hicimos un trato con el rector y quienes repiten tienen la matrícula asegurada. El acuerdo se logró porque es insensata esa idea de expulsar a los repitentes”.
El estudiante cuenta que a diferencia de años anteriores “cuando las tomas tenían un objetivo de resistencia, casi paramilitar, para defenderse de la policía, este año un nuevo paradigma gestó un nuevo tipo de organización: comenzamos la toma con clases éticas y se incorporó a los profesores como actores de las tomas”.
Claudio Calabrán, de IIº Medio y secretario de relaciones públicas del Centro de Alumnos, cuenta que “partimos la toma con clases autogestionadas en las que participaba la comunidad escolar en su conjunto. O sea, no sólo los profesores definían los contenidos, también se integraron apoderados con experiencia docente o ex alumnos que tuviesen la capacidad para enseñar un tema”.
Como había distintas clases de la misma materia, los estudiantes elegían con qué profesor la tomaban porque había distintas clases de la misma materia. Además se hizo foros, actos culturales y tocatas. Por sus aulas pasaron el economista Marcel Claude y el historiador Gabriel Salazar. “el tiempo jamás fue perdido” -asegura Calabrán.
Roberto destaca que aprendieron como nunca de “procesos inconclusos que hubo en Chile. Comprendimos otro relato de la batalla de Lircay, la que ganaron los conservadores y cuál es la ideología del Ejército que surge después de esos hechos con la intervención en más de 20 momentos de nuestra historia para reprimir a los civiles. Hay toda una cultura militar de agresión a la sociedad civil”.
Fabián, de IVº Medio, recuerda que hubo tocadas de “rap, metal, cumbia y punk. Hubo espacios para cada gusto de la gente. Se aprendió mucho con eso y compartimos con mucha gente que antes desconocíamos”.
Rescatan el Festival de la Primavera Consciente, al que llegaron bandas como Chico Trujillo, Casquivano, Chinoy, Sol y Lluvia, Toma como Rey, “bandas de peso que tocaron en un evento que producimos para todos los colegios, pero nos complicó que como ese día había una marcha la policía disparaba con escopetas lacrimógenas que llegaban al patio del colegio, donde hacíamos la tocata” -según Fabián.
Fabián agrega que “hemos conocido gente de otros colegios y de regiones, en lo emocional ha sido muy productiva la toma”.
Felipe, III º Medio, destaca que “ahora comparto con compañeros que antes ni los conocía. Nos veíamos en el patio, pero el régimen del colegio no era propicio para que nos conociéramos. Uno estaba metido en sus deberes, en las obligaciones; uno pensaba en la prueba de mañana o el trabajo a entregar la semana que viene. Ahora somos amigos”.
Calabrán agrega que pese a lo que digan en la tele “no vemos la pérdida del año como un retroceso académico de los mismos alumnos, los apoderados se tiene que dar cuenta que perder un año el que tuvo sólo tres meses de clases no es perder nada, sino que ganamos en movilización social”.
“La historia de Chile que estamos haciendo nosotros no es la que se pretende representar ante las demás personas” -sentencia Roberto, para quien “va a ser distinto cuando volvamos a clases luego de cinco meses de toma. De eso sí estoy seguro”.
Por Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano
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