La crisis de la educación Municipal: el caso del Liceo Confederación Suiza A-13

Este Liceo pasa por un difícil momento en las relaciones de toda la comunidad educativa

La crisis de la educación Municipal: el caso del Liceo Confederación Suiza A-13

Autor: Wari

Este Liceo pasa por un difícil momento en las relaciones de toda la comunidad educativa. A los paros y tomas por problemas internos, se suma un activo movimiento secundario que se pliega al petitorio que busca cambiar de fondo la educación en Chile, lo que ha significado conflictos con la Dirección del establecimiento y con Carabineros.

Las relaciones dentro del “Confe” (como le dicen sus alumnos) no están bien. Esa es la impresión que queda tras visitar el Colegio de la adoquinada calle Diez de Julio y hablar con los actores implicados.

Victoria Cárdenas, presidenta del Centro de Estudiantes desde fines de abril pasado, afirma que su elección no fue fácil, ya que hubo una “campaña de desprestigio de parte de algunos profesores” contra su lista. Señala, además, el “boicoteo” que hizo la Inspectoría General a su primera actividad como Presidenta, “abriendo las puertas para que los alumnos se fueran”.

Bajo su cargo, ha habido dos tomas, “con un apoyo promedio del 70%”, señala. “Votamos la toma,  porque en las conversaciones con la Directora (Rosa Lemus) no conseguimos nada concreto”. La primera fue el 18 de mayo y se debió a las malas condiciones de salubridad e higiene de baños y comedores y en apoyo al estudiante Harry Silva, expulsado (o más bien, trasladado) del Colegio, tras ser acusado de insultar a una profesora.

Silva hoy está reintegrado y, de acuerdo a los propios alumnos, las condiciones higiénicas han mejorado, ya que se trajo otro para-docente para que los auxiliares se dediquen sólo a labores de limpieza. Sin embargo, siguen los problemas en el sistema eléctrico, y la respuesta de la Dirección es que “se estarían juntando los recursos para repararlo, pero no hay una fecha concreta”.

Según Rodrigo Fuentes, Inspector General del establecimiento, “todo es un asunto de percepciones y malas interpretaciones”, ya que la Dirección no ve insalubridad. Considera que, comparativamente, este colegio es “mil veces mejor que otros”.

Sobre la higiene, indica que está todo en orden y advierte una exageración de los jóvenes. En los últimos cinco años, “se han cambiado los cerámicos del baño dos veces. En un momento se puso tapa, confort, papelero, cosas que los mismos chicos destruyeron. Aquí no se ha pasado a llevar la dignidad de nadie”, asegura.

Fuentes comenta que en la primera toma “no se esperó el plazo que la misma Dirección y los alumnos acordaron” para solucionar estos problemas. Para él, el “Confe” es “uno de los mejores colegios de Santiago” en términos de infraestructura.

Pero para Diego Aedo, representante del Centro de Estudiantes, éstos y otros problemas –como el fallido plan medioambiental impulsado hace algunos años o el anfiteatro sin terminar- demuestran la “incapacidad de las Municipalidades de mantener los colegios, ya que no somos el único con problemas”.

UNA TOMA SOLIDARIA

La madrugada del 15 de junio Nicolás Pizarro intentó junto a un compañero obstruir las puertas del Liceo, para que su cierre incentivara la adhesión de más estudiantes a la marcha de la mañana siguiente. Una vez adentro, los jóvenes fueron sorprendidos por el cuidador que reside en el colegio, quien azuzó a sus perros para que atacaran a los jóvenes. Pizarro logró escapar de éstos, pero no de Carabineros, que llegaron de inmediato al lugar. Pizarro fue detenido por invasión de morada y denuncia haber sido  “tratado como delincuente” por el cuidador y Carabineros.

El hecho suscitó que la Dirección decidiera trasladarlo a otro colegio, lo que provocó una nueva toma del Liceo, el día 17 de junio. En esa ocasión se desalojó y se detuvo a los alumnos, quienes denuncian “malos tratos y vejaciones” de parte de los Carabineros de la Tercera Comisaría.

Por otro lado, el Centro de Estudiantes sufrió el robo desde su sala de dos computadores portátiles, parte de un equipo multimedia que el Centro de Padres adquirió para los jóvenes. El hecho ocurrió un fin de semana y a Diego Aedo le parece “muy extraño que el mismo cuidador no se haya percatado del ingreso de desconocidos”.

CONSECUENCIAS DE LAS MOVILIZACIONES

Los estudiantes señalan que ni la Dirección ni los profesores se pronuncian respecto al actuar del cuidador ni frente a las “vejaciones” de Carabineros.

A todos los participantes de las tomas se les puso una anotación negativa con amenaza de expulsión si reinciden. “La señora Violeta Castillo, de la DEM (Dirección Educación Municipal), fue hasta la comisaría a buscar el listado de los alumnos detenidos”, asegura Liliana Orellana, presidenta del Centro de Padres.

Liliana reconoce públicamente su cercanía con la lucha de los estudiantes, pero niega ser quien los dirige o influye. Ella “está al lado de los estudiantes, no de los profesores, como otros Centros de Padres anteriores que destinaban más recursos en ellos que en los alumnos”, lo que le ha traído varios problemas con algunos profesores.

Tanto Orellana como los jóvenes, denuncian una “persecución” a los estudiantes movilizados de parte de la Dirección y de los propios profesores, un “amedrentamiento para atemorizar a los compañeros”, explica Victoria. Esta situación ocurre en otros liceos y colegios de Chile, aseguran. “Los profesores fijan las pruebas y las recuperaciones para los días de marcha, así como beneficios para los que van a clases, lo que, obviamente, afecta la adhesión de los compañeros”, señala Victoria.

Jorge Negrete es profesor de Historia del “Confe” y asesora al Centro de Estudiantes junto a la profesora Jenny Astudillo. Considera “ingrato” el cargo, ya que “quedas en el aire, entre los estudiantes y los profesores”. Aunque respalda las peticiones, considera que los problemas internos deberían solucionarse de otra manera, no utilizando la toma como primera herramienta de presión. Igualmente, reconoce un error de ambas partes, que las he impedido dialogar con resultados. Sin embargo, señala que “hubo profesores que nos opusimos a las medidas que se estaban tomando, por tanto es injusto generalizar y decir que todos los profesores estamos en contra de las movilizaciones.”

Aedo le rebate recordando que las discusiones del Consejo de Profesores no se conocen. “No se sabe como votan los profesores, por eso generalizamos”.

El inspector Fuentes reconoce las anotaciones negativas, pero señala que “no se anota por la toma, sino porque no se respeta el manual de convivencia interna, ya que se altera el normal funcionamiento de las clases y se impide la libertad de trabajo de los funcionarios”.

Además niega las “extorsiones” de los profesores y asegura que el Liceo genera y respeta todos los espacios para que los estudiantes desarrollen sus actividades, “pero responsablemente”.  “Aquí no hay persecución política, nadie será trasladado del Colegio por participar en las movilizaciones, sólo por temas disciplinarios”, asegura.

Sobre los supuestos malos tratos de Carabineros, explica que son los profesores asesores quienes deben informar estos hechos.  “Ellos han ingresado a la Comisaría y no han visto nada”, señala.

“Nosotros estamos por el diálogo, por la discusión con argumentos. Ha habido declaraciones en los medios donde las expresiones son bastante fuertes y poco acertadas de parte de los alumnos y de la presidenta del Centro de Padres, lo que no ayuda”, concluye.

UN MOVIMIENTO NO SÓLO POR LA EDUCACIÓN

El “Confe” es parte de la Aces (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios), junto a una treintena de colegios más de Santiago y regiones.

El pasado jueves 1 de julio, participaron en una marcha hasta la Municipalidad de Santiago con el fin de exigir el fin de la “mercantilización y municipalización” de la educación. Esa marcha terminó con 28 detenidos, cinco del Confederación, y con el presidente del Centro de Estudiantes del Liceo Amunátegui, Gabriel Iturra, “secuestrado” casi tres horas en el bus policial, sin constatar lesiones ni dar información a sus padres, explica la Presidenta del Centro de Padres.

A pesar del “amedrentamiento selectivo”, como llama a esta represión Liliana Orellana, Victoria Cárdenas expresa que su objetivo macro como estudiantes es luchar por una educación pública de calidad. “Podrán reprimir nuestros cuerpos, pero las ideas y las convicciones quedan”. Sobre la articulación de los secundarios reconoce que ha estado lenta, porque “tienen miedo de organizarse, de salir a la calle, de perder clases”.

La sensación de conflicto se agudiza y parece no tener fácil solución cuando las posiciones parecen ser irreconciliables e incluir bastante más que el puro tema educacional, enfrentando los deseos de generar una transformación radical contra la estructura imperante en las instituciones y la sociedad.

“Es frustrante ver que este sistema ha logrado adormecer y matar las conciencias de las personas, por eso nosotros queremos sacar este capitalismo que consume las vidas y las mentes de la gente. Nosotros luchamos también contra eso, más allá de nuestras peticiones como estudiantes”, concluye Diego Aedo.

Por Cristóbal Cornejo

El Ciudadano


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