Ayer 19 de agosto se celebró el seminario internacional “Riqueza, pobreza y trabajo: Avanzar hacia una sociedad más inclusiva a través del diálogo Social” organizado por la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, en el marco de su aniversario numero 57. En el evento, que contó con el auspicio de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, se discutieron, a raíz de las últimas cifras de la encuesta Casen, la desigualdad en Chile, sus causas, soluciones y responsabilidades.
La presentación del seminario estuvo a cargo de Andrés Marinakis, especialista en políticas de trabajo de la OIT, quien expuso brevemente un informe donde se dio cuenta de la realidad socioeconómica del país y sus grandes inequidades. “No se está prestando mucha atención a las fuentes de la desigualdad, existe un gran déficit de trabajo decente en nuestro país. No basta el crecimiento económico para cambiar las desigualdades estructurales”, afirmó el especialista.
Dentro del informe se subrayaba la importancia de la precarización del mercado laboral, el cual estaba configurado por la falta de trabajos decentes, la debilidad en las negociaciones colectivas y extrema desigualdad en los ingresos de los quintiles. Además, se enfatizó la baja en los salarios de las familias más pobres y su creciente dependencia a la subvención del Estado, ingresos aquellos que en 1990 representaban el 68% de los ingresos totales, mientras que en el 2009 representaban solo un 54%. En términos de desempleo, la tasa es de un 10.3% en la sociedad completa, mientras que esta cifra en el quintil más pobre es del 27.6% y en el más rico un 4.3%, cifras que apuntan a la profunda disparidad social que existe, según Marinakis.
En el seminario expuso el subsecretario del Trabajo, Bruno Baranda, quien apuntó a la constitución valórica del trabajo y el compromiso del Gobierno con la desigualdad, especificando el “sustento filosófico” que hay detrás del trabajo objetivo, el cual es el crecimiento personal de los trabajadores. Clarisa Hardy, también ponente del seminario, ironizó respecto al enfoque teórico del Subsecretario y añadió que “es importante valorar la centralidad humana del trabajador, pero lo que importa es lograr reformar el mercado del trabajo para que estas concepciones pasen a la acción».
La ex ministra del Mideplan defendió la gestión del gobierno de Bachelet durante la crisis, alegando que “el Gobierno se hizo cargo de las consecuencias de la crisis, teniendo que mitigar el desempleo y el encarecimiento de los medios básicos de subsistencia”. Además, señaló que la crítica a su gestión por el actual gobierno es sólo un aprovechamiento político y que desviaba la discusión de fondo.
Jaime Gajardo, Presidente del Colegio de Profesores y Secretario General de la CUT, criticó al actual sistema económico como el responsable de la situación social que hoy vive el país. Para Gajardo, no puede existir diálogo social cuando la disparidad de fuerzas es tan abismante, poniendo en duda el actuar de los empresarios y su relación con el Estado. En esto coincidió Pedro Davis, Presidente de la Confederación Gremial Nacional Unida de la Mediana, Pequeña, Microindustria, Servicios y Artesanado de Chile, Conupia, quien, haciendo la salvedad entre los grandes y pequeños empresarios, sostuvo que el “Estado interviene para sacar los ‘pillos’ al sistema de mercado porque sabe que no funciona. El problema no es de legislación, el problema es de relaciones económicas”.
La jornada se realizó durante la mañana de este jueves 19 de agosto en uno de los salones del hotel Crowne Plaza de Santiago.
Fotografía: Pedro Davis, Clarisa Hardy, Jaime Gajardo y Bruno Baranda.
Por Sebastián Fierro
El Ciudadano