La reciente huelga de los trabajadores de Homecenter dio espacio para un nuevo encuentro entre trabajadores y estudiantes, quienes tejen así lazos de solidaridad. El pasado domingo 18 de noviembre se realizó en la Universidad de Santiago la Navidad popular, organizada por la Confech en conjunto con el sindicato de Homecenter, organización de trabajadores más grande de Chile.
La celebración fue organizada después de que la empresa para presionar a los trabajadores en huelga excluyó de las celebraciones de navidad a los hijos de los trabajadores.
Patricio Andrés Medina, vocero de la Confech y presidente de la Feusach, contó a El Ciudadano que la intención “como Confech fue marcar un precedente para los años venideros, donde veamos una organización estudiantil comprometida con los trabajadores. Esperamos que está actividad de repita en los próximos años y seguir sumando a otros sindicatos”.
Medina cuenta que “como Confech en todos los zonales de Chile fuimos centro de acopio y generamos un lazo con el sindicato de Homecenter. La Usach todos los años celebra la navidad popular con el sindicato de aseo y jardines, los otros funcionarios, académicos y estudiantes; en función de eso surge la idea de hacer este año la navidad popular en conjunto con el sindicato”.
UNA PATRONAL CERRADA
Los empleados iniciaron la huelga el 9 de noviembre y estuvieron 26 días movilizados. Los trabajadores exigían un aumento del 7% en sus salarios y un bono de término de conflicto de 500 mil pesos. El aumento era porque la empresa redujo en más de un 30 por ciento el personal en los últimos años, por lo que los trabajadores que quedaron ahora realizan el doble del trabajo de antes.
La oferta de la empresa a principios de noviembre fue rechazada por el 95% de los trabajadores.
Homecenter es del grupo de empresas de la familia Solari, propietaria de Mega, Falabella, Mall Plaza, Imperial, Luchetti. Además participan con un 35% en Latam. Homecenter tiene locales repartidos en Argentina, Brasil y Perú.
Los trabajadores denunciaron que en el último año, al mismo tiempo que reducían personal, compraron una cadena de Falabella y Homecenter en México, lo que amplió sus negocios internacionales.
Otra forma de presión de la empresa fue en los sueldos de los trabajadores que adhirieron a la huelga. A principios de diciembre recibieron sólo ocho días de sueldo, es decir sus liquidaciones en el último mes del año fueron entre los 8 y 12 mil pesos.
La huelga finalizó con un magro reajuste salarial de 2% y un bono de término de conflicto de $200.000 por trabajador, cifra muy inferior a la solicitada por los trabajadores y la primera oferta de la empresa.
El dirigente estudiantil espera que “esta instancia marque un precedente para que la Confech se involucre de forma permanente con los trabajadores en instancias como esta u otras que generen articulación y vinculo territorial”.
El Ciudadano
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