Como nunca antes en EEUU y, sobre todo, en los estados norteños los trabajadores se enfrentan a las embestidas neoliberales. Desde fines de febrero más de 70 mil personas han protestado en las calles de Madison, se han tomado el capitolio estatal y otros espacios en rechazo a las medidas anunciadas por el gobernador republicano Scott Walter que apuntan a que los trabajadores públicos de la nación del norte pierdan el derecho de negociar colectivamente salarios y condiciones laborales.
Scott Walker, gobernador del estado de Wisconsin elegido en noviembre de 2010 con el apoyo de los ultra republicanos del Tea Party, cuando llevaba apenas un mes en el puesto, comenzó una campaña antisindical aprovechándose de la histeria sobre el déficit público presupuestario desparramada por los grandes medios.
La iniciativa del gobernador republicano es la punta de lanza de una embestida conservadora destinada a destruir los sindicatos de las reparticiones públicas en EEUU, los que aún gozan de buena salud. Legisladores conservadores de otros estados también han introducido diferentes proyectos de ley en sus estados con el mismo objetivo.
Madison hasta ahora es una de las ciudades norteamericanas con mayor calidad de vida, con bajas tasas de desempleo, un alto nivel educativo de sus habitantes y la presencia de varias empresas tecnológicas.
LA ARREMETIDA CONSERVADORA
En declaraciones al programa «Good Morning America«, de la cadena ABC, Walker dijo que “es hora de decir la verdad al pueblo estadounidense», en referencia al manoseado déficit fiscal que hace años arrastra la superpotencia.
Un informe de cuño conservador, recientemente publicado por el Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, acusa que el déficit presupuestario proyectado para el 2012 en 45 de los cincuenta estados que conforman EEUU, sumando al distrito de Columbia (Washington, la capital del país), asciende a 125.000 millones de dólares.
Claro que EEUU gasta sólo en la invasión de Afganistán, 2.000 millones de dólares semanales, un monto que al año arroja cerca de 104.000 millones de dólares.
Volviendo a Wisconsin, este año el estado se encaminaba a tener un modesto superávit presupuestario de US$120 millones. Pero Walker, empecinado en derrotar a los sindicatos, ha difundido la impresión de que existe un déficit de US$137 millones, para lo que se valió de estimaciones basadas en el peor de los escenarios de déficit potencial del sistema de salud, asistencia legal, cárceles, y deudas con otros estados.
Para poner más alarma, Walker ha estimado déficits para más de un año. Sostuvo que su iniciativa ayudaría a reducir un déficit previsto de 3.600 millones de dólares en el presupuesto 2011-2013.
Los cortes que el gobernador republicano propone en su proyecto de ley de 144 páginas, implicarían amplios cortes de la atención médica para familias de bajos ingresos; en los dos años próximos reduciría en US$976 millones las subvenciones que provee el estado a centros de educación de la localidad, y le permitiría al gobernador privatizar en forma unilateral cualquiera empresa pública de servicios esenciales, sin solicitar ofertas y sin el consentimiento de la Comisión de Servicios Públicos.
Pero si Walker quiere aplicar la tijera por abajo, por arriba da manga ancha. En enero hizo aprobar una ley estadual que redujo los impuestos a intereses especiales por valor de 141 millones de dólares. Los beneficiados fueron las grandes fortunas de Wisconsin.
CONTRA LOS SINDICATOS
Los empleados estatales trabajaron voluntariamente 14 días de vacaciones el 2010 para ayudar al estado a balancear el presupuesto. Además aceptaron contribuir más con sus coberturas de salud y retiro, lo que les redujo el salario en un 7%.
Pero Walker quiere más. Su proyecto de ley apunta a que los empleados públicos aporten el doble de dinero para su seguro médico y el 5,8% de sus salarios para el fondo de pensiones. Además persigue reducir el gasto de ayuda a los gobiernos locales y a distritos escolares, lo cual conduciría al despido de unos 12 mil trabajadores en los próximos dos años.
El proyecto de ley además busca mellar a los sindicatos de funcionarios públicos, los que son fuertes en Madison hace 75 años atrás cuando ganaron por primera vez el derecho a negociar colectivamente y conformaron la AFSCME, la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, del Condado y Municipales.
En las medidas propuestas Walker contempla que los trabajadores no tengan la obligación de pagar las cuotas sindicales, que estén obligados a celebrar una votación anual para mantener la organización y el fin de las negociaciones colectivas.
Nahum Sicherman, de la Columbia Business School, sostiene que “lo que pasa en Wisconsin se observa bajo el microscopio. Sobre todo porque los sindicatos están disminuyendo en el sector privado en los EE.UU. y tratan de mantenerse en el sector público”. Según las últimas cifras de 2010, el 36% de los empleados del sector público están sindicados, contra 6,9% en el privado.
El proyecto habría sido aprobado de no ser por la oposición de los senadores estaduales demócratas, los que como son 14 frente a 19 republicanos, han optado por marcharse de Wisconsin para que así el draconiano proyecto no tenga el quórum necesario al momento de su votación.
Otros gobernadores republicanos argumentan proyectos de leyes similares en nombre de la lucha contra el déficit. Barack Obama, pese a que protestó contra la supresión del derecho a la negociación colectiva, dijo que la congelación de los salarios era «lo correcto a hacer», iniciativa que negocia a nivel federal con los republicanos para su presupuesto del 2012.
LA MECHA QUE NO SE APAGA
Los empleados públicos de Wisconsin comenzaron su movilización ocupando el capitolio estadual el 12 de febrero. Desde esa fecha que la bola de nieve no paró de crecer y tuvo su gran momento el sábado 27 del mismo mes frente al Congreso de Madison, capital del estado, Wisconsin, cuando 70 mil personas, cifra inédita en EEUU, se congregaron para protestar contra el proyecto de Walker.
Pero no estaban solos. Ese mismo día salieron a la calle en distintas ciudades de Estados Unidos, desde Nueva York hasta Los Ángeles, miles de estadounidenses que apoyaban su lucha y demostraban que no aceptarían los recortes presupuestarios en otros estados.
Hubo protestas en Indiana, Ohio, Idaho, New Jersey y Florida, donde los gobernadores querían aplicar las mismas recetas neoliberales de Walker.
También hubo concentraciones multitudinarias en Colombus, capital de Ohio; Topeka, capital de Kansas; en Harrisburg, Pensilvania y en Olimpia, Washington.
Se calcula que ese día 310.000 personas salieron a protestar en todo el territorio de EEUU.
Se han sumado a la lucha de Wisconsin el periodista de The Nation, John Nichols; la congresista Tammy Baldwin; la cantante Michelle Shocked y el documentalista Michel Moore, quien dijo que “en este momento la Tierra está temblando y está cambiando bajo los pies de los que están a cargo de América, Wisconsin no está roto, lo único que se rompió es la brújula moral de los gobernantes”.
También se ha recibido la solidaridad de los egipcios que derrocaron a Hosni Mubarak. Kamal Abbas, líder sindical egipcio y figura prominente del Movimiento 25 de Enero, mandó un mensaje a los ciudadanos de Wisconsin, “Estamos con ustedes, así como ustedes estuvieron con nosotros”.
LINK CON LOS ACTIVISTAS DE WISCONSIN
Por Nicolás Loonis
El Ciudadano