Las claves del plebiscito de Peñalolén

Este domingo 11 de diciembre será el día decisivo de un plebiscito que podría modificar el plan regulador comunal de Peñalolén. Si bien el escrutinio se originó por las demandas de los vecinos, a las que el alcalde Claudio Orrego se oponía; luego el mismo edil transformó las preguntas y lo hizo suyo. La consulta enfrenta a los pobladores unidos a la Comunidad Ecológica en contra del avance de las inmobiliarias. Sepa acá lo que se juega en la comuna precordillerana.

La bucólica imagen de Peñalolén que retratara el pintor Alejandro Ciccarelli en el siglo XIX quizás con el tiempo sea sólo una estampa en la memoria. El auge inmobiliario de la década de los ’90 hizo que las parcelas frutales de inquilinos y bosques de litres, espinos y boldos de la precordillerana comuna dieran paso a condominios para la clase media que fueron horadando con los años cada vez más el cerro. A la par los antiguos pobladores de lo que antes fuera el patio trasero de Ñuñoa debían emigrar por el encarecimiento del terreno y la gentrificación de los barrios que los vieron correr desde niños.

Cruzando el umbral del siglo XXI la universidad privada más elitista del país, U. Adolfo Ibánez terminaría por cerrar definitivamente el cerro a los viejos pobladores. La histórica cueva de sapolio y las quebradas cordilleranas ahora quedaban separadas por muros de altura y un espacio precordillerano cuya transformación dependía del interés inmobiliario. El precio del terreno subía a la par que las calles de los barrios de trabajadores y de viejos campesinos de la comuna eran cruzadas por camionetas de alto cilindraje de los nuevos vecinos presurosos.

Para revertir este proceso de gentrificación y deforestación de los cerros precordilleranos a principios de este año el Consejo de Movimientos Sociales de Peñalolén, que aglutina a comités de allegados y agrupaciones populares, intentaron convencer al alcalde Claudio Orrego (DC) para llegar a un acuerdo respecto del uso de suelos de la comuna.

LOS POBLADORES PIDEN UN PLEBISCITO

Como las conversaciones no prosperaban, los pobladores deciden solicitar un plebiscito amparándose en la Ley 20.500, que estipula que reuniendo el 5% de las firmas de los votantes de la comuna, se puede llamar a consulta. La iniciativa definía tres preguntas: La apertura vial del canal Las Perdices, la densificación del borde Vespucio y la utilización del suelo del ex terreno de Miguel Nasur, donde una toma de allegados está dando paso a un parque recreacional, la gran obra prometida por el alcalde a la comuna.

El plebiscito sería la segunda iniciativa ciudadana después de que el 2009 los vecinos de Vitacura rechazaran un aumento de la altura en los permisos de edificación que pretendía el alcalde Raúl Torrealba.

Pese al boicot municipal a la iniciativa, en Peñalolén los pobladores juntaron más de 5 mil 472 firmas de vecinos, más del 5 por ciento requerido, las que entregaron al Servicio Electoral (Servel).

La respuesta de Orrego fue desestimar estas firmas y envió un oficio a la Contraloría para impugnarlas con el objetivo de retrasar el referéndum y que no se realizase antes del 2014, debido a que como el próximo año es de elecciones municipales y el subsiguiente presidenciales, la ley establece que no se pueden efectuar plebiscitos en años electorales.

Pero ante la inminente validación de las firmas reunidas, el alcalde Orrego cambió de táctica y levantó una consulta paralela, la que desestimó las tres preguntas originales del Consejo de Movimiento Sociales y mandó a plebiscitar la modificación al plan regulador. Así la iniciativa original de los vecinos terminó siendo cooptada por una consulta que termina siendo un barómetro de su gestión edilicia.

La pregunta quedó como: ¿Aprueba o rechaza la propuesta de modificación de Plan Regulador de Peñalolén?

¿POR QUÉ SÍ Y POR QUÉ NO?

De cambiarse el PRC en Av. Américo Vespucio entre Arrieta y Departamental se destinaría el uso de suelo para edificación densificándolo en 1.600 habitantes por hectáreas. O sea, se podrían levantar edificios de 10 pisos. Hoy la más densa es de 450 h/h y es una zona de equipamiento deportivo donde hay canchas y plazas.

En el sector Las Perdices se abriría una calle por sobre donde está el canal del mismo nombre para unir La Reina con La Florida, lo que suministraría una vía rápida entre la zona oriente con los condominios proyectados por las inmobiliarias Casa Grande, Aconcagua y Crillón. Además implica expropiar todos los predios que dan a dicho canal, entre ellos 90 sitios, el colegio San José Obrero y la capilla San Marcos.

Las inmobiliarias mencionadas ya tienen en su poder más de 560 hectáreas en Peñalolén. “Estas tres inmobiliarias son dueñas de más del 80 por ciento de los terrenos habilitados para construir viviendas en la comuna y que requieren del nuevo PRC para tener más plusvalía y conectividad” -comenta el concejal Lautaro Guanca, del Partido Igualdad.

Ambos bandos se la han jugado por difundir su opción a través de foros y debates, entrega de panfletos, intervenciones callejeras, caravanas de vehículos y actividades recreativas. Incluso el alcalde Orrego ha utilizado el periódico municipal “Todo terreno” para entregar información respecto del plebiscito.

Patricio Céspedes, representante de la agrupación de comités de allegados Volver a Empezar y Esperanza para Vivir, acusa que el alcalde realiza propaganda al plebiscito con afiches que “empapelaron la comuna donde aparece él con más pobladores que fueron “chantajeados” para apoyarlo. “El alcalde no tuvo ningún pudor de decir en el último concejo que eso fue financiado con su propio bolsillo. Ese dinero después se lo devolverán las inmobiliarias que construirán condominios en la comuna” -acusa Céspedes.

Carolina Leitao, vocera del PRC, gerente de vivienda en Peñalolén, concejal de Providencia y vicepresidenta nacional del Partido Demócrata Cristiano, manifestó que la gente que se opone al plan regulador ha realizado una campaña “del terror” al decir que a pobladores les expropiarán sus terrenos o que se eliminará la feria; “es difícil desmentir mentiras” -sostiene.

Respecto a las acusaciones de que Peñalolén se está vendiendo a las inmobiliarias, Leitao dijo que se respetaron en un 90% las observaciones de los vecinos, mientras que de las inmobiliarias fue el 70%.

Marcelo Morán, concejal de la UDI y partidario de la opción Sí, reconoce que de aprobarse la modificación al PRC “no todo el mundo queda contento”. Además responde que de abrir el sector de Las Perdices “no beneficiaría sólo a los pobladores con más dinero; hoy en día mucha gente de los sectores populares tienen auto”, porque a su juicio “la situación vial está colapsando”.

Jossie Escárate, directora de la Comunidad Ecológica de Peñalolén, manifestó que “el PRC derechamente favorece los intereses de inmobiliarias. Todo el borde Vespucio se destinará para construir edificios de 10 pisos, lo cuales evidentemente no son para viviendas sociales, sino para seguir proyectos de alto costo. En ese sitio existen las canchas de Lo Hermida que mantuvieron el uso mixto de suelos”.

La Comunidad Ecológica se ve afectada por la apertura de la calle Río Claro ya que en el sector las inmobiliarias proyectan construir centros comerciales a metros de sus viviendas y del estilo de vida en contacto con la naturaleza que han desarrollado en las últimas décadas.

GUERRA ENTRE VECINOS

Los vecinos de la Comunidad Ecológica acusan una campaña de mentiras orquestada desde el municipio que los acusa de que se oponen al PRC porque no quieren viviendas sociales cerca suyo. El concejal Sergio Guerra (RN) incluso echó correr el rumor de que los ecologistas “no quieren a los allegados” a través de Todo Terreno, el diario comunal.

Escárate acusa que “en Peñalolén se desató una campaña de odio social, una supuesta lucha entre ricos y pobres, cuando los de la Comunidad Ecológica no tenemos problemas con las viviendas sociales; si estamos hoy trabajando con comités de allegados por el NO y le pedimos al Ministerio de la Vivienda generar un proyecto de integración entre pobladores y vecinos de la Comunidad”.

“Nosotros estamos a favor de que se construyan viviendas sociales, pero no condominios, eso sería una bomba de cemento para la comunidad. Cada vez quedamos más rodeados de condominios”, dijo Escárate.

En cuanto el plebiscito que terminó realizándose con las preguntas del alcalde Orrego, Escárate piensa que este es un “precedente” para el país porque cuando la ciudadanía tuvo la oportunidad de decidir qué hacer “no se le tomó en cuenta, lo cual es grave”.

Céspedes cuenta que en los terrenos de El Sauzal, la Comunidad Ecológica, San Luis de Vespucio y la antigua Municipalidad se construirán “edificios y condominios que terminarán desplazándonos a los pobres de la comuna a la periferia. Si no tenemos problemas de vialidad; tenemos la doble avenida en Las Torres”.

Para Guanca lo más grave es que el alcalde Orrego ha tratado incansablemente de imponer su voluntad por sobre la soberanía popular. “Han ocurrido presiones desde el municipio hacia organismo sociales para que voten por el sí. Esto es un chantaje” -sostiene y agrega que los suelos de Peñalolén mueven más dinero que el cobre, debido a que el Plan abre el camino a proyectos inmobiliarios, que según la Cámara Chilena de la Construcción generarán 50 mil unidades de vivienda de hasta 4.600 UF.

Morán, por su parte, cree que “se ha politizado el tema al usar el antiguo lenguaje de lucha de clases y consigna de pobres versus ricos”; a lo que Guanca responde que “el plebiscito demuestra la capacidad del movimiento social de enfrentarse a la clase política tradicional en su conjunto: a  siete concejales, un alcalde, dos diputados y a dos senadores. Todos han apoyado el Sí, hasta el Partido Comunista con su acuerdo político con la Concertación. A la vez nos fortaleció como movimiento social organizado y construir una nueva mayoría en función de un nuevo proyecto comunal”.

Por Estefani Carrasco Rivera & Mauricio Becerra

El Ciudadano

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