Liceos técnicos salieron a la calle

Unos tres mil estudiantes secundarios de liceos técnicos se reunieron en Plaza Italia para marchar y dar a conocer sus demandas que buscan mejorar sus condiciones de enseñanza y de inserción laboral

Liceos técnicos salieron a la calle

Autor: Mauricio Becerra

Unos tres mil estudiantes secundarios de liceos técnicos se reunieron en Plaza Italia para marchar y dar a conocer sus demandas que buscan mejorar sus condiciones de enseñanza y de inserción laboral. La policía los reprimió, como siempre, porque ‘no tenían permiso’.

A más de cuatro meses de iniciada la protesta estudiantil los secundarios de liceos técnicos, algunos de los cuales llevan todo este tiempo en tomas, decidieron visibilizar sus demandas en el centro de Santiago.

Cristian Pizarro, vocero de los estudiantes de liceos técnicos profesionales, contó que buscan un cambio de voluntad en las políticas de enseñanza técnico profesional y mejoras en la infraestructura. “Tenemos compañeras de secretaría que usan máquinas de escribir” -cuenta-; mejoras en la inserción laboral y cambios en el Código del Trabajo, “para conversar temas de sindicalización, seguridad, remuneraciones y trabajo infantil” -agregó.

LAS BASES OPINAN

Michel Tiznado, del Liceo Talleres San Vicente, criticó que los liceos técnicos tienen “hace rato un desmedro en distintos puntos como la infraestructura, que es paupérrima y  las  mallas curriculares que no están adecuadas a la realidad laboral. Además cierran carreras de la nada como ocurrió en nuestro liceo con mueblería”. El estudiante  alegó que al salir del Liceo para perfeccionarse en sus áreas de estudios deben pasar años endeudándose en institutos como el Inacap y el Duoc.

Un estudiante, que no quiso dar su nombre, del liceo industrial Electrotecnia Ramón Barros Luco, que tiene como sostenedor a la Sofofa, comentó que ellos abogan por recibir educación cívica, tener derecho a sindicalizarse y a recibir el sueldo mínimo porque trabajan como cualquier otro obrero.

La infraestructura no sólo se refiere a las maquinarias que se requieren en este tipo de liceos, existen materias primas que alumnos ocupan día a día para aprender su especialidad de trabajo. Pedro Yañez, vocero del liceo Técnico Profesional de La Florida, que lleva tres meses en toma, demanda una subvención extraordinaria para solventar gastos en los recursos técnicos que necesitan. “Nosotros que estudiamos Párvulo y Alimentación gastamos 20 mil pesos a la semana en materiales” -cuenta.

Boris Padilla, vocero del Liceo A-102 de La Cisterna cree que se debe exigir la reivindicación del título de Técnico Medio, que tienen actualmente, al de Técnico Profesional: “El cartón con el que salimos no vale nada, es difícil encontrar un trabajo bien remunerado con él”.

No existe una fiscalización de las empresas que otorgan prácticas laborales a los escolares, lo cual permite que el empleador puede aprovecharse del estudiante empleado. Valeska Cabezas, del Liceo A-100 de San Miguel, asegura que en las pasantías que realizan (preparaciones para la práctica laboral) no aprenden nada. “Tenemos que barrer, limpiar, hacer todo el trabajo que debería hacer el dueño”- aseguró la escolar.

APOYO DE OTROS SECTORES

En el intento de marcha una delegación de la Confusam (Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud Municipalizada) se hizo presente para apoyar a los estudiantes. Juan Bautista, dirigente de la Federación Centro Occidente del organismo, cree que el sistema dual con el que cientos de liceos operan significa “mano de obra barata para empresas altruistas. Ese sistema se copió de Alemania porque allá funcionaba, pero no se acomodó a la realidad chilena”.

El sistema dual se refiere a una enseñanza en las aulas y una en los lugares de trabajo. Una semana se pasan clases y otra semana se trabaja en alguna empresa para aprender pragmáticamente.

AÑO ESCOLAR

Boris Padilla, quien lleva tres meses y medio en toma dijo que junto a sus compañeros ya tienen claro y asumido que repetirán de curso. De hecho, han instalado la idea en la conciencia de toda la comunidad de que si repiten todos generan un “quiebre” en el sistema y en el Estado, lo cual crea más “presión” que una marcha. “El plan Salvemos el año Escolar es pésimo porque nos dejaba como humanistas y perdemos el título, además fue una forma en que el Ministerio de Educación le tirara la pelota a la municipalidad y viceversa” -relata.

Ante esto el vocero de los estudiantes movilizados, Cristián Pizarro, quien ya perdió el año, hizo un llamado a que sus compañeros lo asuman y también lo hagan porque es un año administrativo versus mejoras educativas que prevalecerían.

REPRESIÓN Y LEY INTRANSIGENTE

Los estudiantes no pudieron marchar, porque no recibieron la autorización de la Intendencia. Sin embargo, ante la efervescencia del momento, pasadas las 11 de la mañana siguieron su camino por Bulnes. Muchos se desplegaron hacia Vicuña Mackenna, ante la encerrona que les hicieron carabineros con carros lanza aguas y retenes móviles. Mientras, otros grupos se quedaron en el parque Bustamante.

Por cada grupo de estudiantes que era disuelto por carros lanza agua y gases lacrimógenos, se formaban dos o más grupos que seguían manifestándose.

La jornada de enfrentamiento terminó con 37 detenidos.

Las manifestaciones significaban sólo gritos y cantos, pero ante la contención policial muchos estudiantes optaron por realizar barricadas y tirar piedras a los represores.

Alumnos, apoderados, trabajadores y comunicadores gráficos y sociales terminaron empapados por el agua del ‘guanaco’, que no distingue entre quien se manifiesta pacíficamente, quien está haciendo su trabajo y quien está devolviendo violencia con violencia.

Hace sólo unos días del anuncio de la creación de la ley de saqueo, estudiantes y ciudadanos mostraron su descontento con la nueva forma de presión que está ejerciendo el Gobierno contra la ciudadanía y la mesa de diálogo.

Padilla dijo que en su colegio apoyan las barricadas pero no como algo anti producente sino que como una estrategia para atacar el sistema. “Si nos organizamos para tirar una piedra es, como en el ajedrez, para atacar a un peón del Estado, además respondemos a la violencia que los pacos hacen con los lumazos. No se puede criminalizar la manera en que defendemos nuestro derecho a la educación y nuestros derechos ciudadanos” -recalca.

Pizarro cree que este proyecto de ley es una forma de reprimir a los estudiantes restringiendo su libertad de expresión. Además agrega que “se debería consultar al pueblo, quien está en total desacuerdo”.

La Corpade (Coordinadora de Padres y Apoderados por el Derecho a la Educación) también participó de esta marcha y junto a un grupo de alumnos, siguió manifestándose en la esquina de Seminario con Francisco Bilbao.

Ana Salinas, integrante de la Corpade y apoderada del Barros Borgoño, se mostró indignada ante la represión policial y ante el anuncio de esta nuevo estatuto. “Los carabineros ya no están representando la ley, es muy diferente disuadir que reprimir. Ya no podemos manifestarnos, no podemos dialogar. Cada vez que vemos noticias almacenamos rabia, rabia por la represión, los desalojos y por cómo quitan las becas”.

El último punto afecta en gran medida a su familia, porque Ana tiene una hija estudiando en la Universidad de Chile, a quien aún no le han depositado la beca de alimentación y está en duda de que le sigan dando una de las becas de mantención.

MENOR ATROPELLADA POR CARABINEROS

Tras la dispersión de la marcha, estudiantes se agruparon en diferentes puntos del centro de Santiago para seguir protestando. Mientras un grupo de jóvenes se congregaba en la esquina de Seminario con María Luisa Santander, una alumna del Insuco (Instituto Nacional de Comercio) fue atropellada por un bus policial que puso marcha atrás.

La menor de 15 años, Nataly Venegas, fue trasladada al Hospital El Salvador donde resultó con una pierna enyesada. Compañeras de la escolar aseguran que pondrán una demanda en contra de Carabineros.

Mientras la alumna accidentada esperaba la llegada de la ambulancia, el bus de patente B211, que la atropelló no salió del lugar y un numeroso grupo de policías hizo una barrera humana en la calle imposibilitando la entrada del vehículo asistencial. La policía también se negó a entregar el nombre del conductor del bus.

Por Estefani Carrasco Rivera

El Ciudadano


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