Los próximos pasos del movimiento estudiantil

Hace ya casi dos semanas más de 100 mil personas salieron a las calles de Santiago y otros cientos de miles en varias otras ciudades y pueblos de Chile

Los próximos pasos del movimiento estudiantil

Autor: Mauricio Becerra

Hace ya casi dos semanas más de 100 mil personas salieron a las calles de Santiago y otros cientos de miles en varias otras ciudades y pueblos de Chile. La imagen da cuenta de que pese a que llevan más de un año movilizados, se enfrentaron a un gobierno que hizo repetir a unos 40 mil alumnos secundarios sin ceder en nada y el desgaste natural de cualquier movilización, el movimiento iniciado por los estudiantes chilenos sigue vigente.

Pese a la masiva convocatoria, los estudiantes tuvieron que lidiar con que la representación más repetida de su marcha en los medios fueron los hechos de violencia urbana. Así sus demandas se diluyeron antes de llegar a la población en medio de un bus apedreado y un camión de prisiones parcialmente quemado. Poco se supo del trasfondo de sus propuestas, las que hicieron llegar a través de cartas a todos los parlamentarios y al mismo gobierno.

“Después de las últimas movilizaciones está claro que el movimiento estudiantil en Chile no está agotado”- destaca Felipe Ramírez, secretario general de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), relegitimando con ello el rol de las acciones de masas en el camino del movimiento estudiantil frente a la ofensiva del gobierno y los medios por criminalizar la protesta.

Alberto Mayol, sociólogo e investigador del Centro de Investigación en Estructura Social (CIES) de la Universidad de Chile, agrega que “la calle es algo que siempre lo tienen que mantener. Es el corazón de sus medios de lucha, aunque no es lo único”.

Bien saben esto los estudiantes, pese a que ese trabajo por debajo lo que menos tiene es visibilización mediática. Ni cortos ni perezosos concretaron esta semana que el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch) se sumara a la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) en su rechazo a las críticas del Ministerio de Educación a la propuesta del Cruch de incluir las notas en el proceso de admisión universitario.

Para Mario Sobarzo, del Observatorio de Políticas Educativas (OPECH)  la mejor señal de unidad del movimiento fue “haber sido capaz de articular una propuesta común, como fue la propuesta educativa de la ACES consensuada con el Confech y que entregaron al ministro el pasado 28 de junio”. Sobarzo también destaca las últimas articulaciones con trabajadores.

CAMINOS OPUESTOS

Los estudiantes son críticos de la agenda educativa que está en la mente del Ejecutivo. Exigen el retiro del proyecto de ajuste tributario impulsado por el Gobierno; así también el del proyecto de ley que crea la Superintendencia de Educación y el congelamiento de la tramitación del proyecto de ley de Financiamiento Estudiantil.

“No nos oponemos como si fuese una simple pataleta, que es como el gobierno nos acusa a través de los medios. Nos oponemos a dicha agenda educativa porque no se están implementando con el acuerdo de todos los actores”- destaca Ramírez.

Catalina Lamatta, presidenta de la Federación de la Universidad Federico Santa María sede Santiago, comenta que “hoy vemos como el gobierno sigue planteando una agenda a espaldas de la ciudadanía. Vemos hechos concretos como la Ley Hinzpeter, a la que le dan urgencia, la que apunta a criminalizar el movimiento social. Otros son los proyectos de financiamientos de Beyer, los que no responden a las demandas del 80 por ciento de la ciudadanía chilena”.

La madre de las batallas es la demanda del fin inmediato al lucro con recursos públicos en todo el sistema educacional, una pelea en que se enfrentan los horizontes políticos de un gobierno de derecha con los estudiantes.

Ramírez recuerda que las demandas de los estudiantes son el definir el rol del Estado en la educación, la eliminación del lucro, la democratización de los espacios de enseñanza. “Avanzar en el camino que nos trazamos pasa por terminar con la lógica mercantil en la  educación y entender a ésta como un derecho”- recalca el dirigente de la Fech.

“Cualquier avance en la educación tiene que ser a partir de las demandas levantadas por el movimiento”- agrega.

Para Mayol concretar estas propuestas pasan por producir nuevas mayorías, posibilidad cercana en el contexto actual de crisis de legitimidad del modelo económico. “El dilema va en la construcción e de una fuerza social constante y estable, lo que exige una capacidad de coordinación muy difícil de concretar y mantener. Pero ese es el desafío que tienen ahora. El problema tienen que ver con el tono de la organización que se creará”- sostiene el sociólogo.

“Sin presión ni politización no avanzamos con las demandas del año pasado. Además  estamos en camino de plantear una agenda que permita implementar nuestras posiciones”- recalca Ramírez.

ACUERDOS CON TRABAJADORES

Este miércoles la Confech entregará junto a representantes de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) en el Ministerio de Minería una carta pidiendo la renacionalización del cobre. El hecho es parte de la estrategia del Confech de generar vínculos y nuevas mayorías en el país que permitan superar el eje neoliberal Concertación-derecha que han gobernado en las últimas décadas.

“Estamos totalmente de acuerdo con la demanda de renacionalización, no sólo del cobre sino que de nuestros recursos naturales, porque vemos como hoy día un grupo de empresarios y de firmas internacionales se están llevando estos recursos que corresponden a todos los chilenos sin que el Estado se haga cargo de este robo histórico”- sostiene el presidente de la Fech, Gabriel Boric.

Ramírez recalca que “es importante dar la pelea no sólo por el cobre y el litio, sino que por los recursos naturales en su conjunto, como el agua. Esa renacionalización que vaya en función de responder a la situación de crisis de los derechos sociales, como salud, educación, vivienda y transporte, espacios que con los recursos naturales del país estarían más que financiados”.

La mañana de este martes algunos estudiantes, como el propio Zavala, acompañaron a los trabajadores de Conecta citados a tribunales luego de que interrumpieran el metro para visibilizar su huelga que mantienen hace ya algunos días.

“Queremos afirmar un camino de unidad con los trabajadores y el mundo social, para lo que se han realizado gestos importantes. Así apoyamos a principios de año la huelga del Sindicato de Complementos (reponedores) y la de los trabajadores de Jumbo. Ahora hemos acompañado a los peonetas de Coca Cola en su demanda de pasar a ser trabajadores de planta y el fin de la subcontratación”- cuenta Ramírez.

“Un efecto no menor del movimiento es que crearon la conciencia en la ciudadanía que la resolución de los problemas pasa por tocarle el bolsillo a los empresarios y parar la producción – destaca Sobarzo – El que muestra soberanía es el que tiene menos que perder y cuando el trabajador empieza a tener una actitud menos condescendiente con el patrón es un cambio, una actitud que iniciaron los secundarios, pero que los trabajadores en su huelgas han sido más fuertes en mantener y hoy enseñan a los estudiantes mecanismos de presión más eficientes, como lo fue la toma del metro hace poco”.

DESAFÍOS FUTUROS

Frente a un gobierno de derecha y una oposición que no es capaz de plantear alternativas por fuera del modelo económico, los estudiantes apuntan a generar mayorías a largo plazo.

“Este movimiento tuvo la fortaleza de partir por el lado omitido de la realidad y ahora su tarea es empezar a construir gobierno desde el costado de las instituciones. La  legitimidad está y en la media que logren posicionar sus demandas como algo real que se puede efectivamente hacer, sumarán mayorías. La gente suma sus esperanzas cuando las cosas funcionan”- hace ver Mayol.

Para Lamatta “la articulación con los movimientos sociales es una prioridad. Nuestra demanda no es gremial, sino que social. Hemos trabajado con pobladores, trabajadores y secundarios. Hoy ya están confluyendo las demandas de los universitarios y los secundarios. Queremos sumar fuerzas con otros sectores sociales porque se hace visible la transversalidad de las demandas”.

Ramírez comenta que “estamos viendo formas de cuajar este proceso de construcción.  La  disyuntiva ahora es como generar una agenda común y propia que no esté marcada por la agenda política sino que por lo tiempos propios de nuestra maduración”.

Lamatta considera que “desde principios de año hemos cambiado la forma de hacer las cosas. Este año hemos sido muy propositivos generando documentos bien fundamentados, lo que aún no han sido respondido”.

Mayol recomienda “coordinar condiciones sociales y trabajar en provincias. Partir fuera de Santiago es una vía posible”.

Sobarzo cree que “el nivel de movilizaciones está en avance, no en retroceso. Los estudiantes abonaron el camino para que las luchas sociales se desarrollen. Estamos siendo capaces de discutir temas que antes no se discutían, como el sueldo mínimo o  las políticas de drogas. Eso es un síntoma que el movimiento estudiantil está vivo y está expandiéndose. Todo esto es posible después del 2011”.

 Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

Foto: David von Blohn

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