Los puntos claves que deja la declaración final de la Cumbre Amazónica de Presidentes

Los ocho países que comparten la biosfera se comprometieron a reforzar una agenda común, con miras a garantizar un desarrollo sustentable y combatir la desigualdad que padecen sus habitantes.

Los puntos claves que deja la declaración final de la Cumbre Amazónica de Presidentes

Autor: Ronald Ángel

Los ocho países que estuvieron en la IV Cumbre Amazónica, que se desarrolló entre martes y miércoles en la ciudad de Belém, capital del estado de Pará, al norte de Brasil, emitieron una  declaración final en la que se comprometieron a reforzar una agenda común para la región, centrada en el cuidado del medio ambiente y el combate a la pobreza. 


Los Gobiernos de Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Perú y Surinam, que tienen soberanía sobre este importante bioma, acordaron 113 puntos, entre los que se destaca un llamado urgente a la acción del mundo para proteger la Amazonía. 

Los mandatarios suramericanos buscan «aunar esfuerzos» para «garantizar la conservación, protección y conectividad ecosistémica y sociocultural de la Amazonía», así como «el desarrollo sostenible y el bienestar de sus poblaciones».

Filipe Bispo / picture alliance / Gettyimages.ru

En cuanto al cuidado medioambiental, los representantes de los países llaman a «establecer la Alianza Amazónica de Combate a la Deforestación», bajo la «urgencia de acordar metas comunes al 2030 para combatir» ese problema. 

Deforestación cero de la selva amazónica

Asimismo, busca «erradicar y frenar el avance de la extracción ilegal de recursos naturales y promover enfoques de ordenamiento territorial y la transición a modelos sostenibles, con el objetivo de alcanzar la deforestación cero en la región». 

La llamada ‘Declaración de Belém’ remarca que la agenda común estará adaptada a las nuevas realidades y pondrá «especial atención a los pueblos indígenas y comunidades locales y tradicionales en situación de vulnerabilidad». 

Además, indica que dicha agenda de cooperación debe implementarse «bajo la égida del desarrollo sostenible, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, los bosques y el agua, acción urgente para evitar la punto de no retorno en la Amazonía», que alberga cerca del 10 % de la biodiversidad del planeta.

Por otra parte, se acordó en la cumbre instar a los «países desarrollados» a que cumplan sus compromisos de dotar de recursos a los países en desarrollo, para enfrentar los efectos del cambio climático provocado por las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero.

Entre las medidas, está incluida la meta de movilizar 100.000 millones de dólares por año en «financiamiento climático», a la vez que se busca «promover mecanismos de financiación innovadores para la acción climática, incluidos los canjes de deuda por clima» por parte de esas naciones centrales. 

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El «sueño amazónico»

Junto a Lula da Silva participan del encuentro los mandatarios de Bolivia, Luis Arce; de Colombia, Gustavo Petro; y de Perú, Dina Boluarte. También asisten el primer ministro de Guyana, Mark Phillips y la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, mientras que por Ecuador y Surinam están representados por ministros.

En el evento, las autoridades de las naciones que comparten la selva amazónica expresaron su visión sobre temas clave para la región.

El presidente boliviano Arce rechazó las acciones de «dominio» y la «explotación» que pretenden imponer las «potencias extranjeras» sobre la Amazonía, a través de «formas abiertas y encubiertas».

Por su parte, el mandatario anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, bregó por una Amazonía «con ciudades más verdes, aire más puro, ríos sin mercurio y la selva en pie».

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«Una Amazonía —continuó Lula— con comida en la mesa, trabajo digno y servicios públicos al alcance de todos. Una Amazonía con niños más sanos, migrantes acogidos, indígenas respetados y jóvenes más ilusionados. Este es nuestro sueño amazónico», dijo a través de su cuenta de Twitter.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, abogó por su parte por una erradicación de los combustibles fósiles y criticó la postura de gobiernos de izquierda que defienden la exploración petrolera.

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«¿No es un contrasentido total? (…) ¿Una selva que extrae petróleo? Es posible mantener una línea política de ese nivel, apostarle a la muerte y destruir la vida? ¿O América Latina y las fuerzas políticas latinoamericanas deberíamos plantear otra cosa diferente?», dijo Petro.

La «OTAN amazónica»

Petro también propuso crear una «OTAN amazónica», con el fin de proteger los recursos y la soberanía de los ocho países que comparten la biósfera. El mandatario considera clave conformar una alianza de países latinoamericanos que permita cooperar en el ámbito de la defensa y la seguridad de la Amazonía, ante la amenaza que supone.

El líder colombiano señaló: «Les propondría un tratado militar y judicial, si el motor es cada vez es más ilegal y representa un crimen contra la humanidad. ¿Cómo defendemos la vida? Eso se defiende con razones, pero también con armas». 

«Deberíamos crear una OTAN amazónica —señaló Petro—, un tratado de cooperación militar para hacer interdicción de lo que vaya contra la selva amazónica en todos nuestros países, respetando obviamente nuestras soberanías o coordinando la fuerza». 

En ese sentido, el mandatario de izquierda dijo que «sería importante» alcanzar un «acuerdo militar» con ese objetivo en la reunión de ministros de Defensa de los países amazónicos, prevista para las próximas semanas. 

Asimismo,sugirió la creación de un «tribunal internacional amazónico» que castigue los delitos ambientales cometidos en el llamado ‘pulmón del mundo’, reconociendo «los derechos a la selva amazónica». 

Propuesta de Venezuela

El Gobierno de Venezuela propuso declarar la emergencia regional en los países amazónicos y crear una Fuerza de Tarea Ambiental adscrita a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) para frenar la afectación del ecosistema con la mayor diversidad biológica del planeta y que aloja el 40 % de toda la selva tropical.

La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, hizo referencia a la propuesta del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de «declarar la emergencia regional» de los países que tienen parte de su territorio en la Amazonía, debido a que se está viviendo «una verdadera crisis» en la zona. 

«El presidente Nicolás Maduro propone la creación de una gran Fuerza de Tarea Ambiental de la OTCA, donde estén representadas las cancillerías, los ministerios de Ambiente, los ministerios de Defensa», puntualizó la vicepresidenta venezolana.

Adicionalmente, Caracas consideró relevantes la implementación de un plan de deforestación cero, otro de recuperación de los suelos, del desarrollo de prácticas económicas sostenibles respetuosas de los pueblos ancestrales, así como la creación de un banco de semillas amazónicas y la declaración de zonas de protección ambiental.

La funcionaria también mencionó la conformación de un cuerpo unificado para combatir incendios forestales, la prohibición del uso de metales pesados en la explotación minera, la creación de un Centro de Investigación Amazónica gestionado por la OTCA, el lanzamiento de un satélite amazónico destinado a labores de monitoreo y la creación de una institucionalidad común.

Prepararse para las amenazas

En su exposición, Rodríguez advirtió que los países amazónicos están expuestos a «la voracidad de los emporios trasnacionales farmacéuticos y alimenticios» y a «la tercerización de la función de los Estados» a través de organizaciones no gubernamentales financiadas y controladas por compañías del Norte global.

Finalmente, aludió a «las aspiraciones de otanización para garantizar la mercantilización de la biodiversidad de la cuenca amazónica», en referencia a las apetencias expresadas por países del Occidente colectivo, particularmente de las naciones agrupadas en la OTAN, sobre los recursos naturales de la Amazonía.

«Aquí tenemos que llamarnos a la reflexión, porque más temprano que tarde (…) va a llegar un momento donde los intereses de esta organización (OTCA) van a estar en contraposición con los intereses de los pueblos del Atlántico Norte. ¿Cómo pueden existir en nuestros países bases militares estadounidenses, europeas, otanistas, cuando sabemos que, estratégicamente, los países del Atlántico Norte ya tienen su mirada puesta sobre los recursos (…) de este extenso territorio?», cuestionó.

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